La tasa turística asoma en Euskadi frente al descontrol
Son las 11 de la mañana del 17 de julio pasado. La playa de la Concha, en San Sebastián, presenta un aspecto imponente con miles de visitantes. O mejor dicho, se encuentra completamente abarrotada, al igual que el resto de playas de la ciudad. La situación empieza a resultar incómoda para los vecinos y recuerda a lo que está pasando con Barcelona. “En serio, hay días que prefiero quedarme en casa antes que tener que pelearme para poner una toalla en la playa o encontrar una terraza para tomar una cerveza tranquilo”. Lo dice Iñaki. A, un donostiarra de 51 años al que cada vez le cuesta más reconocer la ciudad, especialmente en verano.
Los números confirman el gancho de la capital guipuzcoana para los visitantes: Los hoteles rozan el pleno, con casi 10.000 camas, a las que se sumarán otras 2.000 procedentes de los nuevos hoteles proyectados. Después de Barcelona, San Sebastián es el destino turístico más rentable de toda España y el mejor valorado entre las ciudades de menos de 200.000 habitantes, según los datos que ofrece el sector. Con estos ingredientes, el Ayuntamiento de San Sebastián, dirigido por la coalición PNV-PSE, aboga abiertamente por la implantación de una tasa turística (un impuesto que se cobra a los visitantes en muchas capitales europeas) y otro tipo de medidas, como el control de los alojamientos ilegales, para ordenar el turismo en la ciudad y evitar el descontrol.
Se trata de un debate que se reabre en Euskadi cada cierto tiempo en los últimos años, al igual que en el resto de España. La aplicación de esa tasa pasa necesariamente por la modificación de la Ley vasca de Turismo, que tendría que incorporar un artículo para dar cobertura legal al nuevo impuesto. De consumarse, Euskadi se sumaría a las comunidades de Cataluña y Baleares en la aplicación de una tasa turística, que, en cualquier caso, sería de libre aplicación por parte de los ayuntamientos. Porque mientras San Sebastián aboga por la tasa, Vitoria la rechaza y Bilbao se mantiene a la expectativa. Las situaciones que viven las tres capitales con relación al turismo no tienen nada que ver, ya que San Sebastián es el polo de atracción en Euskadi con diferencia.
Respecto a la tasa, el presidente de la Asociación Vasca de Municipios-Eudel, Imanol Landa, apela a la “autonomía municipal”, es decir a la capacidad de cada municipio de hacer su propio “diagnóstico y reflexión y tomar las medidas que considere conveniente”.
El consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco, Alfredo Retortillo, se ha convertido en uno de los artífices del debate sobre la conveniencia o no de aplicar una tasa. A Retortillo no le gusta el impuesto si se plantea en términos disuasorios del turismo. Ahora bien, “si el objetivo es mejorar el sector eso ya es otra cuestión y se puede plantear y debatir”. En cualquier caso, si se llegara a abrir la puerta a su entrada en vigor, asegura que desde el Gobierno vasco se haría con flexibilidad y en ningún caso sería de obligada implantación, dado que la realidad turística de cada territorio y cada localidad es muy diferente. “Debería ser de aplicación por decisión municipal y asegurando que los beneficios o recursos revirtieran en la mejora del sector y la ciudadanía”, recalca.
Según el consejero, se equivoca “quien plantee la tasa turística como una válvula de control” de esta actividad, “lo mismo que sucede con los precios, en la medida en la que elevarla o bajarla repercuta en la demanda turística”. En Europa existen experiencias de sobra que demuestran que la implantación de la tasa no hace disminuir el volumen de turistas. Sin ir más lejos, la experiencia de Cataluña (que aprobó la tasa en 2012) refleja que entre 2012 y 2014 la llegada de extranjeros creció un 20%.
Calidad de vida de los donostiarras
Para el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia (PNV), implantar una tasa turística permitirá financiar mejor los “gastos suplementarios” que provocan al Ayuntamiento los miles de visitantes. A pesar de que el turismo puede generar beneficios, insiste en que esos ingresos generados en forma de IVA, en la mayoría de ocasiones, terminan en la hacienda foral, mientras que los gastos que generan los turistas también los afronta el Ayuntamiento. “Los servicios de limpieza son mayores por la mayor afluencia de turistas, la ordenación de trafico exige tener plantillas suplementarias durante estos meses”.
