“Inadmisible”, “irresponsable”, “inaceptable”: la cascada de adjetivos del discurso del rey sobre Catalunya
“Inadmisible”. “Irresponsable”. “Inaceptable”. El rey Felipe se ha dirigido a la ciudadanía fuera de la tradicional cita de Nochebuena para intervenir en la crisis catalana, acelerada tras el 1-O.
Y lo ha hecho con un discurso plagado de adjetivos y adverbios para descalificar la actitud de las “autoridades catalanas”.
“Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática”, ha arrancado el rey. ¿Por qué? “Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía”.
Así, han demostrado “una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. [...] Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada”.
El rey, así, censura a “esas autoridades” su “conducta irresponsable”. Y añade: “Todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia”.
¿Y cómo califica el rey la situación? “De extrema gravedad”. ¿Y qué requiere? “El firme compromiso de todos con los intereses generales”.
Según el rey, “los españoles viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos. Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante”. Y ha terminado subrayando “el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como rey con la unidad y la permanencia de España”.