“No quiero que el Parlamento foral sea un mamotreto lleno de dinosarios”
“Euskaldun, feminista y republicana”. La nueva presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, ha repetido este mensaje poco después de estrenar el cargo porque, según reconoce esta representante de Podemos, los símbolos son importantes, también si se intenta cambiarlos. Esa, al menos, es su promesa como el cargo de referencia de la nueva Cámara foral. Podemos ya ha recibido críticas por parte de UPN por aspirar a este puesto y entrar en el reparto de la Mesa (acuerdo alcanzado entre Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E), pero Aznárez responde: “La casta es quien ha mantenido y perpetuado un sistema que no garantizaba derechos sociales para todo el mundo”.
¿Es compatible criticar las instituciones con ocupar en ellas un cargo bastante institucional, como en este caso la Presidencia?
Ha sido institucional en la medida en que así lo han querido. Las instituciones están para cambiarlas, y para hacerlo en beneficio de las necesidades y propuestas de la sociedad, sobre todo del movimiento asociativo, reivindicativo, feminista… que no han tenido voz para poder ser escuchados y que ahora me propongo llevarla al Parlamento, para hacer un Parlamento abierto, sacarlo a la calle y normalizarlo, porque no quiero que eso sea un mamotreto lleno de dinosaurios.
Parece que era clave, además de una persona euskaldun, que la Presidencia de la Cámara la ocupara una chica. ¿Echa en falta más representación femenina en las instituciones o al frente de las mismas?
En cuanto a representatividad, somos un Parlamento bastante paritario. Estamos trabajando por ello. Parece que las mujeres estamos llegando a esos espacios de decisión que son tan necesarios. Pero es verdad que en Podemos Ahal Dugu hemos hecho un esfuerzo para que el Parlamento estuviera presidido por una mujer y, sin embargo, otras formaciones no han hecho lo mismo: me he encontrado una Mesa en la que voy a estar con cuatro varones [Unai Uhalde, Alberto Catalán, Maiorga Ramírez y Óscar Arizcuren].
En sus primeras declaraciones ha insistido en que será una presidenta diferente.
Al iniciar una legislatura, hay que desmarcarse un poco de lo clásica que ha sido esta institución, y marcar nuevos perfiles. Yo no tengo por qué ocultar que soy una mujer feminista, euskalduna y republicana. En mis redes sociales siempre lo he dicho y lo he mantenido.
Habla de las redes sociales. Quería preguntarle precisamente por ello. Tras lo sucedido en Madrid [donde el concejal delegado de Cultura, Guillermo Zapata, ha dejado el cargo por la polémica que ha acompañado a unos tuits en los que había chistes antisemitas o con referencias a ETA], ¿ha revisado sus tuits?ha dejado el cargo
Está visto que el cambio va a tener su coste; va a haber mucha gente vigilante a cualquier imagen o comentario. Pero habrá que empezar a hablar de qué se entiende por libertad de expresión. Yo también tengo un pasado, y aquí parece que por querer hacer política tienes que revisar toda tu vida anterior: que cada cual lo haga. Entiendo, en cualquier caso, que los insultos no tienen que ser algo común.
El cabeza de lista de UPN, José Javier Esparza, ya se ha preguntado por qué Podemos, si tanto critica a la casta, ha entrado en el primer reparto de cargos.José Javier Esparza
Yo no me denomino casta, sino que llamo así a quien ha mantenido y perpetuado un sistema que no garantizaba derechos sociales para todo el mundo. Si yo soy casta por intentar que la gente que está en emergencia social tenga una perspectiva de dignidad de vida, allá cada cual. Ocupar un espacio de poder decisorio para cambiar las políticas y las formas que hasta ahora han prevalecido en el Parlamento es valentía, transparencia, honradez y trabajar en lo que nos une. Y tanto Unión del Pueblo Navarro como el Partido Socialista está en lo que nos desune; si no, todos estaríamos trabajando codo con codo para sacar a Navarra de esta emergencia social.
Ha hablado precisamente del pasado y del PSN. Usted fue concejala socialista en el Ayuntamiento de Pamplona, ¿no hay nada de aquel partido del que formó parte en el actual?
Entré en el Ayuntamiento de Pamplona con el Partido Socialista como independiente y luego creí que debía lealtad a un partido que había apostado por mí. Una no nace con un ADN político, sino que va creciendo, viendo cosas… y yo vi que el Partido Socialista no trabajaba por una realidad que yo entendía diferente. Por eso hace tiempo decidí dejar el partido y seguir trabajando donde siempre lo he hecho: en los movimientos sociales y la calle. Eso es lo que me identifica. Y trabajar en Podemos surgió porque, después del 15M, en las asociaciones vimos que había que organizarse y dar un salto más. No queremos un cambio de cromos, ni maquillaje, ni ponte tú para ponerme yo; aspiro a un cambio profundo.
¿Ese objetivo se logrará desde dentro de un gobierno cuatripartito en Navarra?
Esas decisiones no se pueden tomar ahora mismo. Es por lógica política. Primero nos hemos reunido estos días para la investidura del Parlamento, hemos logrado un cambio, y ahora empieza otro momento, que son las comisiones sectoriales en las que se trabajarán los temas que realmente son necesarios para garantizar esa gobernabilidad del cambio. Creo que la conclusión de esas mesas sectoriales nos dirán qué tipo de gobierno se va a crear. Yo soy incapaz de poner sobre la mesa una estructura de gobierno porque no sé el acuerdo programático.
Podemos ya ha mostrado importantes diferencias con ese acuerdo programático.
Las negociaciones justamente ponen de relieve las diferencias, y se negocia para salvarlas por el bien común. Muchas veces de las diferencias salen fortalezas. Creo que estamos en un momento histórico, y no quiero que se frustre, porque no sabría cómo gestionar esa frustración social. Sabemos que el tiempo corre en nuestra contra y que hay muchos agentes externos que intentarán contaminar que esto se frustre; ahí está la convicción, las ganas y la pasión de muchas personas que trabajamos para que no sea así.