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La ‘limpia’ de la limpieza

El antiguo Hospital de Navarra, ahora integrado en el CHN.

Garikoitz Montañés

El personal de limpieza del Complejo Hospitalario de Navarra sigue movilizándose, como cada jueves a las 09:00 y las 18:00 horas desde hace un año, en la puerta del Hospital de Navarra para denunciar su situación laboral. En la actualidad, las trabajadoras (ellas son mayoría en este servicio) denuncian que, de las alrededor de 110 empleadas actuales, únicamente 10 son fijas. El resto, no tiene plaza. Y, entre ellas, sigue aumentado el número del personal estructural, que trabaja por obra, es decir, por unos meses hasta que vuelvan a lograr un nuevo contrato. Sindicatos como ELA ya han criticado que este es el reflejo de una progresiva privatización del servicio, que arrancó en torno a 2006 y que ha vivido un nuevo momento clave con la concesión de la limpieza de las nuevas Urgencias a una empresa (MAJU).

Entonces, las trabajadoras ya denunciaron que se había aprobado el estreno del edificio, que tuvo lugar el pasado 8 de octubre, para privatizar la limpieza de esta zona y recortar personal. Desde el Gobierno de Navarra, por el contrario, se anunció que no habría despidos al menos hasta el 31 de diciembre de este año y que el personal se reubicaría en otras zonas. Trabajadoras como Laura Criado Gorostiaga, no obstante, recuerdan que no renovar los contratos (calculan que ha ocurrido con entre cuatro y seis personas) también es una forma de “despido encubierto”.

Para Dolores Ezkerro, Izaskun Arteaga y Criado, con 18, 11 y 5 años de trabajo en este servicio, esta situación es el reflejo de una privatización progresiva, que arrancó en 2006 y que sigue extendiéndose. En la actualidad, las trabajadoras públicas realizan la limpieza en pabellones como el A (que incluye la UCI o los quirófanos de urgencia), B, H, L, N o el pabellón azul. Por el contrario, ya se ha privatizado esta labor en los pabellones C, D y E y las nuevas Urgencias unificadas.

El personal de limpieza público está conformado por trabajadoras públicas, y por tanto sin plaza, porque insisten en que nunca se han convocado oposiciones de nivel E para puestos de limpieza en el Complejo Hospitalario. La última Oferta Pública de Empleo de ese nivel E, que también incluye otros puestos como los de, por ejemplo, cartería o información, se convocó hace más de dos años, y las plazas de limpieza se cubren con una lista. A través de ella se accedía a las vacantes que dejaba el personal fijo cuya plaza no se cubría; y ahora, cada vez más, esos puestos se cubren con contratos estructurales, por obra. En total, suman con los fijos unas 110 personas (calculan que antes de las privatizaciones se superarían fácilmente las 150), aunque temen que, si a las 10 personas fijas finalmente se les destina a otras funciones (como las mencionadas de información o de servicios exteriores), se acabe el personal fijo de limpieza y se dé vía libre a una plantilla “100% eventual”.

¿Qué pasará en 2015?

Entre este aumento de los servicios realizados por empresas privadas, tanto en áreas renovadas como en nuevos servicios (como el laboratorio unificado), la falta de OPE, la apuesta por los contratos por obra y la reducción de personal, con una plantilla con bastantes de sus integrantes por encima de los 55 años, estas trabajadoras tienen clara que la apuesta de UPN es la privatización. “O externalización, como les gusta decir, aunque al final significa lo mismo”, apunta Arteaga.

En una reunión con la Dirección de Personal, el pasado 30 de septiembre, se les aseguró que las trabajadoras públicas seguirían prestando su trabajo en las mismas condiciones hasta finales de diciembre. Pero la plantilla se pregunta qué pasará, por tanto, a partir de 2015 y si, con esta promesa, no quiere evitarse una nueva polémica de cara a las elecciones. Porque, con los datos sobre la mesa, temen que se repita la actuación realizada en las cocinas, “y aquí lo tendrían más fácil”, por esos altos porcentajes de eventualidad. Aunque, insisten, esa apuesta por la privatización sería más cara y con un empleo “más precario” (con turnos de cuatro horas), lo que supondría un nuevo golpe al trabajo público en la sanidad navarra.

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