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La consejería de Interior, uno de los últimos nombres en cerrarse y el primero en ser criticado

La consejería de Presidencia e Interior es la responsable de la Policía Foral.

Garikoitz Montañés

El nuevo Gobierno Foral sigue quemando etapas. Una vez solventado el pleno de investidura y la toma de posesión de Uxue Barkos como presidenta de Navarra, la primera nacionalista al frente de la Comunidad Foral, llega el momento del gabinete. Las consejeras y consejeros del ejecutivo del llamado gobierno del cambio tienen previsto hacerse cargo de sus carteras desde este jueves a las 12:00 horas en un acto que tendrá lugar en el Salón del Trono del Palacio de Navarra. A falta de que se cierren los nombres de los directores generales, paso también clave (está por ver si los partidos que han apoyado la investidura de Barkos también influyen en esas decisiones), el proceso sigue adelante. Y la polémica en torno a la consejería de Interior, también.

Hasta el momento, UPN en Navarra y el PP de forma nacional han sido quienes más han cargado contra la decisión de Barkos de aceptar la propuesta de EH Bildu de Mª José Beaumont, abogada vinculada a la Coordinadora de Itoiz (crítica con la presa), como responsable de la Consejería de Presidencia, Función Pública, Justicia e Interior. El propio presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, ha asegurado esta semana que le “preocupa” este nombramiento, puesto que esa cartera es la responsable, por ejemplo, de la Policía Foral. Y UPN ha pedido a Barkos, a través de un comunicado, que dé marcha atrás.

El nombramiento de Beaumont fue, según fuentes cercanas a las negociaciones entre Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, uno de los últimos nombres en cerrarse del nuevo gobierno. Antes, fuentes de EH Bildu habían asegurado que no era una cartera por la que tuvieran interés en proponer nombres, pero su cabeza de lista en el Parlamento Foral, Adolfo Araiz, en una entrevista en Gara y Naiz, aseguró que se habían propuesto personas en todas las áreas y que en Interior se logró consenso en torno al nombre de Beaumont. Cabe recordar que el nombre del propio Araiz fue propuesto para Desarrollo Rural, pero no fue aceptado por ser un referente político y sí otra sugerencia de Bildu: Isabel Elizalde.

En un gobierno de nueve personas, además de la presidenta, seis de esos cargos fueron atribuidos a Geroa Bai, uno a Izquierda-Ezkerra y dos a EH Bildu. Y esa atribución la hicieron tanto I-E como la propia Bildu. Hasta anunciarse los nombres, EH Bildu había sido muy crítica con el escaso peso político del nuevo gabinete, ya que Barkos había exigido que no hubiera personas con cargos dentro de los partidos (aunque Manu Ayerdi sí figura como vicepresidente económico, cargo por el que tendrá que renunciar a la Presidencia del PNV en Navarra) y que no ocuparan escaño, pero después la coalición se mostró muy satisfecha con sus dos propuestas aceptadas. En su comunicado, por cierto, UPN no habla de Beaumont como una integrante de la izquierda abertzale, pero sí como una persona con una trayectoria y vinculaciones “más que manifiestas”.

La presidenta de Navarra, por su parte, ha salido en varias ocasiones en defensa de la nueva consejera. Primero, destacando su trayectoria profesional y asegurando que, si su nombramiento era la única pega puesta al nuevo ejecutivo, era como para estar de enhorabuena; después, Geroa Bai recordó que Beaumont no ha formado parte de ningún partido, y que responderá ante la presidenta como parte del gabinete y no ante EH Bildu. Y, por último, Barkos ya ha firmado este miércoles el decreto foral para nombrar a su nueva consejera, así como el del resto del ejecutivo.

La colaboración policial

Con todo, el nombramiento ha tenido repercusión nacional y ha sido cuestionado abiertamente por integrantes del Gobierno central. Pero, más allá de la crítica política, también se han anticipado decisiones más graves en materia de seguridad. Por ejemplo, en un artículo de El Mundo, en el que se citaban fuentes policiales, se apuntaba que esta decisión del nuevo Gobierno Foral iba a frenar la colaboración de la Policía Nacional y la Guardia Civil con la Policía Foral. Barkos desmintió esta posibilidad en su discurso de investidura, pero el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha ahondado en esta polémica al asegurar, según recoge Diario de Navarra, que el nombramiento es casi como una “provocación”; así, ha afirmado que las fuerzas de seguridad cumplirán íntegrantemente sus funciones pero también, y aquí ha sembrado dudas, que se amoldarán a esta realidad “mientras no quede acreditado que se va a cumplir estrictamente la ley”.

Y, tras esa polémica, este miércoles por fin ha hablado la propia consejera de Interior. Beaumont, que ha leído un comunicado ante los medios de comunicación tras la toma de posesión de Barkos, ha criticado las mentiras en torno a su persona y ha defendido que accede al cargo “con ninguna encomienda política específica, ni confesable ni inconfensable”. Pese a ello, ha denunciado que ha sido “vapuleada desde el minuto uno” y ha pedido que se le juzgue por sus actuaciones y no por haber sido propuesta por un grupo parlamentario. Y, en cualquier caso, ha subrayado su compromiso con la defensa de los derechos humanos. Esas acciones afrontan ahora su primera jornada.

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