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Anticorrupción sospecha que Villar diseñó para La Roja un calendario al servicio del negocio familiar

Villar pasará su primera noche detenido en los calabozos de Las Rozas, a escasos kilómetros de la sede de la RFEF

Pedro Águeda / Marcos Pinheiro

El poder que ha acumulado Ángel María Villar durante 29 años al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le habría permitido mover a la selección de fútbol, uno de los emblemas del país, según los intereses económicos de su familia. Los investigadores de la Operación Soule creen que Villar propuso, y terminó imponiendo, amistosos para La Roja con el plan preconcebido de que fondos de la RFEF empleados en los mismos acabaran en las empresas de su hijo Gorka.

Ese plan incluía también activar sus contactos internacionales, urdidos nada menos que como vicepresidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA). De este modo, Villar habría convencido a los responsables de esas federaciones a que contrataran para esos partidos los servicios de “asesoramiento” de las empresas de Gorka, han informado a eldiario.es fuentes de la investigación.

Por el momento, en el punto de mira están amistosos disputados con Argentina (2010) y Bosnia y Corea del Sur (ambos en 2013), pero la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil esperan que los registros practicados en la sede de la Federación y en las empresas del hijo de Villar amplíen la nómina de partidos utilizados con interés recaudatorio por la familia.

Ángel María Villar se convirtió en vicepresidente de la FIFA en 2002. De los contactos acumulados a nivel internacional da cuenta aquella primera votación internacional. Villar logró el apoyo de 37 de las 48 federaciones con derecho a voto. Nadie de aquella directiva obtuvo tanto respaldo. En su última reelección en la FIFA, en mayo de 2015, fue elegido por aclamación representante de Europa en el organismo.

En el epicentro de la investigación está Sports Advisers, empresa creada por Gorka Villar en diciembre de 2010, por lo que otras sociedades vinculadas a la familia habrían sido utilizadas para el saqueo de la RFEF con anterioridad. La investigación arrancó en 2016 por una denuncia del Consejo Superior de Deportes ante la Fiscalía Anticorrupción. Villar terminó por ponerse en contra al Gobierno.El entonces fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas, encargó el caso a Inmaculada Violán y Esther González.

En la trama investigada ha sido detenido también el vicepresidente económico de la Federación, Juan Padrón, y un colaborador de éste en la Federación Tinerfeña de fútbol, Ramón Hernández Baoussou. Ambos habrían reproducido el esquema de Villar para vaciar el organismo del fútbol local, con una sociedad gestionada por ambos a la que habrían ido a parar los fondos.

Los cuatro están acusados de los delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental. Son delitos que podrían atribuirse a otra decena de personas igualmente investigadas y que no han sido detenidas. El juez de la Audiencia Nacional autorizó las primeras intervenciones telefónicas hace al menos cuatro meses.

Presunta compra de apoyos

El vaciado de los fondos de la RFEF llevó a la parte internacional de la trama y, por medio, surgieron sospechas de que Villar habría comprado a los dirigentes de distintas federaciones autonómicas a cambio de su apoyo. Y no precisamente su voto para la reeleción. La última votación que ganó Villar, la octava, fue el pasado mayo. Otra vez sin rival: 112 votos a favor, 6 nulos y 11 en blanco. Durante la jornada del martes trascendieron registros de los agentes de la UCO en la sede de las federaciones de Valencia, Las Palmas y Melilla.

El primer aviso de la justicia a Villar se lo dio un magistrado de Majadahonda, que le investiga por el posible desvío de 1,2 millones de euros de dinero público, procedentes de subvenciones destinadas a crear escuelas de fútbol en Haití.

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