Austria defiende parar la ruta de los Balcanes y activar fronteras exteriores

El canciller federal austríaco, Werner Faymann, defendió hoy en Viena la política de cuotas para la acogida de refugiados en su país, al tiempo que insistió en “parar la ruta de los Balcanes” y “activar las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE)”.

“Si no se aclara la situación en las fronteras exteriores de la UE, entonces tienen que actuar en sus fronteras países como Austria”, declaró el canciller ante la prensa tras reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Para detener el “caos” y la “desorganización” actual, Faymann aseguró que se debe aclarar en las fronteras exteriores de la UE, quién puede recibir asilo y quién no.

“Hemos dicho en febrero y volvemos a decir en marzo que esta política de dejar pasar (a los refugiados) sin más debe terminar. Se debe parar este caos”, subrayó.

Faymann señaló que su país, que el año pasado acogió a 90.000 refugiados, “per cápita” incluso más que Alemania, sigue comprometido en acoger a refugiados y se ha marcado un máximo de 37.500 este año.

“Pero mentiría a la gente si dijera que podemos seguir como hasta ahora y que podemos dar asilo a 200.000, 300.000 o 400.000 personas”, concluyó el canciller austríaco.

Por su parte, Tusk defendió la necesidad de volver a aplicar las reglas Schengen de libre circulación.

“Aplicar las reglas del espacio Schengen es la única forma de preservar (la zona) Schengen”, afirmó el responsable comunitario sin dar más detalles.

“No puede ser una sorpresa que crezca la frustración, que la paciencia se acabe, mientras que fuerza populistas se colocan en primera fila”, manifestó Tusk en su declaración ante la prensa.

Por eso, prosiguió, es importante “mantener la calma y trabajar juntos en un plan europeo y eso con rapidez”, agregó.

Tusk pidió también que se dé apoyo ahora a Grecia para evitar “un desastre humanitario”, después de que decenas de miles de refugiados se encuentren varados por el cierre de la frontera con Macedonia.

La situación en la frontera entre Grecia y Macedonia, con más de 8.000 emigrantes atrapados, adquirió el lunes un cariz dramático cuando una multitud intentó romper la valla que separa ambos países, ante lo que la policía macedonia contestó con gases lacrimógenos.

La decisión austríaca de imponer una cuota diaria de entradas de refugiados ha generado un efecto dominó en el resto de los países de los Balcanes.