Mientras, el concejal donostiarra de Impulso Económico y Turismo, Ernesto Gasco (PSE), entiende que tanto la tasa como la persecución de los alojamientos ilegales (ambas medidas incluidas en el Plan Director 2017-2021 que recoge la estrategia turística que adoptará la ciudad) deben “evitar los efectos negativos de un desarrollo descontrolado” del turismo para garantizar la “calidad de vida de los donostiarras”. La decisión de aplicar la tasa (cuando se reforme la ley) es “unánime”, resalta Gasco. “La sociedad que se encarga de la gestión turística está integrada por cinco agentes sociales que representan a todos los implicados en el sector y siete representantes de los partidos políticos del Ayuntamiento. Todos han coincidido en la necesidad de implantar la tasa”.
Gasco apuntala la idea de que el ayuntamiento que recibe a los turistas es el que debe hacerse cargo de los gastos que ello conlleva. “Por eso los ingresos procedentes de esa tasa revertirán directamente en mejorar el sector. No se trata de recaudar por recaudar”.
Sobre la sensación de saturación, el concejal la rechaza. “Tras el final de ETA, el turismo en San Sebastián ha crecido de una manera natural. Es posible que algunos días se vivan aglomeraciones en la Concha, pero ello se debe a que es un polo de atracción de todo el cinturón urbano que rodea a San Sebastián, no solo de turistas extranjeros”.
La imagen de una Barcelona superada por los turistas, con continuos atraques de cruceros con visitantes que apenas pasan unas horas y no gastan en la ciudad es justo de lo que quiere huir San Sebastián. “Nosotros no tenemos cruceros, pero sí llegan autobuses con excursionistas que se meten hasta el centro de la ciudad. Ahora no les dejamos, si quieren venir el autobús debe parar en la estación de autobuses”.
Roberto San Salvador del Valle, catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Deusto y director de Deusto Cities Lab Katedra (un proyecto que investiga sobre la transformación de las ciudades), cree que antes de aplicar una tasa, la administración dispone de otros instrumentos más efectivos para regular los flujos turísticos. “Puede administrar licencias para hoteles, campings u otro tipo de alojamientos en función de la demanda y la presión que esté dispuesta a soportar la ciudad. También tiene capacidad para regular los alojamientos ilegales, lo que ayudaría a recudir un incremento desmesurado y alocado de los pisos”.
Para la profesora e investigadora Basagaitz Gereño, la tasa es un mecanismo que está funcionando en otros destinos turísticos a nivel mundial. “En Estados Unidos en muchos lugares tienen incluso dos tasas, una a la hora de entrar y otra a la hora de salir. En Europa, son más los países que tienen establecida una tasa turística, que los que no la tienen”. De este modo, señala que se trata de una tendencia que se está generalizando a nivel mundial y que resulta de “un gran interés debido a los beneficios económicos que puede aportar al país. Más que esto, si la tasa turística se gestiona desde el propio ayuntamiento, el beneficio repercutirá en el propio municipio o ciudad, de forma que los propios habitantes puedan percibir que la riqueza que genera el turismo está ayudando a la economía local, y al mantenimiento de los recursos e infraestructuras que componen el destino turístico”.
A nivel nacional, está el ejemplo de Barcelona como el más destacado en cuanto al establecimiento de las tasas turísticas. Desde su aplicación, “los expertos de la región consideran que ha sido un acierto aplicarla, e incluso se están planteando aplicarla también al excursionismo, esto es, aplicarla a todo aquel que visite Barcelona, al margen de que pernocte o no”.
Sobre el caso concreto de San Sebastián, no puede decir si es una medida necesaria o no sin haber realizado un estudio integral para analizar los impactos que ésta tasa pudiera tener, pero “atendiendo a los casos en los que se ha aplicado, considero que puede ser una medida positiva”.
“Esta medida”, añade, “puede traer riqueza que repercuta directamente en el destino turístico, por lo que ayudaría a ver los impactos positivos del turismo, y no solo negativos, lo que repercutiría de forma positiva también a la 'turismofobia' que está tan en auge últimamente”.
