La calculadora de CO2 de la arquitectura
Sabemos el gasto energético que tiene un edificio una vez que está terminado y en uso. Pero desconocíamos cuánta cantidad de CO2 se emitía a la atmósfera durante el proceso de construcción. Ahora, ArCO2, una herramienta gratuita y de software libre permite calcular cuánto CO2 está asociado a la construcción o rehabilitación de un edificio a partir de las mediciones y presupuestos de su proyecto. De esta manera, subrayan sus impulsores, los agentes implicados en la construcción sabrán de antemano el impacto del proceso y corregirlo para eliminarlo o al menos reducirlo.
“La construcción tiene un impacto muy grande en su proceso de fabricación y transporte de los materiales, no solo en el coste de mantenimiento de los edificios”, señala Iñaki Alonso, arquitecto e integrante de la Asociación Ecómetro, entidad que ha desarrollado la herramienta por encargo de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura (ASA). “Se está avanzando en marcos normativos que regulen el gasto de los edificios del futuro pero poco hay desarrollado sobre cuánto CO2 cuesta fabricar un edificio, es decir cuánto cuesta fabricar los materiales que lo componen y el transporte de esos materiales desde la extracción hasta la puesta en obra”, explica el experto.
El sector de la edificación es el responsable del 40% de las emisiones de CO2, según datos recogidos por Ihode, la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno del País Vasco. También es el sector que genera el 30% de los residuos sólidos y el 20% de la contaminación de las aguas.
Corregir el impacto ambiental
De ahí que ArCO2 pueda convertirse en una herramienta que sirva para eliminar o minimizar estos impactos. Esta suerte de calculadora ambiental, que ya está disponible en la página web, permite a los técnicos que vayan a usarla que la introducción y salida de datos se realice de manera “rápida, sencilla y precisa”, como subrayan desde Ecómetro, entidad que tiene por objetivo medir y visualizar la ecología en la arquitectura y el urbanismo.
La herramienta incluye una base de datos de valores estimados de referencia -realizada con el Instituto de la Construcción Eduardo Torroja, perteneciente al CSIC- que incluye información sobre el CO2 que emiten los materiales proyectados y la maquinaria usada en la construcción desde la extracción hasta su colocación en obra. Un segunda base, creada en colaboración con el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Guadalajara, contiene información en kilogramos de los materiales más importantes -11.000- y que suponen un 80% del peso del edificio.
La información ambiental que se ha introducido en la herramienta procede de bases internacionales, aunque la intención es que en un futuro se trabaje con las Declaraciones Ambientales de Productos. “En el resto de Europa están más extendidas pero en España aún son pocos los fabricantes que las tienen pero es una información muy valiosa porque no es sólo importante saber dónde se ha fabricado un material, sino por ejemplo cuánto energía se ha empleado en ello”, subraya Alonso.
Resultados sobre tres variables
Tras introducir todos los elementos necesarios, la calculadora ofrece los resultados en kilogramos de C02 por m2 construido; por euros -el presupuesto más barato puede acabar siendo el más dañino para el medio ambiente-; y por número de usuarios -un edificio que esté infrautilizado puede ser el menos sostenible de todos-.
Además de medir el impacto ambiental de la construcción de un edificio, o de su rehabilitación, la herramienta tiene por objetivo “incentivar la comunicación de la huella de carbono dentro de todo el sector y en todos los grupos de interés, desde el encargo y licitación hasta el proyecto, la ejecución de la obra y el mantenimiento”, como señalan en Ecómetro.
“Es necesario que las administraciones empiecen a tener en cuenta los impactos medioambientales y sociales de todas las políticas, sobre todo en las de contratación de obras”, afirma Iñaki Alonso, quien subraya que “es fundamental que este tipo de herramientas den información medioambiental para poder licitar las obras también con respecto a valores ambientales y no solo económicos”.