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“A nadie le gusta que su empresa aparezca en prensa por algo negativo”

El secretario general de la Federación Servicios de Navarra de CCOO, Josu Ros.

Garikoitz Montañés

Comisiones Obreras cuenta desde este pasado lunes con una nueva federación en la Comunidad Foral: Servicios de Navarra. A través de ella se abordarán cuestiones como los seguros y mutuas, el telemarketing, el comercio, los grandes almacenes, la hostelería o los hoteles. En total, unos 2.700 afiliados. Pero uno de los sectores más llamativos a los que representará es el de la banca y el ahorro. El secretario general de esta federación, Josu Ros, lleva 16 años dentro del terreno sindical como empleado del sistema financiero. Reconoce que no son, precisamente, un colectivo protagonista en las grandes manifestaciones, pero sí un sector más que está sufriendo los efectos de la reforma laboral. Y a la población indignada con los bancos y las cajas, que a menudo presenta sus quejas directamente a la persona tras el mostrador, les pide que “nos valoren por el trabajo del día a día”. Ellos, explica, no son los de los sobresueldos.

¿A los trabajadores del sistema bancario les ha afectado la crisis?

En realidad nuestras reivindicaciones no son diferentes de las de otras empresas. Ha habido una reducción sustancial de plantilla, tras perder 50.000 empleos en toda España. Y el ejemplo más gráfico de ello es Caja Navarra: antes, en su edificio emblemático en la avenida Carlos III de Pamplona, tenía ocupadas de la primera a la séptima planta, y ahora estarán dos plantas como mucho. Sí es verdad que los trabajadores del sistema financiero éramos un sector privilegiado, al que no afectaban los ERE, pero de repente nos hemos dado de bruces con la realidad y ahora se han puesto en juego nuestros derechos laborales.

Siendo parte del sistema bancario, ¿cree que pueden ganar el apoyo de una ciudadanía indignada con los bancos?

El destinatario final de las quejas, más que la plantilla, son los gestores de esas empresas, que ponían en circulación productos demasiado sofisticados, que no se ajustaban a los clientes. Y las quejas llegaban a los trabajadores porque, al final, son el contacto directo entre el cliente y la entidad.

¿Cree que la ciudadanía puede recuperar la confianza en los bancos y las cajas?

Creo que será importante que se recupere la actividad de las entidades financieras, que las cosas vayan bien, se revitalice el consumo y fluya el crédito.

¿Diría que han vuelto a concederse créditos?

Ahora, poco a poco, empiezan a concederse créditos de nuevo para la compra de viviendas.

Pues parecía que, tras la crisis, habría quien no querría oír de la hipoteca y optaría por el alquiler.

Eso se podría lograr si hubiera cambios legislativos que permitieran promover el alquiler de viviendas. Pero en ese terreno aún hay que avanzar. El alquiler de vivienda social, a precios simbólicos, debería estar más arraigado.

Escándalos como el que rodea a Caja Navarra, ¿afectan a la plantilla?

A nadie le gusta que su empresa aparezca en la prensa por cuestiones negativas. Eso, además, también puede afectar a algún cliente, que al acercare a la caja te lo recuerda. Pero lo que hay que tener en cuenta es que el empleado a menudo ni comparte ni se entera de esas decisiones que se toman más arriba. Nuestro objetivo es asesorar lo mejor posible a la clientela. Pero sí, ese tipo de noticias te generan indignación. Cuando son ciertas y cuando no lo son, porque infundios también ha habido.

¿Qué futuro augura a los trabajadores del sistema bancario?

Espero que se estabilice la actividad de las empresas, y que frene ese goteo permanente de bajas en el sector financiero.

El suyo es uno de los sectores más afectados por la movilidad. A menudo tienen que desplazarse a otro destino.

Hemos tenido una situación mejor en cuanto al mantenimiento de nuestro salario, pero no es oro todo lo que reluce. También ha habido personas a las que se les daba un nuevo destino sin posibilidad de retorno. Y ahí hay quien puede romper el vínculo con la familia y volver quizá los fines de semana o cada cierto tiempo, y quien no ha podido hacerlo.

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