Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
Una mirada al cambio de voto de los grupos ideológicos entre 2011 y 2014: se diría que la situación empuja al PSOE a ganarse a los votantes moderados y a resignarse, de momento, a la pérdida de una parte de su electorado de izquierdas.
Lo previsible es que el PSOE siga siendo un partido moderado, y hasta que lo sea más aún, aunque eso no tiene por qué ser un obstáculo para hacer políticas que son una alternativa radical a la situación vigente. Como introducción, sería bueno recordar que la posición ideológica de los españoles carga un poco hacia la izquierda y que, si bien es relativamente constante, se ha desplazado en esa dirección durante esta legislatura. Unos 0,2 puntos en los últimos tres años, que no está tan mal. La media en julio de 2011 era 4,75 y la media en julio de 2014 es de 4,57. En ambos casos la escala es de 1 a 10, siendo el 1 la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha, y en ambos la media cae algo a la izquierda del centro (*). Pero lo más importante es que en julio de este año el 50% de los votantes que declaran una posición ideológica en la dimensión izquierda-derecha (el 82%) se encuentran en las posiciones 1-4, mientras que el otro 50% se encuentra en las posiciones 5-10 (casi la mitad de ellos en la posición 5, el “centro”). Esto quiere decir que el “votante mediano”, la palanca de las mayorías, se encuentra entre las posiciones 4 y 5. Si nuestro sistema político convergiera “hacia el centro” debería hacerlo, en realidad, hacia el centro-izquierda. Como se sabe, dado que el PSOE ha representado normalmente al votante mediano en España- y en casi todos los territorios- la estrategia de competición frente a este partido ha consistido, a veces de forma ostensible, en procurar la abstención de una parte importante de su electorado. Otra estrategia racional para sus oponentes es intentar “desideologizar” el voto. El votante mediano queda incluido en cualquier mayoría si todo el mundo vota, si lo hace de forma coherente con su ideología y no se forman coaliciones “fuera del eje” (pinzas o alianzas con partidos de ideología heterogénea).
Gráfico 1. Distribución ideológica del electorado en julio de 2011 y en julio de 2014
Elaboración propia con datos del CIS (estudios 2909 y 3033)
¿Cómo se reparte el voto de los distintos grupos ideológicos? Los gráficos 2 y 3 representan la intención de voto, combinada con simpatía partidista, de los ciudadanos de acuerdo con su posición ideológica (los gráficos 4 y 5 lo hacen de nuevo, con las distribuciones apiladas). Como vemos, el voto y la simpatía partidista son, en general, bastante coherentes con la ideología de cada quien, aunque hay una fracción considerable de indecisos, abstencionistas y apartidistas que se concentran, sobre todo, entre quienes no declaran su ideología (no representados en el gráfico) y en las posiciones moderadas. Pero obsérvese y compárese lo que ha pasado en estos tres años.
Gráfico 2. Intención de voto más simpatía partidista de los electores de acuerdo con su posición ideológica en julio de 2011. (BAI indica blanco, abstención, indecisión)
Elaboración propia con datos del CIS (estudio 2909)
Gráfico 3. Intención de voto más simpatía partidista de los electores de acuerdo con su posición ideológica en julio de 2014. (BAI indica blanco, abstención, indecisión)
Elaboración propia con datos del CIS (estudio 3033)
En 2011, a pocos meses de una histórica derrota electoral, el PSOE parecía dominar el espacio de la izquierda, pese a la competición de IU, mientras que el PP dominaba el de la derecha en solitario. El centro estaba en disputa, con cierta superioridad del PP pero, sobre todo, indeciso o, tal vez, desmovilizado. Como sabemos, si se movilizó no fue para votar al PSOE. Si el gráfico 2 presenta un partido socialista camino de una severa derrota ¿qué futuro anticipa el gráfico 3?
