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“Las viudas de Ifni”, la vergüenza histórica olvidada de España, mira al Goya
“Las viudas de Ifni”, corto documental nominado al Goya, intenta con modestia activar las conciencias del pueblo español hacia una de sus vergüenzas históricas más olvidadas, las de una ley franquista vigente desde 1965 que deja sin pensión a las viudas de la exprovincia española cedida a Marruecos en 1969.
El 17 de febrero, sus creadores, Pedro Palacios y Pacheco Iborra, podrían subir al escenario del Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid a por un Goya y así avanzar un paso más hacia el reconocimiento de su cine y de su causa.
“Marcarte un objetivo como un Goya sería ser muy pretencioso. Los cuatro cortos que hay ahora, todos tienen posibilidades. Lo bueno es que son muy distintos y el nuestro es el más social y el más indignante”, concluye Iborra.
Las viudas de Ifni
¿Puede el cine incidir en la derogación de una ley? El modelo a seguir es, una vez más, el del cine francés.
En este caso, el modelo es de “Indigènes” (2006), la película de Rachid Bouchareb que reivindicaba la igualdad en las pensiones de soldados franceses y argelinos de la Segunda Guerra Mundial y que hizo exclamar tras la proyección a la mujer del entonces presidente francés, Jacques Chirac, que había que tomar cartas en el asunto.
Francia modificó la ley para igualar las pensiones de los veteranos franceses con los musulmanes, pero “Las viudas de Ifni”, por supuesto, parte con desventaja. Es un documental y es un cortometraje, pero sus creadores, Pedro Palacios y Pacheco Iborra esperan, al menos, abrir el debate y enmendar la ingratitud de españa hacia sus exciudadanos.
Ifni dejó de ser provincia española en 1969, año en que fue cedido a Marruecos. En 1965 el régimen del general Franco promulga una ley que impedirá, a muchas de las viudas del personal marroquí de la antigua colonia, percibir sus correspondientes pensiones de viudedad. Abandonadas por España, y repudiadas por Marruecos, hoy estas mujeres viven en condiciones miserables.
“Somos pequeñitos, pero hemos sido de los pocos conocedores de este hecho que incluso muchos africanistas desconocen. Al descubrir esto, nos vimos en la obligación moral de hacer esto. El drama es completo y emana de una injusticia española”, dijo Palacios. Sus creadores han querido así reflejar esta realidad, “que sirva para ayudar” y que alguien tome el relevo de esto para no dejarlo en documentos fríos, jurídicos“.
El padre de Palacios vivió en la capital de la provincia, Sidi-Ifni, y su abuelo fue gobernador del territorio de África Occidental Española.
Creció “oyendo cosas de este sitio maravilloso”, dibujando una atípica posguerra de militares con sobresueldo y buscafortunas, de coexistencia enriquecedora en aquella ciudad de la costa marroquí “con las mejores playas que había visto en su vida”, situadas frente a las islas Canarias.
Cuando estudió en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) conoció a Pacheco y fundaron la productora Odessa Films. Con ella pensaron en hacer una trilogía sobre la vida en las excolonias españolas, pero al llegar allí vio que lo que había que contar era otra cosa: “una injusticia histórica no tan conocida como la del Sahara”.
En Ifni, “a las chicas las casan con 15 años y por eso todavía quedan viudas de soldados de la Guerra Civil. Lamentablemente, hemos llegado tarde. Lo deberíamos haber destapado hace 10 años”, reconoce Pacheco.
Efectivamente, la causa está en la cuenta atrás para caducar, pues pronto no quedarán viudas, y los directores acusan a todos los gobiernos desde el fin de la dictadura franquista de “escurrir el bulto”.
“En los ochenta, Izquierda Unida sí que hizo una mención al problema, pero no se hizo nada y tampoco se volvió a mencionar. Se escribió también una carta al Rey. La causa pasaba de un ministerio a otro y se lo iban quitando de encima”, explica Pacheco.
“Las viudas de Ifni” muestra, por un lado, la exótica convivencia de la herencia española y la realidad del Marruecos de hoy. Por otro, documenta y filtra con poesía la miseria de sus protagonistas, que trabajan de sol a sol para poder vender apenas unos mejillones en el mercado.
Finalmente, alaba la labor prácticamente altruista de varios abogados canarios que trabajan para conseguir que activen esas pensiones que, en el mejor de los casos, apenas llegan a los 200 euros y recuerda que, en el momento de la cesión a Marruecos, España dio tres meses a los habitantes para solicitar la nacionalidad española y solo a través de una publicación en el BOE.
A dia de hoy, las viudas continúan esperando las decisiones de los tribunales españoles para el reconocimiento de unas pensiones que oscilan entre 50 y 200 euros mensuales. Mientras tanto ellas siguen sobreviviendo en condiciones miserables.