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Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.

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¿De qué hablan los británicos en la campaña electoral?

Ignacio Jurado

El próximo jueves hay elecciones en Reino Unido. Se trata de las elecciones más disputadas en décadas. La incógnita no es solo saber qué partido ganará, sino también cuáles serán las alianzas parlamentarias que surgirán de la composición de la Cámara de los Comunes. Hace unos días, José Fernández-Albertos publicaba aquí una pequeña guía para las elecciones. Con una pequeña serie de posts pretendo ampliar esto ofreciendo unas pequeñas notas de cuáles son los asuntos que a mi juicio están siendo los más relevantes en la campaña británica.

La economía

Una de las primeras cosas que sorprende es cómo el Partido Conservador tiene a día de hoy tantas opciones de ganar las elecciones careciendo de un Primer Ministro popular y, sobre todo, habiendo gobernado en una legislatura dominada por la austeridad. Esto es más sorprendente si cabe cuando en las encuestas de hace solo dos años parecía que nos acercábamos irremisiblemente a una cómoda victoria laborista. La explicación tiene que ver con que, a pesar de la austeridad, en los últimos dos años el Reino Unido ha empezado a crecer con solidez y a crear empleo. Los Conservadores han cimentado su campaña electoral sobre esta recuperación. El mensaje principal de David Cameron y su partido es algo así como lo siguiente. “Heredamos un país en quiebra, con niveles de déficit como los de Grecia y, aunque ha costado, lo hemos puesto a funcionar. Pedimos la reelección para poder terminar el trabajo y asegurar que no volvemos al caos anterior”. ¿Les recuerda a algún partido en España?

La realidad es que ese mensaje ha calado en una buena parte del electorado. Más de un 40% de los ciudadanos piensa que la economía está mejorando y más del 70% atribuye esta mejora a la labor de este gobierno (frente a otros factores que podrían estar detrás de la mejora económica). Este es, además, el punto flaco de los Laboristas. Al igual que, por ejemplo, le ocurre al Partido Socialista en España, los Laboristas tienen su reputación económica dañada. Tras haber manejado el gobierno en el momento de implosión de la crisis económica y tras haber dejado el país con un déficit galopante por haber comprometido mucho dinero público para, entre otras cosas, nacionalizar bancos, muchos ciudadanos consideran que los Laboristas no son una garantía para la recuperación y que reelegirlos sería recuperar a los creadores de la situación. El siguiente gráfico compara cómo creen los ciudadanos británicos que el Gobierno lo está haciendo con la economía con cómo creen que lo haría el partido Laborista si estuviera al mando. Como se puede comprobar, los británicos confían bastante más en los partidos del Gobierno actual para dirigir la economía que en el principal partido de la oposición. A mi juicio esto puede tener relevancia en este sprint final de la campaña. En un momento en que la recuperación aun se percibe como frágil, es posible que votantes indecisos aversos al riesgo pudieran decantarse en el último momento por los Conservadores como garantía de que la recuperación no se revertirá.

Gráfico 1: ¿Cómo está manejando el Gobierno/manejarían los Laboristas la economía?

Fuente: British Election Study 2015. Ola 4 (pre-electoral)

La desigualdad y el nivel de vida

Como decía, la economía ha mejorado y los ciudadanos así lo reconocen. En cambio, este éxito que intenta vender el Partido Conservador se ve lastrado por dos problemas relativos a cómo se ha diseñado esta recuperación.

En primer lugar, los niveles de desigualdad han seguido creciendo. Este ha sido el argumento principal de los Laboristas y de los partidos de izquierda más pequeños como los Verdes o el SNP para cuestionar el éxito económico de Cameron. Para hacerlo más creíble, Miliband reconocía hace poco que de lo que más se arrepentía del período de gobierno anterior es de que su partido fue “muy relajado con la desigualdad”. La realidad es que, a pesar de todo, los británicos confían enormemente en el Partido Laborista para atajar la desigualdad. Como se puede comprobar en el siguiente gráfico, este es un asunto en que los ciudadanos perciben a los Laboristas como el partido que sería más activo en este campo si gobernara, incluso por encima de partidos que se perciben más a la izquierda como los Verdes y el SNP. Los Conservadores, en cambio, son percibidos como un partido absolutamente indiferente frente a la desigualdad (solo un 3% de los ciudadanos cree que tratarían de reducirla).

Gráfico 2: Los partidos británicos y la desigualdad

Fuente: British Election Study 2015. Ola 4 (pre-electoral)

Este debate sobre la desigualdad se ha concretado en la campaña en discusiones sobre políticas específicas entre la que probablemente la que más atención ha recibido son los llamados contratos de “cero horas”. Este es un tipo de contrato que, aunque fue introducido por los Laboristas en su período de gobierno anterior, ha proliferado enormemente en el proceso de recuperación bajo el mandato Tory. Su peculiaridad radica en que el número de horas trabajadas no están fijadas en el contrato, sino que son flexibles. Así, dependiendo de las necesidades del empleador, este puede pedir al trabajador a su discreción que trabaje a jornada completa, unas horas o ninguna. Estos contratos para realizar trabajo a demanda son populares en sectores como la hostelería, pero también los ha utilizado el sector público para cubrir sus necesidades. Los Laboristas han hecho de estos contratos uno de sus frentes como símbolo de una recuperación que “no es igual para todos” y anuncian que los derogaran cuando lleguen al poder. A los Conservadores esta propuesta les hace daño a su mensaje principal e incluso David Cameron tuvo que reconocer al popular periodista Jeremy Paxman en la entrevista principal de la campaña que no él no sería capaz de vivir con un contrato de cero horas (no se pierdan tampoco la sana insistencia del periodista porque Cameron conteste a lo que se le pregunta).

El segundo punto negro de la recuperación tiene que ver con los costes de vida, que obviamente afectan más a los ciudadanos de ingresos más bajos. En general, los británicos perciben que a pesar de la mejora económica, el coste de vida ha subido. Este es el segundo argumento de los Laboristas para cuestionar la recuperación y otro de sus compromisos principales de campaña. Esto se concreta en políticas concretas en áreas como los costes de energía. Miliband ha anunciado que los costes que la factura del gas y la electricidad se congelarán durante los próximos tres años. En cualquier caso, como se ve en el siguiente gráfico, los británicos no perciben que los Laboristas sean mejores a la hora de controlar los costes de vida que los partidos en el Gobierno.

Gráfico 3: ¿Cómo está manejando el Gobierno/manejarían los Laboristas los costes de vida?

 

Fuente: British Election Study 2015. Ola 4 (pre-electoral)

En conclusión, en las elecciones británicas el electorado tiene un dilema clásico al que no han sido ajenos los votantes de nuestro país en la época más sólida del bipartidismo. Durante muchos años, los datos de encuesta mostraban que los españoles creían que el PP era el más indicado para manejar la economía, mientras que el PSOE era el más indicado para corregir los desmanes del crecimiento (hoy este mapa ha cambiado con la irrupción de Podemos). El jueves los británicos decidirán entre un gobierno que perciben como eficaz en haber conseguido recuperar el crecimiento frente a otro que es percibido como más sensible a los resultados asociados a la recuperación. En un siguiente bloque de asuntos, hablaré del sistema nacional de salud (NHS), la inmigración y la UE, y de las perspectivas de gobierno.

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