“En un contrato de 45 páginas, la cláusula suelo es uno de los 100 términos en negrita”
“¿Cómo me di cuenta de que tenía una cláusula suelo? Pues porque, cuando empecé a pagar la hipoteca, cada año las cuotas solían reducirse. Las letras iban bajando con la caída del Euríbor, pero después, a pesar de la crisis, vi que seguía pagando lo mismo. Fui a la caja a preguntar si se habían confundido, y entonces me dijeron que tenía un tope. Primero pensé que tendría que fastidiarme y pagar, pero luego vi en los medios que se hablaba de la cláusula como una práctica abusiva”.
El caso de Eñaut Urbizu es similar al de otras personas que, en torno a 2006 y al municipio guipuzcoano de Zumarraga, decidieron firmar una hipoteca con la, entonces, nueva oficina de Caja Rural de Navarra. Se han reunido en dos ocasiones con la entidad para intentar negociar la eliminación de la cláusula a partir de ahora; es decir, perder lo ya abonado pero eliminar ese suelo que, en el caso de Urbizu, le supondría ahora pagar el Euríbor más un diferencial de 0,4 (en marzo habría supuesto en torno a 80 o 90 euros), en lugar de los 380 que le supone afrontar la cláusula suelo. Pero, ante la falta de un acuerdo, en torno a 40 personas de Gipuzkoa (35 casos) y Navarra (5) han decidido agruparse en la Asociación de Afectados por Cláusula Suelo de Caja Rural (Asaf-Sucar) para acudir a los tribunales. Y exigirán no solo la eliminación de la cláusula, sino también la retroactividad. Que les devuelvan lo abonado.
Fuentes de Caja Rural de Navarra, por su parte, defienden, sin entrar a valorar este caso en particular, que el Tribunal Supremo ya ha reconocido que la cláusula suelo es legal, pero que la clave está en cómo se tramitó cada caso, en si hubo transparencia o no. Por ello, insisten en que hay que valorar cada hipoteca por separado, porque cada documento es un mundo. Y argumentan que están dispuestos al diálogo pero, en caso de que no funcione, tampoco cierran las puertas a dirimir esta situación en los tribunales.
“El desconocimiento es muy grande”
La formación de la asociación de afectados, de la que Urbizu es el presidente, es el primer paso para presentar una demanda colectiva, coordinada por el despacho, con sede en Navarra, Ferrer Bonsoms, de la plataforma Denunciascolectivas.com. El abogado Ignacio Ferrer espera que la asociación se constituya ya “a lo largo de esta semana” y que más personas afectadas puedan sumarse a ella, ya sea superando el miedo a acudir a la Justicia o bien informándose de si son uno de los afectados por este tipo de cláusulas suelo.
Urbizu, a este respecto, asegura que no siempre es fácil ser consciente de ello: “En su día, yo me fie del banco. Te dan un contrato de 45 páginas y no sabía que tenía cláusula suelo. Ahora nos dicen que está en negrita, pero hay más de 100 términos destacados, y nos recuerdan que firmamos ante un notario, pero entonces afrontas el pago de una hipoteca y el desconocimiento con el que lo haces es muy grande”. Todo parece indicar que, ahora, en este caso decidirán los tribunales.