El Constitucional toma 24 horas de distancia para no calentar la Diada
Tras una semana frenética, el Tribunal Constitucional ha decidido darse un día de pausa y no abordar la suspensión de la ley de transitoriedad en medio de la celebración de la Diada. Fuentes del organismo aseguran que han preferido no calentar la fiesta con una suspensión que dan por segura para la ley que prevé los pasos previos a la desconexión de Catalunya. Será este martes a partir de las 10 de la mañana cuando el organismo aborde el recurso presentado por el Gobierno para proceder a la suspensión de la norma que el Parlament aprobó de madrugada y con los asientos de la oposición vacíos.
En el Constitucional quieren evitar ser percibidos como un tribunal españolista al servicio del Gobierno y enemigo de Cataluña: “No vamos a caer en la trampa”, asegura un magistrado consultado por esta redacción.
El juego de presiones tuvo el pasado viernes un momento singular cuando el Gobierno de Carles Puigdemont decidió esperar a última hora de la tarde para publicar su ley de transitoriedad en el Diari Oficial de la Generalitat. La tardanza impidió que Moncloa presentara su recurso ese mismo viernes, arrastrando el calendario a la posibilidad de que la celebración de la Diada y la suspensión de la citada ley coincidiesen en el mismo día. Para evitarlo, el Constitucional decidió esperar.
El Gobierno ha diseñado una estrategia que mantiene al Constitucional al margen de las decisiones más polémicas. En sus escritos, Rajoy ha evitado pedir al alto tribunal la inhabilitación de los políticos responsables de la consulta. Esa solicitud podría haberse realizado en virtud de una reforma de 2015 que el PP aprobó en solitario, pero que no es objeto de unanimidad en el seno del propio tribunal.
Para la ofensiva legal más contundente, el Ejecutivo ha preferido apoyarse en la Fiscalía y ha encargado al fiscal general del Estado que impulse querellas contra los principales promotores del referéndum.
Fuentes jurídicas advierten de que la deriva legal del procés será más larga de lo que el propio Gobierno pueda imaginar: “Cuando todo esto acabe, los juicios van a continuar y las sentencias acabarán llegando. Si todo esto acaba en unas elecciones, podemos terminar con un presidente como Junqueras a la espera de juicio y pendiente de una inhabilitación”.
En este contexto, el Constitucional trabaja con la decidida intención de no complicar más la situación limitándose a admitir a trámite aquellos recursos de inconstitucionalidad que cumplen los requisitos y a advertir a los cargos institucionales de Cataluña de la necesidad de cumplir sus sentencias. Por el momento, el alto tribunal no ha dado ningún paso más específico.