Forcadell, ante el Supremo: “Precisamente porque hemos acatado el 155 la reiteración es imposible”
La expresidenta del Parlament de Catalunya Carme Forcadell hizo el pasado 9 de noviembre uso del último turno de palabra que le concedió el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. La Fiscalía acababa de solicitar en la vistilla posterior a las declaraciones el ingreso en prisión incondicional para ella y otros tres miembros de la Mesa y ella afirmó entonces: “Hemos aceptado y hemos acatado el artículo 155 (...) precisamente por el 155 la reiteración (delictiva) es imposible”.
Este último turno de palabra, de 1 minuto y 25 segundos, apenas es audible. Ocurre con los otros tres miembros de la mesa que hicieron uso de él. Parece como si sus micrófonos estuvieran apagados y el sonido entrara únicamente por otros utilizados por las partes que se sentaban en la sala de declaraciones de aforados del Tribunal Supremo. Hay tramos de esa parte de la declaración que son imposibles de descifrar.
“Hemos aceptado, hemos acatado la aplicación del 155. En este momento yo sigo presidiendo la Diputación Permanente (del Parlament) precisamente porque hemos acatado el 155 es imposible la reiteración”, afirma en un punto de esa declaración, casi inaudible.
Antes, también le dice a Llarena: “He comparecido voluntariamente, lo haré tantas veces como sea necesario. Quiero agredecerle que nos haya dado una semana para garantizar el derecho a la defensa”. Forcadell se refiere a la suspensión que hizo Llarena de la primera fecha de declaración a petición de las defensas.
El juez decretó finalmente su ingreso en prisión provisional eludible con el pago de una fianza de 150.000 euros, que Forcadell tardó menos de 24 horas en abonar. La expresidenta del Parlament pasó una noche en prisión.
En el turno de su abogado, Andreu Van den Eynde, éste plantea a la expresidenta que “explique” cuál es la situación a raíz de la aplicación del artículo 155. Forcadell responde: “A raíz de la activación y de la puesta en marcha del 155 se disolvió el Parlament. En estos momentos está disuelto y adoptamos el 155 y la prueba de ello es que el lunes por la mañana, cuando llegué, me reuní con el secretario general, para que desconvocara la Mesa de la semana anterior y se envió un correo electrónico a todos los trabajadores del Parlament diciendo que se iniciaba el horario vigente entre legislatura”.
“Además, en todas las páginas web del parlamento decaen las inciativas parlamentarias. Está absolutamente activado el 155. Hay prevista una reunión de la Diputación Permanente que es el órgano que funciona cuando el Parlamento está disuelto”, añade.
El interrogatorio de su abogado finaliza con la pregunta: “¿Usted ha promovido o inducido algún acto de insurrección violento o levantamiento popular contra las instituciones del Estado español?” “Jamás, jamás”, contesta la expresidenta del Parlament.
La fiscal Consuelo Madrigal había protagonizado antes un largo interrogatorio centrado en conocer cómo desobedeció presuntamente Forcadell las resoluciones del Constitucional desde su puesto de presidenta del Parlament. Forcadell insiste una y otra vez en que ella es contraria “a todo tipo de violencia” y que jamás habría respaldado un movimiento en el que hubiera el más mínimo atisbo de ella.
“No lo he sabido hacer mejor, quizás”
El juez Llarena le pregunta después por qué siguió respaldando el proceso soberanista después de las imágenes de la manifestación frente a la Conselleria de Economia de los días 20 y 21 de septiembre, que la secretaria judicial evitó confundiéndose entre los asistentes a una obra teatral y vehículos de la Guardia Civil sufrieron importantes daños materiales.
“Yo lo único que vi fue unos vehículos dañados, el 20 o 21 de septiembre, que lo vi por la noche, pero no se en qué circunstancias, y no vi ningún otro acto de violencia, señoría”, responde Forcadell. Y a modo de resumen de sus respuestas a la fiscal, añade: “Repito que estoy radicalmente en contra de la violencia y además entiendo que una cosa es la libertad del debate parlamentario, creo que se tiene que poder hablar de todo, y yo no lo he sabido hacerlo mejor, quizás, pero siempre he defendido que en el parlamento se puede hablar, el único límite es el respeto es a los derechos humanos y en contra de la violencia. No hay ningún acto parlamentario de violencia, otra cosa es la implementación, lo que pase, señoría”.