Israel amanece paralizada por el Yom Kipur

Las calles y carreteras israelíes amanecieron hoy desiertas, con todos los comercios cerrados y sin vehículos en las calzadas, con motivo del Yom Kipur o “Día del Perdón”, la jornada más sagrada del calendario hebreo.

Día de ayuno y expiación, millones de judíos observan un estricto ayuno en esta jornada, descrita en la Biblia como “Sábado de sábados” y en la que los observantes acuden en masa a las sinagogas con calzado de lona en señal de humildad.

Ni siquiera los principales diarios por internet están difundiendo noticias, las emisoras de radio no emiten señal alguna y en los distintos canales de televisión -con la única excepción de los extranjeros- han colgado el habitual cartel de “Reanudaremos las emisiones al terminar el Yom Kipur”.

La paralización, que incluye el tráfico terrestre, aéreo y marítimo, afecta a las ciudades judías, en tanto que en las de mayoría árabe -un 20 por ciento de la población israelí- la actividad comercial prosigue de forma regular.

La fiesta, de origen bíblico, comenzó ayer al anochecer y continuará hasta que se vean esta noche las tres primeras estrellas.

En ese momento sonará en la sinagogas el “shofar”, un antiguo instrumento de viento a base del cuerno generalmente de un carnero con el que se trata de despertar al alma de cara al juicio final y la omnipotencia divina.

En la creencia judía el Yom Kipur es el día del juicio ante Dios, el momento en el que la persona puede arrepentirse por última vez antes del veredicto divino y de que se cierre el libro de la vida para el próximo año.

Según los exégetas e intérpretes de las escrituras sagradas esto se produce en la llamada noche de “Hoshaná Rabá”, dedicada también al rezo y en medio de la fiesta de los Tabernáculos, que comenzará el próximo miércoles.

Durante el Yom Kipur, las fuerzas de seguridad permanecen en estado de alerta y no se permite el acceso a territorio israelí de palestinos de Cisjordania o Gaza, salvo casos humanitarios.

La rutina de este día es rota únicamente por los vehículos de los servicios de emergencia -este año más frecuentes por una fuerte ola de calor-, y cientos de miles de niños que aprovechan que las carreteras están vacías para salir con sus bicicletas y monopatines.

El respeto de estas férreas tradiciones, a diferencia de otras que habitualmente generan encontronazos entre laicos y religiosos a lo largo del año, el Día del Perdón disfruta de un gran consenso entre la población y más de dos tercios de los judíos de Israel observan el ayuno y acuden a las sinagogas.