“La violencia de la agresión sexual de Sanfermines no es excepcional, es algo cotidiano en la vida de las mujeres”

“La violencia machista no es una lacra, sino que es parte del funcionamiento social y un abordaje legal que permita su erradicación supone un cuestionamiento de las estructuras de poder”, Así lo cree, Vanina Vázquez Gentile, psicóloga, experta en Género de la Universidad Pública de Navarra y técnica de proyectos de Equala Iniciativas. Vázquez participa en las jornadas organizadas por el Parlamento de Navarra sobre violencia contra las mujeres, que en esta ocasión analiza la eficacia del pacto de Estado contra la violencia de género. También se aborda el papel de periodistas y medios de comunicación en relación con los productos sexistas. Las jornadas han coincidido con el inicio del juicio por la violación grupal ocurrida durante los Sanfermines de 2016, un drama que visibilizó las agresiones sexuales que sufren las mujeres especialmente durante las fiestas. “La violencia de la violación de Sanfermines no es excepcional, es algo cotidiano en la vida de las mujeres”, asegura la experta.

¿Sería conveniente una sentencia ejemplarizante para el juicio sobre la violación en sanfermines 2016? ¿Puede marcar un antes y un después?

Es conveniente la perspectiva de género en este juicio y no sólo respecto del papel que puede jugar el poder judicial sino también los medios de comunicación. Existen muchas recomendaciones para cubrir este tipo de información de forma tal que no se produzca una revictimización de la joven y que no se reproduzca el sexismo. Lamentablemente no tengo muchas esperanzas en cuanto al papel que desempeñará la prensa por lo que he visto hasta ahora. Será un antes y después siempre y cuando la sociedad entienda que este tipo de violencia no es excepcional, sino que forma parte de la cotidianidad de las mujeres.

¿Por qué no sirven las leyes actuales para erradicar la violencia machista?

Porque la violencia machista es un elemento estructural que no se aborda de esa manera por las leyes actuales. La violencia machista no es una lacra, sino que es parte del funcionamiento social y un abordaje legal que permita su erradicación supone un cuestionamiento de las estructuras de poder. 

¿Cree que los gobiernos están haciendo lo suficiente en la lucha contra la violencia de género, dotando de presupuestos a las medidas recogidas en las leyes?

Están en el camino de hacerlo. Pero por ejemplo el actual Pacto de Estado tiene muchas lagunas en este sentido.  Lo cierto es que desde la crisis los presupuestos dedicados a erradicar la violencia machista se han visto recortados.

¿Están formadas las personas que trabajan en los servicios de atención?

En Navarra, el Plan de acción para actuar contra la violencia hacia las mujeres (2016-2021) en su tercer eje aborda la formación de las personas profesionales e incide en el ámbito de la capacitación y formación de profesionales, con el objetivo de que todas las y los profesionales, con responsabilidad directa en esta materia tengan la formación adecuada. Es muy necesaria la formación en todos los ámbitos de intervención ya que en la actualidad no es infrecuente encontrar todavía que las mujeres no reciben la atención desde una perspectiva de género que garantice la calidad de la misma.

Uno de los dramas añadidos a la violencia de género es la  revictimización de la víctima. ¿Cómo se puede evitar?

Con una actuación coordinada por parte de las instituciones y con profesionales con formación en perspectiva de género. Con leyes que cumplan el Convenio de Estambul y planteen un concepto de violencia machista que abarque todas las formas. Con medidas a nivel educativo que permitan actuar en el ámbito de la prevención desde la primera infancia.  Con un planteamiento feminista y con la participación de las asociaciones y organismos sociales.

¿Es necesaria la presencia de feministas en los parlamentos para establecer criterios sobre ideas de igualdad?

Es fundamental, sólo desde un posicionamiento feminista podrá abordarse la desigualdad y los efectos de una sociedad patriarcal junto con la violencia para el sostenimiento de la misma. 

Muchas mujeres aseguran que no denuncian porque eso supone muchas más trabas. Sin embargo, desde la administración se fomenta la idea de que con la denuncia está todo solucionado y no es así ¿Está de acuerdo?

Estoy de acuerdo. Para denunciar las mujeres tienen que contar con recursos que muchas veces no tienen como resultado de la situación de violencia, del contexto social en el que se encuentran, del impacto que va a tener en sus vidas, según cada caso y cada tipo de violencia. Por ello es necesario que las mujeres cuenten con un sistema de intervención y protección amplio que abarque todos los efectos que supone realizar una denuncia. Desde la situación de la vivienda, porque recordemos que ellas son las que dejan su hogar, la situación laboral, la salud, la situación de menores, la exposición o el cuestionamiento en el caso de los acosos laborales o las agresiones sexuales, etc.

El Gobierno de Baleares ha aprobado una norma por la que se garantiza un contrato de 12 meses en alguna institución pública a las mujeres víctimas de malos tratos. ¿Cuál es su opinión?

Son necesarios los planes de empleo en las mujeres en situación de violencia de género. Los recursos económicos son claves para poder construir un espacio autónomo y de empoderamiento. No son todo, es verdad, pero la independencia económica es necesaria. La violencia económica es una de las formas en las que se manifiesta la violencia machista, que no se limita sólo al ámbito familiar, y son necesarios mecanismos para poder intervenir sobre la misma.

¿El sistema judicial defiende a las mujeres?

A veces sí y a veces las cuestiona a través de culpabilizarlas de las situaciones de violencia de las que pueden haber sido sujetas. 

¿Se puede equiparar la violencia machista a terrorismo?

Yo diría que forma parte del equilibrio social patriarcal en el que la violencia es el punto moralizante.  Tomando conceptos que trabaja Rita Segato, si pensamos que a través de esta violencia se imponte un orden de respeto a la masculinidad hegemónica, podemos decir que quien viola, maltrata o asesina reestablece un orden a quienes considera que han desacatado las formas de potencia que definen lo viril. La imposición y el miedo están presentes en la violencia machista.