Los trabajadores de KZGunea denuncian el desmantelamiento de la red pública de telecentros
Los trabajadores de la red vasca de telecentros KZGunea, que han ofrecido acceso libre a internet y formación gratuita durante 12 años, denuncian que el Gobierno vasco pretende desmantelar el servicio progresivamente. Las subcontratas que gestionan los servicios -Indra, Ibermatica, Axpe Consulting y Deusto Sistemas- han despedido a 30 personas en el último mes y advertido al resto de la plantilla, según revelan sus portavoces, que se plantean prescindir de otra treintena de trabajadores a principios de julio sino reciben “más dinero por parte del Gobierno vasco”.
Los recortes comenzaron tras la destitución del anterior director Txomin Alkorta y el nombramiento de Luis Mari Guinea como máximo responsable del proyecto en el mes de marzo. La primera medida que toma el nuevo cargo, según desvelan la plataforma de trabajadores, es la paralización todos los proyectos de KZgunea, entre ellos la migración a Gnu/Linux, “una iniciativa que sí permitía un ahorro real de dinero”, lamenta Koldo Damarco, miembro del colectivo de trabajadores. Tras esas decisiones se producen los primeros despidos. “Unas 15 personas se van a la calle con la excusa de que son excedentes en el pliego. Luego llegó el resto” aclara Damarco.
Los ceses de los demás contratos se registraron tras el acuerdo entre las empresas y el Ejecutivo autonómico por el cual quedaba reducido el presupuestos destinado a este servicio de telecentros en un 50%. Los trabajadores se temen que después del verano los horarios de apertura de las aulas queden reducidos “a la mínima expresión” e incluso se cierren muchas de ellas. “Nos enfrentamos a dos escenarios posibles, la salida a concurso de un proyecto devaluado, donde prescindirán de gran parte de la plantilla y renegociarán los contratos a la baja con la excusa de la crisis o el cierre definitivo de KZGunea”, advierte Damarco.
En un escrito emitido por el Departamento de Hacienda del Gobierno de Urkullu y firmado por el propio consejero Ricardo Gatzagaetxebarria, el titular de área asegura que “el Gobierno no está pensando en cerrar ningún KZGunea, cosa distinta es que el programa precise una reorientación que debería haberse producido con anterioridad, más concretamente cuando el Gobierno anterior decidió la prórroga del contrato”. Añaden que pretenden reorientar la actividad hacia la formación y enfocar la presencia de dinamizadores en estas aulas telemáticas a un modelo asociado a la demanda y a acciones formativas concretas frente a un modelo de visitas programadas. “El ratio de asistencia arroja una media de cuatro personas por curso, a veces dos e incluso una sola”, continúa el texto.
Listas de espera de demandantes del servicio
Los propios dinamizadores contradicen los datos ofrecidos por el Gobierno vasco. “No hablan de aquellos centros que registran un 80% de ocupación ni de las listas de espera de otros tantos. La demanda de cursos es cada vez mayor en una sociedad golpeada por la crisis y el desempleo. Cada vez es más necesario internet. Personas que hace diez años ni si quiera se plantearon el iniciarse ahora necesitan formarse para poder tener las mismas oportunidades que los demás. Nosotros hemos contabilizado en el año 2011, 700 horas de formación en los centros que abren ocho horas al día, en el 2012, esas horas han subido hasta 1.000 y en lo que llevamos de año vamos por 600 horas. Es un servicio valorado y demandado por la ciudadanía que se van a cargar pero no se atreven a reconocerlo abiertamente”, denuncian desde la plataforma.
La red de KZgunea está compuesta por 280 telecentros ubicados casi en su totalidad en locales cedidos por los ayuntamientos de los municipios y atendidos por 120 trabajadores en total. El funcionamiento del servicio se diseña en función de los habitantes a los que presta, quedando dividido en tres categorías: un primera correspondiente a localidades de menos de 5.000 habitantes; otra segunda hasta 10.000 y la tercera partir de 10.000. Antes de los recortes presupuestarios, en los pueblos más pequeños se concertaban visitas semanales con los usuarios que lo demandaban. Los centros intermedios abrían durante cuatro horas diarias y los mayores, ocho horas. “Lo que se está haciendo ahora es reducir horarios en todos los centros, de manera que algunos de jornada completa ofrecen media y los más pequeños no están clausurados pero tampoco ofrecen servicio. Los dinamizadores- a los que se ha asignado el seguimiento como en el caso de Rioja Alavesa de 16 pueblos a la semana- se limitan a ir una hora, comprobar el estado de los equipos y marcharse”.
Los Ayuntamientos de cerca de una docena de localidades afectadas, que han visto como se reducen drásticamente los servicios, han presentado mociones para instar al Gobierno vasco a que mantenga la red de telecentros. LLodio, Lasarte, Hondarribi, Beasain, Legazpi o Urnieta han sido los últimos en sumarse a esta lista de peticiones.
Los trabajadores han recopilado más de 1.200 firmas de personas que apuestan por la continuidad del servicio y que manifiestan su desacuerdo ante la decisión tomada por la dirección de KZgunea.