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El Gobierno usa el pacto presupuestario para rebajar el temor a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, durante un encuentro en diciembre de 2015.

Rodrigo Ponce de León

La aritmética parlamentaria que le ha servido a Mariano Rajoy para seguir adelante con los Presupuestos se ha convertido en el antídoto elegido por el Gobierno del Partido Popular para combatir el efecto Pedro Sánchez tras las primarias del PSOE. A pesar de la actitud dialogante del presidente del Ejecutivo con el nuevo secretario general de los socialistas es patente cierta preocupación entre dirigentes y barones del PP.  

En la formación conservadora asumen que tienen más difícil contar con “esa fuerza socialista, moderada y centrista que ha representado el PSOE en las épocas en las que ha tenido responsabilidades de gobierno” como comentaba el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, que se esperaba que volviese con el triunfo de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

En Moncloa saben la importancia que es dar una imagen de solidez y estabilidad por lo que han salido a reducir la capacidad de Pedro Sánchez para debilitar al Gobierno. Los avances para la aprobación de las cuentas con una mayoría alternativa apoyada en Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria es el ejemplo que utiliza el Gobierno para rebajar la amenaza del nuevo secretario general del PSOE. 

El Ejecutivo de Rajoy asume que “los más importante ahora es sacar finalmente los Presupuestos de 2017. Ya teníamos el no del PSOE que se posicionó en contra sin haber leído ni una línea. Los hemos sacado y estamos avanzando con otros apoyos”.

El PSOE de Pedro Sánchez se puede dedicar a “torpedear por torpedear” pero “el Gobierno va a ir tema a tema conformando las mayorías que se puedan. Se ha hecho con los Presupuestos y se puede hacer con otras medidas”, aseguran en Moncloa.

En el relato político del Gobierno se ha pasado de colocar a Pedro Sánchez como uno de los problemas de España a digerirlo como nuevo líder del PSOE con el que se pueden llegar a acuerdos en asuntos importantes como “la política europea o la unidad de España”.

“Está por ver si es el Pedro Sánchez del 'no es no' de hace unos meses o a ver cómo es el de ahora. Algo habrá aprendido de todo este proceso. También hay que ver qué hace en el Congreso y cómo organiza el partido. De todas maneras no esperamos nada de aquí a un año por lo menos que puede afectar al Gobierno”, asegura una fuente del Ejecutivo.   

A pesar de que algunos socialistas como la coordinadora de los diputados del PSC en el Congreso, Meritxell Batet, avisaba en la emisora RAC1 que “Rajoy no tiene por qué acabar la legislatura”, la realidad es que la moción de censura de Pablo Iglesias no inquieta al Gobierno. “Pedro Sáchez ya ha avisado que no la iba a apoyar. No hay razón para pensar que vayan a cambiar de opinión pero incluso aunque así ocurra, esta por ver que se alcance una mayoría suficiente para tirar a un Gobierno, una vez que los presupuestos van adelante”, explica una fuente del equipo de Rajoy.     

A pesar de este cambio de opinión en el Gobierno, entre los barones regionales y algunos dirigentes populares cundía el desánimo ante la victoria de Pedro Sánchez. Fuentes del partido asumían que ya no tendrán enfrente a los socialistas de la abstención en la investidura de Mariano Rajoy o al PSOE que apoyó medidas como la fijación del techo de gasto y el objetivo de déficit.

Entre los barones regionales las opiniones variaban de calificar a Sánchez como “una desgracia para España”, como hizo el presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, o “un representante de la izquierda más radical” a los que admitían que “la legislatura podría ser más corta” si el nuevo secretario general del PSOE se echaba en brazos de Unidos Podemos.

Ante esta situación se repitieron las llamadas al PSOE por parte de dirigentes del PP “por el interés de España, ya que es un partido de gobierno, que ha gobernado durante muchos años este país que está en un momento crítico por la salida definitiva de la crisis y en la negociación del Brexit”.

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