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El socialismo vasco toca fondo

Idoia Mendia, junto a Miguel Ángel Morales, esta noche en Bilbao.

Iker Rioja Andueza

Esta vez las encuestas sí decían la verdad. En el PSE-EE repetían que el desplome que pronosticaban los sondeos para estas elecciones vascas era tan irreal como los batacazos previstos para las generales de diciembre y junio, al final maquillados con unos números pasables. Pero no ha sido así. Del 19% de los votos de 2012, el socialismo vasco se ha quedado ahora en menos del 12%, alrededor de un 40% menos. Es un mínimo histórico.

Idoia Mendia a las 22.30 ha comparecido con cara de circunstancias junto a su equipo y no le ha quedado sino reconocer lo evidente, aunque ha querido matizar que la irrupción de nuevos partidos y la baja participación han condicionado su posición. A la exconsejera le queda el consuelo de que sus 9 escaños (6 mujeres y 3 hombres, tres por cada provincia) pueden proporcionar al PNV una cómoda mayoría absoluta de cara la investidura de Iñigo Urkullu y a la gobernabilidad. Y también que el ‘sorpasso’ de Elkarrekin Podemos no es muy doloroso, ya que Pilar Zabala no ha cumplido las expectativas y la irrupción morada se queda en 11 escaños.

El resultado es malo, sin paliativos. Portugalete, Barakaldo, Ermua, Eibar, Irún, Zumarraga o Nanclares de la Oca han sido testigos de un declive imposible de disimular. La honrosa excepción ha sido el municipio guipuzcoano de Lasarte-Oria. Un experto advertía ya en campaña de que el PSE-EE no había sido capaz de garantizar un “relevo generacional” en sus filas, nutridas durante años por la inmigración obrera. Incluso el PP, quince años después, ha vuelto a alcanzar a un PSE-EE que no hace tanto era la alternativa más sólida al gobernante PNV.

En 1980, las primeras autonómicas, el PSOE se quedó con un 14% de votos (9 de 60 escaños), pero Euskadiko Ezkerra, por separado, sumó otro 10% de apoyo popular. El verdadero suelo del actual PSE-EE hay que buscarlo en 1994. Fueron 12 escaños y un 16% de sufragios. En esta aciaga noche de septiembre de 2016, Mendia ha logrado 50.000 votos menos que aquella candidatura de Ramón Jáuregui.

Hace sólo siete años, en 2009, el socialismo alcanzó un tope de 25 escaños empujado por el tirón de José Luis Rodríguez Zapatero y sin la izquierda abertzale en liza. Patxi López pudo gobernar con el apoyo del PP, aunque tuvo menos votos y escaños que el PNV. No así en Álava, donde el hoy también candidato ‘número dos’, Txarli Prieto, fue el único que venció a Juan José Ibarretxe. Hoy los socialistas apenas han alcanzado 19.000 apoyos en ese territorio y su representación ha quedado en la mitad.

Y en Gipuzkoa las cosas no han ido mucho mejor. Mientras el PP ha aguantado el tipo, la plancha de Susana Corcuera se ha dejado dos escaños en el camino que, unidos al que pierde EH Bildu, permiten una tímida aparición de Elkarrekin Podemos con 3 representantes. En Bizkaia, ni siquiera ha entrado en la pelea por los restos para arañar los últimos escaños, que EH Bildu y PP han disputado hasta el final al PNV (aunque sin éxito). En el escalón municipal, en las tres capitales los números son desastrosos y no hace tanto Vitoria y San Sebastián tenían alcaldes socialistas, a lo que se suma las debacles en feudos como Portugalete, Barakaldo, Eibar, Ermua, Zumarraga o Nanclares de la Oca.

Adiós a una época: sin representación Euskadiko Ezkerra

“Ha sido un mal resultado. Pero quiero decir que hay aquí nueve parlamentarios socialistas que no van a defraudar la confianza depositada en ellos”, ha enfatizado Mendia en su valoración de urgencia, en la que ha estado arropada por todo su equipo y en la que ha sido aplaudida por los cuadros del partido allí presentes. Nada se ha dicho sobre el futuro del partido.

Según Mendia, el “hartazgo” por la situación política en España ha retraído y desmovilizado a muchos ciudadanos a la hora de acudir a las urnas. Esa “baja participación” ha perjudicado al PSE-EE, ha valorado su candidata y secretaria general. En el lado contrario, el PP de Alfonso Alonso ha llevado la sardina a su ascua y ha preferido celebrar más la debacle socialista (personalizada en Pedro Sánchez) que su resultado propio, aceptable pero no para echar cohetes.

Como consecuencia del mal resultado, el reducido grupo parlamentario socialista deja fuera al último superviviente de la antigua EE en las listas socialistas, Mikel Unzalu. Este partido vasquista de izquierdas alcanzó 9 representantes en 1986 y en el Parlamento Vasco saliente hasta cuatro miembros de la bancada socialista (Jon Azkue, Patxi Elola, Bixen Itxaso y el propio Unzalu) procedían del partido integrado en el PSOE en 1993.

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