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Las trabajadoras vascas, prudentes pero líderes en emprendimiento

Un grupo de asociadas en un curso de la Asociación de Profesionales y Empresarias de Gipuzkoa.

Natalia González de Uriarte

Las mujeres vascas emprenden más que el resto de las trabajadoras de otras comunidades autónomas y lo hacen con cabeza según la experiencia de los responsables de los programas de acompañamiento y apoyo a mujeres empresarias. Según las conclusiones del Mapa del Emprendimiento de la entidad Spain Startup, las vascas son las mujeres con mayor espíritu emprendedor a nivel nacional, con un porcentaje del 26% frente al 17% de la media. Pero además de liderar el ranking, según el relato ofrecido a eldiarionorte.es desde las asociaciones de empresarias, las mujeres que emprenden sacan adelante sus proyectos en la mayoría de los casos. “El índice de pervivencia de los negocios lanzados es muy alto, del 80%”, asegura Adriana Azurmendi, responsable de Emekin, programa de acompañamiento y asesoramiento en Gipuzkoa. La explicación: se aventuran a emprender solo cuando lo que tienen entre manos resulta altamente viable. “Testan mucho sus proyectos antes de lanzarse”.

Este comportamiento implica mayores posibilidades de éxito en sus iniciativas pero también una pega añadida, un freno a su capacidad emprendedora. Su contención está causada, a juicio de Adriana Azurmendi, por “una mayor aversión a asumir riesgos, interiorizada por tradición cultural ya que socialmente hay menos apoyos a la mujer que emprende. Por ello los hombres se muestran más atrevidos”.

Por este motivo, entre los cursos organizados desde este servicio de cara a la próxima temporada, destaca la jornada que se impartirá el 25 de noviembre 'Mujer y dinero: un conflicto no resuelto'. “La imparte una catedrática en sociología especializada en este ámbito. Queríamos generar y abrir debate en torno a las trabas que existen para las mujeres y las que nosotras mismas nos ponemos ante situaciones de riesgo. Es necesario que pongamos en valor nuestro trabajo, nuestras capacidades, nuestra experiencia... Simplemente a la hora de pedir una subida de sueldo, ya nos frenamos más que ellos desde siempre”, relata Adriana Azurmendi. Este comportamiento femenino lleva a las mujeres a decantarse por la financiación propia “también por su rechazo a solicitar préstamos y relacionarse con el entorno financiero”.

Otra de las conclusiones más destacadas del estudio de la entidad Spain Startup es que el emprendimiento en general no se ve en Euskadi como una medida para salir del desempleo, sino como una opción muy meditada que responde a otras inquietudes. Esta realidad concuerda con la percepción de la responsable de Emekin.“Lo habitual es que la mujer emprendedora ya tenga trabajo, pero, o bien ya ha tocado techo o no se encuentra a gusto y por ello da el salto”, detalla Adriana Azurmendi. Tres cuartas partes, un 75%, de los vascos emprendedores que decidieron crear su propio negocio trabajaban por cuenta ajena, lo que supera en 18 puntos la media nacional.

Tejer redes frente al individualismo masculino

Por su parte, desde la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia, AED, consideran que el comportamiento emprendedor entre las mujeres viene marcado también por la falta de oportunidades. “El mercado está más preparado para absorber hombres. Tienen formación educativa, están muy preparadas pero el nivel de contratación entre las mujeres es mucho menor. Ante esto, aunque no es su primera opción y tiene sus miedos, la solución para ellas pasa por crear su propia empresa”, asegura Isabel Iturbe de AED, un colectivo que suma ya 20 años de recorrido en el apoyo a proyectos liderados por mujeres. Esta asociación tiene abiertos actualmente dos programas en esta línea de trabajo, el primero de ellos cuenta con financiación foral y el segundo, Mujer: tú decides, tú emprendes, depende del Ministerio de Trabajo. Cada año seleccionan a unas 40 mujeres para tutorizar sus iniciativas.

A lo largo de este tiempo han constatado como la mujer tiende hacia un modelo compartido de gestión y liderazgo en los proceso de emprendizaje. “Su capacidades para generar redes y mantener su permanencia en el tiempo es muy llamativa y esto es muy enriquecedor. El hombre es más individualista”.

En cuanto al perfil de las iniciativas empresariales, ellas siguen estando menos presentes en sectores industriales. Se limitan al sector servicios en su gran mayoría, que presenta menores barreras de entrada, pero que tiene una alta competencia, márgenes de beneficio reducidos y menores posibilidades de supervivencia. Y en general suelen ser negocios de dimensión más pequeña y menor innovación tecnológica. “Tenemos muchas psicólogas, pedagogas, arquitectas y van entrando ingenieras, informáticas y community manager”, concluye Isabel Iturbe de AED.

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