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El fiscal acusa a Castro de desatar una “espiral inquisitiva” contra la infanta

El fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach

Pedro Águeda

La espiral de enfrentamiento jurídico entre el instructor del 'caso Nóos', José Castro, y el fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, alcanzó este jueves cotas de alta virulencia con el recurso del segundo contra el procesamiento dictado ayer por el primero en lo que respecta a Cristina de Borbón. Horrach acusa a Castro de haber actuado bajo “la influencia de los medios de comunicación”, desatando “una espiral inquisitiva” a partir de “meras conjeturas”.

“Adoptar como pilar inicial de una investigación penal una certeza absoluta conlleva magnificar la nimiedad y convertir en sospechoso lo cotidiano”, arranca su escrito el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach. Cuando el juez acusa a la infanta de “ignorancia deliberada”, según el fical, Castro recurre a un “recurso taimado, una vía de escape a una espiral inquisitiva alimentada de meras sospechas”.

Horrach estima que se produce una inconcrección en todas las acusaciones de Castro contra la infanta. “Seguimos sin saber por tanto qué concretos delitos y hechos pueden imputarse a doña Cristina de Borbón”, asegura. Y sin concretar hechos ni tipos delictivos, continúa, Castro inició una investigación patrimonial a la infanta.

El representante del Ministerio Público acusa al juez Castro de actuar sobre “meras conjeturas”. A saber: que “Doña Cristina de Borbón es culpable, no se sabe bien de qué, para a continuación emprender una intensa prospección para ver si se la pilla en un renuncio”.

Y continúa con sus acusaciones. Horrach dice que “el puerto de destino” de Castro estaba “determinado antes de iniciar la investigación”. Las citadas conjeturas del juez, sigue, “contaminan de tal forma la marcha exploratoria que la convierte en un itinerario inamovible, en el cual los parámetros de imparcialidad, objetividad y congruencia que deber presidir cualquier actuación judicial quedan relegados”.

Como resultado, continúa Horrach, “el instructor construye un andamiaje probatorio, con una falsa apariencia de solidez, para imputar a doña Cristina de Borbón. Cuando se revisan los anclajes de dicha estructura se revela tal inconsistencia que una leve brisa lo desmorona”.

En defensa de los peritos de Hacienda

Los peritos de Hacienda han sido criticados por su postura de no apreciar delito en la conducta de la infanta. En su escrito de hoy, Horrach los defiende atacando al juez. Dice que las resoluciones de Castro son consecuencia de las citadas “interferencias mediáticas que elevan a la categoría de dogma la parodia de funcionarios sometidos al poder gubernamental porque la realidad no vende y la adoptación de decisiones fruto del simple ejercicio profesional, sin el aditamento de intrigas o maquinaciones ficticias, resulta anodino a efectos comerciales”.

El fiscal acusa a Castro de haber realizado una instrucción “a la carta”, como pondría de manifiesto que pidiera a los técnicos de la Agencia Tributaria varios informes. “El resultado de los informes de la AEAT no satisfizo las expectativas del isntructor, lo que condujo a iniciar otra línea de investigación, contradictoria con la inicial, a modo de encaje de bolillos”, escribe en su recurso.

Como ya hiciera en su primer recurso a la citación como imputada de la infanta, el fiscal Horrach expone una serie de puntos para demostrar que Castro ha cambiado de criterio sobre la responsabilidad de Cristina de Borbón sin justificación alguna. Por ejemplo, sobre la responsabilidad de la infanta en Aizoon o el hecho de que se hubiera beneficiado del dinero que a esa sociedad iba derivado.

En la misma línea, reprocha a Castro que exhiba para el procesamiento “un testimonio de referencia”, aludiendo al del notario que declaró haber oído al administrador de la red, Miguel Tejeiro, decir que la infanta poseía el 50% de Aizoon a modo de “escudo fiscal” entorno a la sociedad. “Otorga credibilidad a dicho dato sin contrastarlo co nla supuesta fuente original”, denuncia Horrach. Y al tiempo, “excluye la parte de la declaración del mismo testigo en la que manifiea que doña Cristina de Borbón era ajena no sólo a la gestión societaria, sino a su prsunta posición como pantalla a efectos tributarios”.

“Desprecia indicios de notabale fuerza exculpatoria”

La instrucción recoge el testimonio de “cientos de testigos” sin que de su testimonio se deduzca “una mínima participación” de la infanta en Aizoon, al igual que ocurre con “decenas de correos electrónicos” intervenidos en la sede de la sociedad. El juez, por tanto, “desprecia indicios de notable fuerza exculpatoria”, añade el fiscal Anticorrupción.

Horrach recuerda que en marzo de 2012, Castro dictó un auto en el que aseguraba que la contratación “en negro” de empleados del hogar por parte de la infanta, “sólo merecería la calificación de infracciones laborales”.

Dice el fiscal que Castro atribuye a Cristina de Borbón “un control funcional o posición de garante” por el solo hecho de poseer el 50% de Aizoon. Y además, le atribuye “un plus de responsabiidad por ser cónyuge” del auténtico administrador. Eso supone realizar “distinciones donde la Ley no lo hace y, en consecuencia, un tratamiento discriminatorio incompatible con el principio de igualdad”. Tampoco puede hablarse, alega Horrach, de que la infanta tuviera “culpa in vigilando” porque no podría tener una intervención “omnipresente” en todos los actos realizados por el administrador.

Respecto al delito de blanqueo de capitales, el fiscal recuerda que es necesario que se conozca el origen delictivo de los fondos, algo que no se produce, a su entender, en el caso de Cristina de Borbón.

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