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“Podemos tiene en Navarra una dirección autoritaria que hurta el debate”

Marga Agudo, una voz crítica en la dirección de Podemos Navarra

N. Elia

Es uno de los rostros críticos de Podemos en Navarra. Y ha decidido dar un paso adelante tras la celebración de Vistalegre II. Está dispuesta a poner nombre y apellidos a sus acusaciones genéricas -negadas con rotundidad por la dirección que encabeza Laura Pérez- porque cree que “hace más daño a Podemos la forma interna en que dirige el partido la secretaria general, Laura Pérez Ruano, que las críticas públicas de una integrante del Consejo Ciudadano”. Marga Agudo, suspendida cautelarmente de su cargo en el Consejo Ciudadano de Navarra de la formación morada y denunciada ante el Comité de Garantías estatal por “injurias e informaciones falsas”, según explicó el secretario de Organización, Mikel Buill, cree que el precio que se paga en Podemos Navarra por opinar diferente es demasiado elevado.

Ahora que ya ha pasado Vistalegre II, a la espera de que los órganos del partido dejen de estar en funciones y puedan resolver su expediente, Agudo se ha dirigido al Comité de garantías pidiendo que se anule la “suspensión cautelar” de su pertenencia al Consejo Político dictada con unas formas impropias de una formación como Podemos, según su propio relato.

Asegura que su suspensión es irregular. ¿Por qué?

Por varias razones. Primero, porque la dirección del partido en Navarra se dirigió a Garantías del estatal cuando este órgano estaba en funciones y no resolvía asuntos que no tuvieran que ver con Vistalegre II, para no tener que enfrentarse después a problemas de impugnaciones. Cuando Buill me dijo que Garantías había aprobado mi suspensión cautelar, le pedí que me facilitara el escrito con la resolución. Me dijo que había sido una decisión verbal de Madrid. Llamé a Garantías y lo único que me repitieron es que estaban en funciones y que no resolvían más que asuntos relacionados con la Asamblea….

¿Está diciendo que la dirección del partido se inventó el apoyo de Garantías a su suspensión?

No, estoy diciendo que no me justifican por escrito este hecho y que en Madrid me dijeron que estaban en funciones. Además, la forma en que me comunicaron la suspensión fue muy extraña e irregular.

¿A qué se refiere?

A que me comunicaron por teléfono, antes de que se reuniese el Consejo de Coordinación, que me iban a cesar, y me invitaron a no acudir esa tarde al Consejo Ciudadano. Pero acudí, con testigos, y presencié un episodio lamentable de autoritarismo por parte de Laura Pérez. Cuando pedí que me comunicaran mi cese por escrito, el secretario de Organización se puso a escribirlo allí mismo, en la sala, con el ordenador todavía conectado al proyector y todo el mundo viendo en la pantalla grande lo que estaba escribiendo. Se hizo un silencio muy tenso. Escribió que el Consejo de Coordinación había decidido mi cese del Consejo Ciudadano, lo imprimió y me lo dio. Entonces Laura Pérez le dijo que incluyera que ella se había “inhibido” de la decisión, y como Buill no escribió de nuevo el texto, ella me cogió el papel de las manos y lo puso de su puño y letra. Pedí que me sellaran el papel para poder dar fe de que era el oficial y pedí que me dieran una copia firmada y otra se la quedaran ellos. Cuando fui a firmar, Laura Pérez gritó que no firmase con su bolígrafo. Fue increíble. Todo el mundo en silencio y ella despreciándome a gritos. Me dijo que cogiera mi papel y saliera de la sede, o me acusaría de allanamiento. Le respondí que tenía el mismo derecho a estar allí que cualquier militante, pero preferí marcharme. Fue muy triste.

Según Buill, está usted acusada ante el consejo de Garantías estatal de “injurias e informaciones falsas”. ¿No teme nuevas acusaciones por parte de la dirección después de contar episodios como el que acaba de describir?

No. Tengo testigos de ello. Y tengo pruebas de todas las acusaciones que he hecho públicamente sobre la forma de llevar el partido de Laura Pérez. Sólo he dicho la verdad, frente a quienes pertenecen al Consejo Ciudadano y se dedican a ser palmeros de la secretaria general y frente a quienes se convierten en cómplices silenciosos, aunque discrepen con ella.

Vayamos con esas acusaciones. Dijo que las decisiones de Podemos se toman en otros despachos.

Exacto. Por ejemplo, la postura de Podemos sobre si debía pagarse o no la deuda que se acumulaba con los funcionarios a costa de la paga extra que UPN quitó en 2012. Laura Pérez hizo ver al Consejo Ciudadano que llevaban toda la tarde trabajando en un documento que decía que el 25% se pagaría los cinco primeros días de enero y el 25% restante se pagaría este año en función de la disponibilidad presupuestaria. Dijo que era lo que Podemos iba a plantear a los demás partidos del cuatripartito. Cuando lo aprobamos, le dijo al secretario de Organización que llamase a los demás partidos para proponérselo, pero Buill le dijo que no hacía falta. A mí me chocó, pero bueno. A los días, me entero a través de gente que trabaja en el Gobierno de que el texto lo habían pactado desde Economía, y que éramos nosotros, Podemos, los que lo habíamos aceptado con nuestra votación. Aquella postura de Podemos se adoptó en otro despacho, y tengo pruebas. Pero Laura Pérez nos vendió otra versión.

