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Exonerados de la pena capital culpan al racismo en EE.UU. de esas sentencias
El español Joaquín José Martínez y el boricua Juan Meléndez, dos exonerados de la pena capital en EE.UU., afirmaron hoy a Efe en Puerto Rico que el racismo en el país norteamericano está estrechamente relacionado con ese tipo de sentencias.
Esta fue la reflexión que ofrecieron este jueves Martínez y Meléndez tras presentarse en la Universidad Ana G. Méndez en Carolina, municipio aledaño a San Juan, como parte de los actos por el 90 aniversario de la abolición de la pena capital en Puerto Rico, que es un Estado Libre Asociado de EE.UU.
Allí, frente a casi un centenar de personas, en su mayoría estudiantes universitarios, Martínez y Meléndez relataron el calvario que sufrieron, desde que fueron detenidos, encausados, encarcelados y enfrentados a la pena capital por hechos que no cometieron.
Martínez fue el primero en ofrecer su testimonio, en el que detalló cómo, en enero de 1996, fue detenido como presunto autor de los asesinatos de Douglas Lawson, traficante de drogas, y de su novia, Sherrie McCoy, en el condado de Hillsborough, Florida, uno de los estados de Estados Unidos que aplica la pena de muerte.
Un año después fue declarado culpable de doble homicidio con premeditación y sentenciado a muerte.
No obstante, tras una intensa campaña en su defensa en España, a la que se unieron el papa Juan Pablo II y senadores del país europeo, el 6 de junio de 2001 se celebró el juicio de apelación y los doce miembros del jurado de Tampa le declararon por unanimidad no culpable.
“En el primer juicio me piden la pena de muerte y en el segundo no. Si yo hubiese sido un latino o negro me hubiesen pedido la pena de muerte de nuevo. Esa es la diferencia”, afirmó Martínez a Efe.
Meléndez, por su parte, pasó 18 años, siete meses y un día en una prisión en Florida tras ser detenido el 2 de mayo de 1984, encausado por asesinato en primer grado y encarcelado por presuntamente haber matado a una menor.
“Si usted mató a un latino, el fiscal no está pensando en la pena de muerte. Si está acusado de matar a un afroamericano, a lo mejor el fiscal dice que le está haciendo un favor a la sociedad. Pero si usted está acusado de asesinar a un blanco, lo primero que le viene al fiscal es la pena de muerte”, afirmó.
“¿Qué quiere decir? que para mí, la raza blanca es más valorada que la minorías”, agregó Meléndez, quien en el año 2002 se convirtió en el exonerado número 99 en haber salido del corredor de la muerte en el estado de Florida.
Según dijo Meléndez, 1.493 personas han sido ejecutadas en el estado de Florida.
Martínez y Meléndez, del mismo modo, coincidieron en que la pena de muerte representa odio, venganza, falta de humanidad y compasión con el convicto.
Meléndez aseguró haber conocido en el pabellón de la muerte a personas que eran totalmente inocentes como él, pero fueron ejecutadas o fallecieron de causas naturales.
Martínez y Meléndez apoyaron con su presencia en la isla la celebración del 90 aniversario de la abolición de la pena de muerte.
La última sentencia de esta índole que ocurrió en Puerto Rico fue en el 1926 contra Pascual Ramos, por ahorcamiento por asesinar a su mayordomo en la Hacienda Sabater, en Guayama, municipio al sureste de la isla, bajo el mandato del gobernador estadounidense Horace Mann Tower.
Jorge J. Muñiz Ortiz
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