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Joao Doria, de la TV y los negocios a la alcaldía de Sao Paulo

Joao Doria, de la TV y los negocios a la alcaldía de Sao Paulo

EFE

Sao Paulo —

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Joao Doria, un empresario que hizo fama y fortuna en el mundo de los negocios y la televisión, se posiciona desde hoy como un personaje clave en la política brasileña, tras su incontestable elección como alcalde de Sao Paulo este domingo.

Periodista y publicista de 58 años, Doria irrumpió en la política sólo este año, pese a que estaba afiliado desde 2001 al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en el que nunca había tenido participación alguna hasta ahora.

Sin embargo, entró este año en la disputa por la candidatura para la principal alcaldía del país y se impuso en las elecciones internas del PSDB pese al claro rechazo que encontró en la cúpula de esa formación.

Su elección como aspirante a la alcaldía fue obra del gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, quien fue candidato presidencial del PSDB en 2006 y perdió frente al carismático Luiz Inácio Lula da Silva, y desde entonces había retrocedido en la política nacional.

Aún así, Alckmin mantuvo su influencia regional en Sao Paulo, la mayor circunscripción electoral del país, y se valió de Doria para intentar recuperar el peso que había perdido en el PSDB.

Doria fue elegido alcalde de Sao Paulo con 53,29 % de los votos, que le garantizaron la victoria en primera vuelta, algo que nunca había ocurrido en esa ciudad brasileña con cerca de 8,5 millones de votantes.

Superó al candidato a la reelección Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), quien contó en su campaña con el respaldo de Lula, pero pagó el precio de los escándalos que salpican a esa formación, desalojada del poder en Brasil con la destitución de la ahora exmandataria Dilma Rousseff.

En su primer discurso como alcalde electo, Doria dejó claro que ha decidido entrar de lleno en la política, disputar espacios en el PSDB y posicionarse en el mapa nacional, al proponer la candidatura presidencial de Alckmin para 2018.

“Es legítima la voluntad de que Alckmin sea presidente” y ello dependerá de “la población de Sao Paulo”, declaró Doria, quien, pese a presentarse como un candidato ajeno a la política, ahora ha dado a entender que lo articulará también en el plano nacional.

Tiene a favor su carisma, construido en la televisión paulista, en la que presentó programas de entrevistas con personalidades del mundo empresarial e incluso un popular “reality show” con aspirantes a empresarios, a los que les prometía éxito en los negocios.

En esos espacios exponía su propia trayectoria como fundador del poderoso Grupo Doria, un fuerte conglomerado de empresas que opera en las áreas de turismo, publicidad, editorial y de administración de bienes, entre otras.

También es autor de dos libros de “autoayuda” (Éxito con estilo y Lecciones para vencer) y ha tenido unas breves experiencias en la gestión pública, siempre en el área de turismo.

Casado con la artista plástica Beatriz Maria Bettanin, con quien tiene dos hijos, Doria es católico practicante, amante del fútbol, conservador en la política y defensor de la iniciativa privada como promotora del desarrollo.

Al presentar su candidatura, declaró un patrimonio de unos 180 millones de reales (55 millones de dólares), la segunda mayor fortuna entre los alcaldes elegidos este domingo, sólo superada por los 352 millones de reales (108 millones de dólares) que posee Vittorio Medioli, quien se impuso en la pequeña ciudad de Betim.

En su campaña, una de las más caras, Doria sedujo a los electores de Sao Paulo con sus técnicas publicitarias, aplicadas a atractivos espacios de propaganda en televisión, pero también con un mensaje directo: “No soy político. Soy gestor”.

A tenor de los resultados, esa tarjeta de presentación caló en la urbe más poblada de un país en el que la sociedad, según recientes encuestas, ha perdido la confianza en los partidos políticos y aspira a una renovación de las clases dirigentes.

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