También ha dicho que Podemos está supeditando su acción a las políticas de Bildu. ¿Qué pruebas tiene?

El sábado que ocurrieron los hechos de Alsasua, por ejemplo, me dirigí a la secretaria general para decirle que Podemos debía hacer público un comunicado valorando lo ocurrido. Me dijo que, si quería tomarme yo el trabajo de redactarlo, adelante. Así que lo hice. Vía telemática, varios miembros del Consejo Ciudadano sumaron sus aportaciones al texto inicial que yo había escrito y, después de varios borradores, llegamos a un acuerdo que satisfacía a todos. Se lo mandamos a la secretaria general, pero ella decidió no difundirlo. Días más tarde, Podemos hizo público un comunicado que apenas tenía nada que ver con lo que habíamos acordado en el Consejo Ciudadano. Era un texto que podía haber firmado Bildu. Otro ejemplo: el comunicado a favor del acercamiento de los presos de ETA de Podemos Navarra pidiendo el acercamiento y la adhesión de la secretaria general a la manifestación en Bilbao. Nuestros principios programáticos dicen al respecto que hay que restablecer la legalidad en política penitenciaria, pero también dicen que los presos deben reconocer el dolor causado. No hubo debate sobre este asunto en el Consejo Ciudadano. Ni sobre éste, ni sobre otros en los que Podemos ha definido su posición pública hurtando el debate interno.

¿Por ejemplo?

La derogación de la ley de Símbolos o el apoyo al Plan Estratégico del Euskera. Para empezar, son cuestiones que preocupan mucho a Bildu, pero en ningún lado está escrito que sean las prioridades de Podemos. Ni siquiera hemos debatido si estos temas deben ser nuestras prioridades, pero sí los hemos apoyado con entusiasmo, al menos en los comunicados públicos. Podemos Navarra está perdiendo su transversalidad para transformarse en un partido nacionalista, preocupado por las cuestiones en las que se fijan los partidos nacionalistas.

Acusa a la actual dirección de hurtar el debate a los órganos en que debe producirse. ¿Qué pruebas tiene?

Muchas. Por ejemplo, el debate sobre el PAI, el debate sobre la OPE de Educación, el debate de las enmiendas a los presupuestos, el debate sobre la nueva política de becas… Tengo documentos que demuestran que se ha pedido la inclusión de asuntos en el orden del día del Consejo Ciudadano y que no se han incluido, se han postergado y, finalmente, se ha adoptado la postura oficial de Podemos sin ser debatida previamente.

También asegura que se han producido contrataciones irregulares, que no han pasado por el proceso de garantías correspondiente.

Así es. Laura Pérez propuso contratar a una persona para secretario de Comunicación en una reunión del Consejo Ciudadano en la que no había quórum para votar, pero lo que sí había era un informe técnico contrario a dicha contratación y otro informe del secretario de finanzas desaconsejando que se hiciera el contrato. Incluso el propio Buill advirtió a Pérez de que no había quórum suficiente para votar. Pero ella dijo que era su amigo, que estaba en el paro y que le corría prisa tener un sueldo. Además, dio a entender que iba a ser algo temporal, un mes o dos, hasta que encontrase un trabajo. Yo me opuse, porque Podemos no es una agencia de contratación, pero aquello salió adelante con una votación telemática más que irregular. Y hay más ejemplos.

Estos episodios que describe deberían figurar en las actas de las reuniones de los Consejos Ciudadanos, pero no están.

Claro, es que ni siquiera están las actas. Ya no sé ni cuántos meses hace que no publican las actas. No responden a los propios requisitos de transparencia de Podemos. Se limitan a hacer un paripé de cara al Consejo Ciudadano y después aprueban lo que ellos quieren. En realidad, estoy cansada y aburrida de que la gente me diga por la calle: ¿Qué habéis hecho con Podemos? Cuando el problema no es Podemos, es su secretaria general.

¿Piensa dimitir?

No. He escrito a Garantías para que analicen si mi suspensión es irregular o no. Si encuentran que la dirección ha actuado de forma correcta al suspenderme, entenderé que este no es mi partido, porque se estará vulnerando mi derecho a expresarme libremente, y me iré.

¿Entiende que la dirección del partido le critique por dañar al proyecto?

No. Yo lo que me pregunto es qué hace más daño al proyecto de Podemos, una dirección autoritaria, que hurta el debate y pasa de los principios programáticos del partido, o una militante que, cansada de denunciar este proceder en el ámbito interno, hace públicas sus quejas. Yo creo que lo que más daño está haciendo ahora a Podemos no es ni siquiera la forma autoritaria en que actúa Laura Pérez, lo más perjudicial es el silencio de quienes admiten en privado que esto no puede seguir así, pero luego se callan y se convierten en cómplices.

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