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El presidente de Guatemala, jefe militar durante el genocidio, recibe la Llave de Oro de Madrid

"Usamos las armas porque esas fueron las llaves que Otto Pérez Molina usó para entrar en nuestros pueblos hace varios años", explica Mercedes Hernández, presidenta de la Asociación de Mujeres de Guatemala / GABRIEL PECOT

Héctor Juanatey Ferreiro

Madrid —

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha entregado la Llave de Oro de la ciudad al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina. El Ayuntamiento ha hecho entrega de este distintivo a Pérez Molina ya que, en su opinión, “Guatemala y Madrid siempre se han sentido cerca”. Es, además, “el primer presidente” que recibe la distinción “en el nuevo Ayuntamiento, de manos de la alcaldesa, Ana Botella”, según confirma el consistorio en su página web.

Pero, ¿quién es Otto Pérez Molina? Ahora presidente del país, Pérez Molina es un militar retirado que participó en la brutal represión que tuvo lugar en Guatemala durante la Guerra Civil guatemalteca, que se extendió durante treinta años. Diferentes asociaciones defensoras de los derechos humanos ven en el presidente de Guatemala a uno de los militares culpables de un genocidio que terminó con más de 200.000 personas torturadas, asesinadas o desaparecidas.

Mercedes Hernández es presidenta de la Asociación de Mujeres de Guatemala en España, que este miércoles se han manifestado frente al Ayuntamiento de Madrid para denunciar la entrega de semejante distintivo a Pérez Molina. Hernández recuerda la época en la que el ahora presidente de Guatemala era conocido como comandante Tito, cuando participó en operaciones en la provincia de El Quiché. “En El Quiché se cometieron crímenes de lesa humanidad y él era uno de los que mandaba”, señala.

Las masacres en El Quiché tuvieron lugar sobre todo en la década de los 80, en concreto durante los años 1982 y 1983, cuando gobernaba el militar Efraín Ríos Montt, procesado por genocidio en la Audiencia Nacional. Con Ríos Montt, Pérez Molina ocupó el cargo de jefe de Inteligencia Militar. Pese a que en septiembre de 2011, según recogió Europa Press, el presidente guatemalteco aseguró que no tenía “nada que esconder” sobre su pasado, las asociaciones defensoras de los derechos humanos no se creen que fuera ajeno a los crímenes que se cometieron al tener en cuenta los cargos militares que ocupaba.

El genocidio en Guatemala llegó a la Audiencia Nacional después de que en diciembre de 1999 la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú y otras ONG de España y Guatemala presentaran una querella contra ocho altos cargos militares, incluido Ríos Montt, por delitos también de terrorismo y tortura.

Rigoberta Menchú compitió contra Pérez Molina por la Presidencia de Guatemala en las últimas elecciones. Durante la campaña, la Nobel de la Paz advirtió en varias ocasiones del peligro que suponía que el exmilitar se hiciera con el poder. Según recogió La Radio del Sur en septiembre de 2011, declaró: “Con él están todos esos grupos radicales contrainsurgentes que mataron a mucha gente en el pasado sólo por sus ideas, persiguieron sindicalistas y líderes campesinos. Toda esa gente son parte de los que quedó de la contrainsurgencia anterior”. Menchú siempre denunció que Pérez Molina fue parte del genocidio.

Pérez Molina, no obstante, no solo dijo no ser parte de lo que se le acusa sino que niega la existencia del genocidio. Lo hizo, por ejemplo, en una entrevista con el diario digital guatemalteco Plaza Pública: “Genocidio es exterminio de una población por razones de etnia o religión. Eso no sucedió. Eso no sucedió, de verdad. Aquí lo que sucedió fue porque había gentes que estaban involucradas dentro de las acciones y dentro del campo de batalla. Pero aquí no se fue a decir 'todos los kakchiqueles o los kichés o los ixiles van a ser exterminados'. O 'usted como es ixil va a ser exterminado'. Eso no pasó. Y se lo puedo demostrar. Yo quisiera que me demuestre, así como yo puedo demostrarle que no sucedió, que nos demuestren por qué dicen que hubo genocidio. Yo personalmente no lo voy a aceptar porque yo sí estuve en el enfrentamiento armado interno. Y jamás hubo una orden en esa dirección y si la hubiera recibido jamás la hubiera compludo. Que me dijeran que a los ixiles de tal lugar hay que matarlos. No lo hubiera cumplido la mayoría de oficiales”.

Esta opinión choca directamente, sin embargo, con la denuncia que tres activistas defensores de los derechos humanos presentaron ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En su carta de alegato, los activistas apuntaban a “una evidencia muy fuerte de su participación en la comisión de graves violaciones a derechos humanos ya que él ocupaba una posición de mando en el triángulo Ixil, en 1982, época en que actos de tortura, terror y genocidio fueron acontecimientos diarios en esta región”. “Además, las evidencias muestran que él fue el autor intelectual clave de la desaparición forzada y la tortura a largo plazo de Efraín Bamaca Velásquez en la década de los 90. Él también está implicado en una serie de graves crímenes de guerra”, añadía el texto.

La presidenta de la Asociación de Mujeres de Guatemala no solo se refiere al pasado de Pérez Molina, sino que también denuncia que el presidente haya restaurado un régimen “militarizado” en el país.

Desde el Ayuntamiento de Madrid se escudan en que no ha sido la Alcaldía la que ha llamado a Pérez Molina. “Cualquier mandatario que viene a la ciudad recibe la llave; se trata de un acto protocolario. De hecho, el presidente de Guatemala vino a recibir la llave después de comer en el Palacio Real con el mismo rey. No es cosa nuestra”, han declarado fuentes del Ayuntamiento a eldiario.es.

El presidente de Guatemala asistió a una comida en el Palacio Real acompañado del rey y del presidente del Gobierno, que previamente le había recibido en La Moncloa.

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