El Gobierno y el PSOE se echan en cara la “paternidad” del radar “Pegasus”

El Gobierno y el PSOE se han echado hoy en cara la “paternidad” del radar “Pegasus”, que a bordo de un helicóptero vigila las carreteras secundarias, y mientras el Ejecutivo asegura que le ha tocado pagar un proyecto socialista, la oposición le recuerda que ha sido contratado esta legislatura.

Durante la comisión de Seguridad Vial en la que la directora general de Tráfico, María Seguí, ha explicado las novedades del futuro Reglamento de Circulación, el diputado socialistas Juan Carlos Corcuera ha reprochado al Gobierno del PP que haya adoptado una medida “tan costosa” en una época de crisis.

Según Corcuera, ningún país cuenta con un radar de estas características, que se puso en marcha en Semana Santa para vigilar los excesos de velocidad en las carreteras convencionales, donde según la DGT se produce el 78 por ciento de los accidentes mortales.

Corcuera ha preguntado a Seguí si la DGT había descartado algunas otras medidas alternativas al “Pegasus” de menor coste y si su utilización había sido efectiva en cuanto a denuncias.

“Fueron ustedes quienes encargaron el 'Pegasus', cuya factura me toca pagar ahora. Otra cosa es que teniendo el gasto comprometido, lo estemos usando en aquellas vías donde es más necesario”, le ha replicado la directora de Tráfico al parlamentario socialista.

Para ilustrar la efectividad de este sistema, Seguí ha avanzado que en lo que va de año se han reducido en un 20 por ciento las víctimas de tráfico computadas a 24 horas después del siniestro.

Por su parte, el diputado ha reconocido que el desarrollo tecnológico de este singular radar se inició en la última legislatura socialista, pero le ha insistido a Seguí en que la contratación la hizo ella con un coste de 100.000 euros.

Tras su estreno, la DGT facilitó el 20 de abril el primer balance del “Pegasus” que, en una semana, había “fotografiado” a 522 vehículos solo en las 24 horas que había sobrevolado carreteras convencionales y, de ellos, 88 circulaban a una velocidad excesiva, es decir, el 16 por ciento del total.

Su grado de eficacia, según los cálculos de Tráfico, es cinco veces superior al resto de radares convencionales.