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Alberto Garzón pide a Pablo Iglesias revisar la confluencia entre IU y Podemos antes de Semana Santa

Pablo Iglesias habla con Alberto Garzón en una imagen de archivo.

Aitor Riveiro

“Una mayor fragmentación de las fuerzas de izquierdas puede ser demoledora para el futuro del país. Pero al mismo tiempo, es imposible pretender que se mantengan las cosas de la misma forma que hasta ahora. El nuevo contexto obliga a cambiar”. El coordinador de IU, Alberto Garzón, quiere pisar el acelerador de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019. Y emplaza a su principal aliado estatal, Podemos, a concretar “en el primer trimestre” de este mismo año un nuevo espacio de confluencia “más democrático” y “con más visibilidad” para su partido tras constatar el debilitamiento de Unidos Podemos. Y de Podemos.

Garzón someterá este sábado su análisis político del intenso final de 2017 al debate y votación de la Coordinadora Federal de IU. Un documento a cuyo borrador ha tenido acceso eldiario.es y en el que el líder de la coalición de izquierdas apremia a Podemos a reaccionar para afrontar lo antes posible el próximo ciclo electoral, que repartirá en apenas dos años todo el poder en España. 

El coordinador federal de IU señala en su informe que a lo largo de 2017 se ha consolidado “una tendencia descendente del espacio político de Unidos Podemos”. Y apunta: “Los porcentajes de fidelidad a Unidos Podemos han descendido hasta situarse como los peores de todas las grandes fuerzas. Aun siendo conscientes de las dificultades estructurales que nuestro espacio tiene, ya analizadas en el informe anual, tenemos la obligación de reaccionar para revertir esta tendencia”. 

Sobre Podemos, Garzón es más contundente. Y lanza un mensaje en clave interna y otro hacia sus aliados. El primero es que, aunque es verdad que “la simpatía hacia Podemos ha descendido de forma significativa en los dos últimos años”, esto “no es un indicador de cómo se distribuirían los apoyos en una hipotética competición electoral, pero refleja un cierto y preocupante desgaste de nuestro aliado”.

El segundo, que abre esta información, de que una “fragmentación” de la izquierda no es deseable pero también de que será una realidad si todo sigue igual.

En junio de 2017, Garzón presentó un informe de su primer año de mandato ante la Asamblea Político y Social de IU (el máximo órgano entre asambleas). En él ya advertía de que “algo” estaba fallando. Y zanjaba: “Tenemos que corregirlo”.

Siete meses después, la dirección de IU considera que, lejos de mejorar, la situación ha empeorado. Y mucho. El conflicto en Catalunya y la situación económica han mejorado la posición “de las derechas”, tanto las catalanas como las españolas.

“Crecimiento económico frágil”

Garzón deconstruye en su informe, de siete páginas, el relato triunfalista sobre la recuperación económica. “Los fundamentos económicos del crecimiento económico español son frágiles y tienen efectos reales sobre la vida de la clase trabajadora”, apunta el líder de IU.

Y sigue: “El discurso de la 'recuperación económica' se asienta sobre mejoras en la tasa de desempleo, el incremento del número de ocupados e incluso el número de afiliados a la seguridad social. Lo que sin embargo se esconde detrás de esas cifras es la consolidación de una situación de precariedad generalizada”.

El dirigente advierte de “la paulatina consolidación de un nuevo orden social que se caracteriza por una mayor desigualdad entre clases y un incremento de la explotación laboral en sus diferentes formas”.

En opinión de Garzón, sin embargo, “la crisis de régimen está lejos de cerrarse aun con la mejora en los indicadores económicos”, como revela la “desconexión” entre la percepción que tienen los ciudadanos de la situación política y de la económica. 

Catalunya, revulsivo del “bloque reaccionario”

Uno de los motivos por los que la crisis de régimen sigue abierta para el líder de IU es el conflicto de Catalunya. El problema, señala en su informe, es que lo ha hecho en sentido contrario al previsto por ellos. “Identificábamos como un factor potencialmente desestabilizador la propia situación catalana, pues el pulso independentista amenazaba con reconfigurar el espacio político completo del país. Y finalmente, así ha sucedido. Con efectos perjudiciales para nuestro espacio político y para la izquierda en general”.

Garzón defiende tanto la campaña de Catalunya en Comú-Podem, en la que él mismo participó, como al candidato, Xavier Domènech, quien “acentuó el conflicto de clase y la cuestión social” en sus discursos. Este mensaje, sin embargo, no caló. ¿El motivo? La falta de un relato homogéneo en el tiempo: “El cambio de acento se ha producido demasiado tarde y sin la existencia de un relato homogéneo mantenido en el tiempo. No se trata sólo de situar la cuestión social encima de la mesa sino también de ofrecer una propuesta clara y en positivo a la cuestión territorial y que todo ello sea coherente en el tiempo”.

El líder de IU no duda del proyecto territorial que su partido y sus aliados, en el Estado y en Catalunya, tienen y que se basa en la “diversidad de naciones y culturas en el marco del mismo país y Estado y que trata de acompasarlas a través de un eje social y político que sitúa las diferencias de clase y sociales en primer lugar”. Pero sí de cómo hacerlo llegar al electorado.

Primarias y programa participado para 2019

Catalunya ha influido en el desgaste de Unidos Podemos. Pero Garzón señala en su informe que no es el único motivo y que están a tiempo de revertirlo. 2018 será el primer año sin ninguna cita electoral desde 2014, salvo sorpresa. Pero eso no signifia, en opinión del líder de IU, que haya espacio para el relajamiento.

Garzón da un ultimátum a Pablo Iglesias: “La militancia de IU exige claridad sobre el futuro, y nuestra apuesta por la confluencia es tan firme como mayoritaria. Pero es necesario que empiece a concretarse el cómo lo antes posible para beneficio de la izquierda y como una rápida reacción ante el nuevo contexto. Lo óptimo sería dentro del primer trimestre de 2018, para iniciar el año previo a las elecciones con un horizonte claro y bien definido”. 

El coordinador federal de IU quiere saber antes de Semana Santa cuáles son las intenciones de Podemos ante el ciclo electoral que se abre con las andaluzas de marzo de 2019 y que se cerrará, si se cumple el calendario, a mediados de 2020 con las elecciones generales. En medio, europeas, municipales y autonómicas en mayo de 2019.

Garzón pone sus condiciones. “Cualquier propuesta de confluencia debe partir del trabajo colectivo, desde abajo y que garantice la visibilidad justa de todos los actores”. Sin poner nombres, el líder de IU advierte de las posibles intenciones de orillar los procesos de primarias y los programas participados en las próximas citas.

“Es necesario recordar por qué nos votaron, para lo cual el programa se convierte en un eje central”, apunta. 

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