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“El mecenazgo de la UPNA no es una crítica al Gobierno; buscamos otros fondos como nos han mandado”

La vicerrectora de Proyección Universitaria de la UPNA, Eloísa Ramírez.

Garikoitz Montañés

La Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha puesto en marcha un Plan de Mecenazgo para captar recursos económicos externos. Se trata de una respuesta a la importante caída de su presupuesto y a la necesidad de evitar más ajustes en temas esenciales. Y, básicamente, consiste en que tanto empresas como personas a título individual puedan aportar dinero para financiar la labor universitaria y, en concreto, cuestiones como proyectos culturales, el programa de ayudas a estudiantes para el pago de matrícula o la accesibilidad. ¿Quiere eso decir que habrá que acostumbrarse a más publicidad en el campus y a instalaciones con nombres de mecenas? La vicerrectora de Proyección Universitaria, Eloísa Ramírez, no lo descarta al explicar en qué consiste esta nueva vía para lograr financiación.

¿Para qué sirve el Plan de Mecenazgo? Suena a una forma de buscar financiación donde sea.

En realidad es una línea en la que veníamos trabajando desde hace tiempo. Sí es cierto que en los últimos años, y en especial desde hace tres ejercicios, ha habido unos ajustes económicos muy grandes en todas las instituciones públicas y eso nos ha afectado [en 2014, el presupuesto se calculó en unos 66,46 millones y en 2015 se han previsto 64,7, cuando en 2010 se acercó a los 76]. Hemos tenido que priorizar ciertas cuestiones, y algo que siempre hemos querido proteger es al personal, que representa cerca del 80% del gasto. Por eso ha habido proyectos que han quedado muy tocados, como los culturales.

En concreto, la cultura es una de las tres líneas que contempla el Plan de Mecenazgo, que también permite a empresas y personas a título individual aportar fondos a cuestiones de apoyo a estudiantes y de accesibilidad. Llama la atención que estas cuestiones estén muy vinculadas a los que debería ser una universidad pública, para todos.

Y en el caso de la accesibilidad, además, tiene que ver con cumplir la ley. Pero sí, somos una universidad pública a la que cualquiera entra por mérito y capacidad exclusivamente, y tiene derecho a seguir estudiando como los demás. Por eso hemos seleccionado tres aspectos afectados por los ajustes presupuestarios, o porque tienen una mayor necesidad, que creemos que son importantes. Y se trata de cuestiones concretas, no hablamos de obtener fondos no se sabe muy bien para qué.

Vamos por proyectos. En el curso 2012-2013, la UPNA puso en marcha un programa de apoyo a estudiantes para abonar la matricula. ¿El número de solicitudes se mantiene?

Las matrículas han subido de precio y las becas se han puesto con un sistema más complejo, mientras que las familias tienen más necesidades, por eso tenemos un número de estudiantes que no pueden pagar la matrícula, algo que ahora más o menos se ha estabilizado [hay algo más de 70 solicitudes al año]. Y contamos con esas ayudas para el pago de matrícula, pero también para el bono del comedor o de transporte.

El tercer programa al que contribuir es la accesibilidad.

Todo estudiante tiene derecho a contar con los mismos medios de formación, independientemente de sus condiciones físicas, y nos consideramos una universidad accesible, pero hay cuestiones que debemos actualizar, ya sean obras u apoyos tecnológicos. No se trata de un material barato, y por eso lo hemos sacado adelante con apoyos externos, como Vodafone, la Once... Este curso, por ejemplo, tenemos 35 estudiantes con una discapacidad superior al 33%, y eso requiere una inversión.

El Gobierno de Navarra también puso en marcha una Ley de Mecenazgo.

Sí, aprobó una ley foral que facilita el mecenazgo cultural, para que una persona que colabora con actividades amparadas por ese paraguas, entre las que están incluidas las de la universidad, tenga unos incentivos fiscales más elevados que si los dirige a otro tipo de cuestiones.

¿Y a la UPNA le han llegado fondos a través de este sistema?

Hasta ahora, que yo sepa, no.

Pero, en el caso de la universidad, habrán pulsado antes si había interés por parte de empresas o personas por participar en este mecenazgo… ¿Qué respuesta han tenido?

Este es un programa a medio y largo plazo. Es cierto que no hay una cultura en el panorama universitario español de apoyo a las universidades, ese mecenazgo es algo más propio del mundo anglosajón. En las públicas, se ha empezado a desarrollar desde hace tres años, un paso en el que Málaga y Granada fueron pioneras.

¿Nos vamos a acostumbrar a nombres de pabellones con empresas o personalidades?

Eso ya se hace en algunas universidades con entidades financieras o personas que han contribuido a ello, lo que pasa es que en Navarra estamos poco acostumbrados a ello. Y, cada vez que se plantea, parece… inusual.

Bueno, lo que parece es que la universidad tendrá más publicidad.

De hecho, ya la hay. Cuando cualquier entidad nos ayuda, la única contrapartida que se pide, y me parece lógica, es que se diga que nos han ayudado. Son acciones que, sin ese apoyo, no las podríamos haber hecho, así que veo normal que nos pidan poner su logotipo en alguna parte. Otra cuestión sería que hubiera otro tipo de intereses, pero en eso en la universidad tenemos mucho cuidado.

¿Cómo va a convencer a empresas y personas a contribuir con dinero a la universidad cuando sigue habiendo ajustes?

Esta es una ventana, y queremos implicar a la gente en el proyecto de la universidad. No podemos obligar a nadie, pero solo queremos que vaya calando, poco a poco, una cultura de apoyo a determinadas actividades. Si acertamos, el tiempo lo dirá. Y a lo mejor no en seis meses o un año, sino en dos, cuatro o más.

Ahora que el Rectorado afronta elecciones (hay dos candidatos: Alfonso Carlosena y Jorge Nieto), ¿está convencida de que el proyecto se mantendrá independientemente del resultado?

La universidad trabaja con proyectos y piensa en el futuro. Evidentemente, puede haber un equipo rectoral que prescinda de un programa, pero creo que nos diferenciamos de la política en general en que tenemos más estabilidad. Funcionamos con programas a medio y largo plazo y es difícil que un equipo rectoral retire un proyecto si está trabajado y consensuado.

¿Entiende que este plan se vea como un tirón de orejas al Gobierno de Navarra? Porque, al final, es buscar financiación por otra vía.

No está pensado como un tirón de orejas, dicho de entrada. El recorte presupuestario es muy grande y eso es un dato objetivo, pero las propias instituciones están siempre pidiendo a las universidades que busquemos financiación complementaria así que, en el fondo, estamos haciendo lo que nos mandan. Por eso no sería justo que se interpretara como un tirón de orejas.

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