Los alumnos de Bachillerato aprenden valores e historia viendo la exhumación de los restos de presos republicanos
22 de mayo de 1938. La fuga del Fuerte de San Cristóbal (Navarra) pasa la historia como una de las evasiones más destacadas de la historia, tanto por el número de fugados como por sus consecuencias. El régimen franquista tenía a cerca de 2.500 personas detenidas en el Fuerte (que en ese momento lo utilizaba como cárcel), en su mayoría dirigentes políticos y sindicales y militantes revolucionarios y republicanos. De estos, 795 presos, sin ayuda exterior y desesperados, lograron huir. Prácticamente, fueron cazados, detenidos y abatidos uno tras otro.
En el marco del Programa de Exhumaciones del Gobierno de Navarra, dando continuidad a la labor que durante años han hecho familias y asociaciones, se ha localizado una fosa en Burutain (Anue) con restos de al menos siete de las personas que se fugaron en aquella fecha. Tras las prospecciones llevadas a cabo estos días, el equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha iniciado las labores para la exhumación de los cuerpos.
Junto a los especialistas, un grupo de 60 alumnos de 1º y 2º de Bachillerato de los centros educativos IES Iturrama BHI, de Pamplona; IES Alaitz BHI, de Barañain; y el centro de FP Sanitaria. Esta iniciativa se enmarca en el proyecto 'Escuelas con memoria', uno de cuyos objetivos es “integrar en la formación del alumnado la memoria de lo ocurrido, desde el fomento de valores de respeto y convivencia, desde la resolución pacífica de conflictos y desde la promoción de los derechos humanos”.
Esperanto
La fuga fue preparada por unos 30 presos que utilizaron la lengua esperanto para poder comunicarse sin ser entendidos por los demás, según consta en Wikipedia. La operación se inició a la hora de la cena, momento en que había más dispersión de los guardianes. En distintos grupos fueron desarmando a varios de ellos y tras coger su armamento se dirigieron a donde estaba cenando la compañía de soldados de guardia. Un soldado que opuso resistencia y murió como consecuencia de un golpe con una barra. Posteriormente se rindieron los soldados de las garitas. En una media hora el fuerte fue tomado por los reclusos, que luego salieron de las instalaciones de la prisión.
Un soldado que volvía de Pamplona percibió lo que estaba ocurriendo y bajó a la ciudad a dar la voz de alarma.
A Burutain se ha acercado también Montserrat Sanz (de Cuéllar, Segovia), nieta de uno de los presos de la fuga que fueron asesinados en su intento de huída hacia Francia.
En la visita ha estado presente igualmente Martín Laguardia, el testigo presencial de los enterramientos, que entonces era un niño, y cuyas indicaciones han permitido localizar con precisión esta fosa de Burutain.
La actuación se enmarca dentro de las acciones impulsadas por el Gobierno de Navarra en el ámbito de la memoria histórica con el objetivo de dar respuesta a las reclamaciones de verdad, justicia y reparación de los familiares de víctimas de la represión de 1936.