En julio de 2014, en una encuesta hecha hace justo un mes, al PSOE le disputan su espacio en el “centro de la izquierda”, por este orden, Podemos, IU y algunos partidos territoriales, sobre todo ERC. Si antes los socialistas eran holgadamente mayoritarios en las posiciones 4 y 3, ahora simplemente son la minoría mayor en la posición 4 y quedan ligeramente detrás de Podemos en la posición 3. En cuanto al espacio “a la izquierda del centro”, o lo que es lo mismo, a la búsqueda del votante centrista desde la izquierda, la cosa no puede estar más disputada. Aquellos centristas que se inclinan por alguno de los partidos están más divididos que nunca, repartidos casi en iguales porciones entre el PSOE, Podemos, UPyD, los partidos territoriales y el PP. Es llamativo que el partido del gobierno haya caído hasta el cuarto puesto en este decisivo segmento ideológico (quinto si se agregan las minorías). Por otra parte, en torno al 40% de los votantes de centro no presentan ni intención de voto ni simpatía partidista (suma de abstencionistas, no respuestas, votos teóricamente en blanco e indecisos).
Los gráficos 4 y 5 muestran las distribuciones de votantes de los gráficos 3 y 4 de forma apilada, de modo que podemos apreciar de un vistazo cómo se distribuyen las poblaciones descritas en el gráfico 1 entre los distintos partidos. Creo que añaden cierto dramatismo pictórico a la coyuntura electoral del verano.
Gráfico 4. Intención de voto más simpatía partidista de los electores de acuerdo con su posición ideológica en julio de 2011. Distribuciones apiladas. (BAI indica blanco, abstención, indecisión)
Elaboración propia con datos del CIS (estudio 2909)
Gráfico 5. Intención de voto más simpatía partidista de los electores de acuerdo con su posición ideológica en julio de 2014. Distribuciones apiladas. (BAI indica blanco, abstención, indecisión)
Elaboración propia con datos del CIS (estudio 3033)
Si el PSOE simplemente intentara “recuperar su espacio”, como se oye decir mucho estos días, moviéndose para intentar que vuelvan a votarle los izquierdistas que ahora parecen preferir Podemos, IU o ERC, lo mejor que le puede pasar es llegar a una posición parecida a la de hace tres años, en cuanto a su propia posición, lo que ya sería mal pronóstico (véanse gráficos 4 y 5). Y eso, naturalmente, con suerte. En esas circunstancias, y parece que en eso confía el Presidente del Gobierno, es posible que los votantes moderados vuelvan a recaer en el PP en cantidad suficiente como para volver a gobernar, tal vez simplemente por un efecto de salida del túnel de la recesión económica. No hace falta mucho, lo más probable es que el PSOE fuera incapaz de recuperar enteramente su posición de hace tres años.
Creer que los votantes de Podemos van a volver al PSOE (y quien dice Podemos dice el resto de partidos que lo empujan desde la izquierda) me parece que es algo iluso, a corto plazo al menos, pero solo es una opinión. Bastante será, para el PSOE, si no pierde más votos por ese lado. Es muy posible que a cierto segmento del electorado de izquierdas el PSOE ya no le pueda convencer con palabras, solo con políticas, y para eso tiene que poder ocupar una posición central y acceder al gobierno (y luego ya veremos si convence, claro). En todo caso, apostar por el regreso de estos segmentos de la izquierda es una apuesta muy arriesgada y, lo que quiero destacar, insuficiente. Si el PSOE actúa racionalmente intentará ocupar el centro antes de que también ahí sea demasiado tarde. Es su único espacio libre, y es donde puede evitar la recuperación electoral del PP. Los votantes moderados rechazan al PP, algunos ya aseguran en la encuesta que no volverán a votar a ese partido, y esto es una novedad. Por eso creo que es posible que el PSOE busque a los moderados con un impulso nuevo, incluso grande. Tampoco está garantizado que un partido actúe racionalmente, pero es de suponer que lo intentará. La moderación puede ser a veces bastante radical, como en estas circunstancias, cuando el gobierno está muy alejado del votante mediano.
(*) Por razones que solo los astros conocen el CIS sigue lanzando esta pregunta en una escala de diez puntos, en lugar de utilizar la escala de cero a diez, de once puntos, con el centro en el cinco, como sería lógico y razonable. De todas formas, está más que comprobado que la gente entiende que el 5 es el centro, aunque en la pregunta que se formula sea, en realidad, el 5,5.
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