Se acumulan los problemas del parque móvil de la Ertzaintza ante el retraso de las nuevas patrullas
Una comisaría de la Ertzaintza en Gipuzkoa cuenta con un parque móvil de 21 vehículos. Sus matrículas, algunas con la E gótica tradicional del cuerpo y otras estándares, están apuntadas en una pizarra en la que alrededor se van anotando las “observaciones” sobre el estado de la flota. En principio, pura rutina de los mecánicos. Sin embargo, de los 21 automóviles, 12 tienen problemas más o menos serios. De hecho, cuatro de ellos están directamente fuera de servicio.
El sindicato Euspel ha sido el último en la Policía vasca en denunciar la precaria situación del parque móvil con estos datos en la mano. En ese centro policial, además de los cuatro vehículos inmovilizados por fuerza mayor, están “operativos” un coche que “no cambia bien de marchas” (a este mismo no le funciona la ventanilla del conductor), otro al que se le abre el maletero en plena marcha y otro sin emisora. También fallan las manillas o los aires acondicionados y el estado de los interiores a veces no es el deseable.
“Es de vergüenza. Da asco montar en ellos”, denuncian desde Euspel, que habla de cables pelados en los transmisores, de asientos con las tapicerías rotas o de esparadrapo para cerrar algunos cajones en los que se guardan los utensilios policiales de las unidades de Tráfico.
Hace unos meses, se conoció también un informe sobre la situación del parque móvil de la Ertzaintza elaborado por Erne y ELA. Se analizaron 129 coches de todas las demarcaciones (una muestra de alrededor del 6% de la flota total) y la conclusión fue que la antigüedad media superaba los 10 años y que, como mínimo, habían circulado 300.000 kilómetros. Hay todoterrenos operativos con más de 700.000 kilómetros a sus espaldas.
Uno de los principales focos de preocupación desde hace años son los coches-patrulla blindados. Sin la amenaza de ETA y sin que el yihadismo suponga un cambio de planes, los Volkswagen Passat que empezaron a llegar en 2003 han sido los últimos de estas características en los garajes de las comisarías y no hay previsión de nuevas adquisiciones. Y presentan muchos problemas. Recientemente, la academia de Arkaute acogió una exposición con todos los vehículos de la historia de la Ertzaintza. En ella se exponía uno de estos modelos y, como en muchos en la calle ahora mismo, tenía una pegatina en el salpicadero que alertaba de que el cristal delantero ya no era de máxima seguridad.
El Gobierno es consciente del problema de la antigüedad del parque móvil y, durante el mandato de Estefanía Beltrán de Heredia al frente del Departamento de Seguridad, se han realizado varias compras de vehículos. Hace unas semanas llegaron las primeras remesas de los largamente demandados 600 vehículos sin distintivos, que han costado 12 millones de euros con la fórmula del ‘leasing’ y que se utilizan para unidades como las de Investigación. Sin embargo, los 120 Seat Altea XL rotulados prometidos (presupuestados en 4,5 millones) nunca llegarán.
Como publicó el diario ‘El Mundo’, el Departamento de Seguridad ha suspendido ese contrato porque esos vehículos llevaban los motores diésel EA189 del grupo Volkswagen, uno de los tipos manipulados para simular un menor efecto en el medioambiente. Los coches, algunos ya decorados y listos para ser entregados, fueron retenidos por la propia Volkswagen (Seat depende del grupo alemán desde que rompió con la italiana Fiat en la década de 1980) porque forman parte de las 700.000 unidades afectadas de la automovilística de Martorell.
Los primeros Altea XL de esta segunda tanda (la pasada legislatura llegaron 140) tenían que haber entrado en servicio en diciembre de 2015 y una segunda y definitiva remesa tenía que estar patrullando desde primavera. Las elecciones autonómicas de septiembre, además, impedirán resolver una nueva compra en un plazo corto aunque fuentes de Seguridad destacan que los pliegos del nuevo concurso público ya se están ultimando para tener toda la burocracia lista para que el nuevo Ejecutivo lo ponga en marcha nada más tomar posesión si así lo considera oportuno.
En total, el parque móvil de la Ertzaintza lo componen 2.126 automóviles, según la estadística más actualizada. Los coches-patrulla rotulados, entre los que se incluyen los Seat Altea XL, apenas representan el 16% del total: son 351 (143 de ellos Seat) y tienen una antigüedad media de nueve años. El resto son 136 todoterrenos (no hay planes de renovación), 87 furgonetas antidisturbios blindadas, 70 vehículos de atestados y 58 patrullas de tráfico (principalmente Volkswagen Transporter). Además, hay 200 vehículos especiales (motocicletas, camiones, transportes caninos, etc.) y 1.164 automóviles camuflados (sin distintivos).