AUDIO | Sánchez Barcoj: “Blesa planteaba quiénes eran los beneficiarios de esas tarjetas”
El ex director de Medios de Caja Madrid Idelfonso Sánchez Barcoj se eximió de cualquier responsabilidad en el caso de las tarjetas 'black'. En su declaración en la Audiencia Nacional, aseguró que el presidente de la entidad financiera era quien decidía quiénes eran los beneficiarios del plástico negro. Justificó que su departamento tramitaba las solicitudes de emisión de esas visas opacas en que Miguel Blesa daba la orden.
“El presidente planteaba quiénes eran los beneficiarios de esas tarjetas”, afirmó con rotundidad Sánchez Barcoj en respuesta a una pregunta del fiscal durante el interrogatorio del pasado jueves. El ex director de Medios de Caja Madrid se descargó de cualquier responsabilidad en la emisión del plástico negro, según la declaración a cuya grabación ha tenido acceso eldiario.es.
Miguel Blesa era el encargado de todas las cuestiones retributivas, así como de decidir quién recibía las tarjetas y de fijar sus límites, según Sánchez Barcoj. ElDiario.es reveló que los exconsejeros de Caja Madrid y algunos exdirectivos tenían tarjetas opacas al fisco con límites de entre 25.000 y 50.000 euros anuales.
Según Sánchez Barcoj, Blesa planteaba ante los órganos de gobierno todo lo relativo a esas tarjetas, cuyo contrato, insistió, comenzó en 1994. A pesar de que el departamento de Medios, del que estaba al frente, era el encargado de tramitar el plástico, Sánchez Barcoj asegura que se limitaba a cumplir órdenes de presidencia.
“Lo que el presidente le decía al director de Medios en la parte de los directivos es que hay que emitir una tarjeta con este límite y con un presupuesto anual”, relató el exdirectivo de Caja Madrid al juez: “Yo se lo encargaba a mis secretarias porque me parecía una labor ordinaria”. El por entonces director de Medios también se pronunció sobre la tramitación de esas tarjetas, que, según dijo, lo normal es que no se cancelara el contrato inicial, salvo que el presidente diera la orden contraria. “Es difícil pensar que un director es el que le otorga una tarjeta al presidente o al comité de dirección”, defendió el imputado.
El concepto de las tarjetas “era neto”
Sánchez Barcoj afirmó que Blesa le comunicó que le darían una tarjeta en 1999, cuando era director de Auditoría y no pertenecía al comité de dirección. Tan sólo un año después, el presidente le nombró director de Medios. Según ese relato, fue su predecesor, Manuel Gutiérrez, quien le entregó físicamente el plástico. “Al tener una tarjeta de empresa, la podías utilizar para temas privados y de la empresa”, aseguró el exdirectivo, que gastó un total de 575.100 euros con el plástico negro.
También explicó que no declaró esos gastos –que eran un “complemento retributivo– porque se le ”comunicaba que era neto“. ”Yo declaraba las cantidades que nos decían que teníamos declarar“, expresó el que también fue director financiero de la caja de ahorros.
“A final de año se anularon las tarjetas”, explicó sobre lo sucedido en 2011: “En Bankia no había tarjetas porque es una entidad nueva”. “A finales de febrero (de 2012), el presidente (Rodrigo Rato) me comunicó que me daba una tarjeta –continuó–. Cosa que para mí fue chocante porque se nos limitaba el sueldo”. Con la intervención de la entidad, se impuso un límite de 600.000 euros a las retribuciones.
El fiscal también se interesó por la devolución de ese dinero. Según Sánchez Barcoj, Rodrigo Rato –que ya estaba fuera de Bankia– le llamó para decirle que se iban a poner en contacto con él desde el departamento de Recursos Humanos por el tema de las tarjetas. En esa llamada, que se produjo mientras estaba de visita con sus sobrinos en Atapuerca, le comentaron que no habían encontrado la “autorización” pertinente. El exdirectivo atribuyó a un “error” o “descuido” de Rato que no lo hubiera tramitado y decidió abonarlo por tratarse de un asunto alegal.
Ese dinero sólo se refiere al de la tarjeta de la que dispuso en Bankia. Sánchez Barcoj aseguró en el juzgado que estaba dispuesto a devolver también el de sus años en Caja Madrid, aunque defendió que nunca entendió que “esas percepciones fueran ilegítimas”.