La investigadora no cree que esta medida llegue a ser contraproducente para Saan Sebastián porque “es un destino turístico atractivo para los turistas en este momento. Todos los estudios que analizan los flujos turísticos muestran una tendencia al alza, y esta tendencia en aumento se refleja en el destino de San Sebastián, y de la región. Considero que la tasa turística no puede romper esta tendencia”.
Cierre de pisos ilegales
La lucha contra los alojamientos turísticos ilegales es, precisamente, una de las medidas recogidas en el plan director de Turismo de San Sebastián. Hasta el momento, el Ayuntamiento ha cerrado más de 120 pisos vacacionales sin licencia. Solo en el portal Airbnb, el 42% de todos los anuncios registrados en el País Vasco ofertan pisos en San Sebastián. En Donostia existen registradas 854 viviendas para uso turístico de un total de 1.062 registradas en Gipuzkoa. En toda la comunidad, las contabilizadas en el registro asciende a 1.640.
“No podemos permitir este tipo de alojamientos”, apunta Gasco, “porque compiten de manera desleal con las empresas que tienen todo en regla, que tienen sus puestos de trabajo regulados y pagan sus impuestos. Se trata de una competencia que al final termina por desprestigiar la calidad del destino. No nos va a temblar el pulso. Las multas por reincidencia pueden llegar hasta los 40.000 euros”.
Tradición, cultura, paisaje urbano, la escala humana de la ciudad, la hospitalidad, la gastronomía…..Son los puntos fuertes que quiere promocionar la ciudad. Según Gasco, “una buena armonía entre estos elementos nos aportará las claves de un turismo ordenado, de calidad y alejado de fenómenos que nosotros queremos evitar”.
Pero dar con la ecuación que consiga nivelar, desde un prisma turístico, la estacionalidad, la distribución de los visitantes a nivel territorial y la aplicación de una tasa turística de forma lógica y justa sin perjudicar los intereses de cada territorio no es una tarea fácil. Por ejemplo, la Autoridad Vasca de la Competencia no ve tan claro implantar una tasa y por eso en su día ya advirtió de que la tasa turística a la que aspira San Sebastián puede convertirse en una barrera de entrada y terminar beneficiando a los otros dos territorios que no la apliquen.
Turismo sostenible
Frente a las imágenes de un San Sebastián abarrotado de visitantes en los días de calor, la percepción de los vascos es que no existe una situación de saturación de visitantes foráneos en sus municipios. Nagore Espinosa, responsable de la empresa in2destination, responsable de un estudio sobre percepciones en torno al turismo encargado por el Gobierno vasco, mantiene que los ciudadanos creen que el volumen de turistas que recibe anualmente Euskadi se encuentra todavía lejos de los niveles de saturación que sí se empiezan a dar en otros lugares turísticos de España y del mundo.
Así, la impresión es que Euskadi tiene mucho margen aún de crecimiento turístico, pero “debe perseguir un crecimiento equilibrado, que distribuya el flujo de turistas, evitando su concentración en unos poco puntos”, remata el consejero Retortillo.
En esa misma línea se pronuncia, Roberto San Salvador del Valle. “Euskal Herria, Euskal Hiria….apenas somos como una ciudad de dos millones de habitantes repartidos en dos comunidades autonómas, Iparralde…De lo que se trata de es de vender el paquete global para no ejercer la presión sobre dos puntos en concretos. Hay que ser cautos a la hora de vendernos, pero debe primar la calidad por encima de la cantidad. Hay que difuminar el impacto sobre unos pocos puntos. Euskadi aún está muy lejos de los niveles de turismo de Cataluña o Baleares. Por eso hay que decidir cuál es la carga de turismo razonable y adoptar medidas para redistribuir mejor las cargas”.
La investigadora Basagaitz Gereñotambién cree que Euskadi camina hacia un modelo de turismo centrado en la sostenibilidad y la calidad. “O lo que hoy en día llamamos un turismo más responsable. Hemos pasado de un período centrado en atraer el mayor número de turistas, a un periodo en el que, aunque el incremento de turistas siga interesando, las iniciativas, tanto públicas como privadas, se centran más en atraer un turismo más sostenible. Esto se puede percibir analizando las iniciativas que tanto desde Gobierno vasco como desde las distintas diputaciones [y ayuntamientos en muchos casos] se centran en diseñar y promover productos y marcas que tengan como eje central elementos tales como la cultura, la gastronomía, la identidad y tradición, y la naturaleza”.