“El jefe de Manos Limpias fue la mano derecha del político franquista Blas Piñar”
- Rubén Sánchez, periodista y portavoz de Facua, publica en eldiario.es un adelanto de un capítulo de su libro Timocracia, en el que analiza las conexiones entre el sindicato Manos Limpias y la ultraderecha española
El periodista y portavoz de Facua, Rubén Sánchez, ofrece a los lectores de eldiario.es el adelanto del capítulo 4 de su libro Timocracia. En él, analiza las conexiones entre el líder del sindicato Manos Limpias y la ultraderecha española:
Manos Limpias: orcos con piel de cordero
Miguel Bernad Remón. Es el nombre del fundador y secretario general del “sindicato de funcionarios públicos” Manos Limpias. Un sindicato que no tiene actividad sindical conocida y que es artífice de una larga lista de campañas de difamación contra personas y organizaciones cuyos ideales no encajan con los de Bernad, histórico dirigente de la ultraderecha española. Hoy, Manos Limpias se encuentra en el ojo del huracán desde que un juez investiga a su secretario general y su responsable jurídica, Virginia López Negrete, tras una querella de la fiscalía por un presunto delito de apropiación indebida.
Enemigo de la homosexualidad, contrario a la regulación del aborto “en ningún supuesto” y absoluto partidario de la pena de muerte, Bernad no tiene el más mínimo pudor en asegurar que cuenta con “topos dentro de partidos políticos” y otras instituciones. Su actividad es un continuo intento de ajuste de cuentas mediante la presentación -y por supuesto la difusión pública- de denuncias basadas muchas veces en meras conjeturas o invenciones y que se reducen a un copia y pega de informaciones de prensa. Pero la gran agilidad de Manos Limpias para acudir a los juzgados ante cualquier asunto con notoriedad pública le permite estar presentes en los casos judiciales más candentes: Madrid Arena, Bárcenas, familia Pujol Ferrusola, Noos, Gürtel…
Las decenas de denuncias que Manos Limpias presenta cada año ni siquiera son admitidas a trámite en la gran mayoría de los casos. Pero algunos éxitos y las causas por corrupción en las que participa le han permitido obtener credibilidad entre ciertos sectores y una relevancia mediática, alimentada gracias a sus filtraciones a la prensa, que aprovecha para dar visibilidad a sus persecuciones contra las personas y organizaciones que pone en su punto de mira. La lista es enorme: desde Ada Colau hasta Pablo Iglesias, pasando por clínicas abortivas, las argentinas Madres de la Plaza de Mayo, FACUA, un guardia civil gay que solicitó convivir en la casa cuartel con su pareja, el primer párroco católico español que reveló su homosexualidad…
Bernad fue la mano derecha del político franquista Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva, editorial fundada en 1966 y reconvertida en partido diez años después. Piñar fue uno de los referentes del búnker de empresarios, religiosos y políticos que tras la muerte de Franco intentaron mantener vivos los principios ideológicos de la dictadura y evitar la llegada de la democracia.
“Yo era amigo de Blas Piñar y de la familia. Para mí, don Blas fue un hombre leal a sus ideas. En su día, la Historia lo reconocerá”, declaró Bernad a El Mundo en 2005. “Si no hubiera existido una oposición como Fuerza Nueva, llamémosle violenta, a lo mejor la Transición se hubiera hecho de otra manera”. La violencia del tardofranquismo incluyó numerosos atentados terroristas, palizas y asesinatos por parte de militantes de Fuerza Nueva y una larga lista bandas de ultraderecha, como el Batallón Vasco Español, los Guerrilleros de Cristo Rey o el Frente de la Juventud, una escisión del partido de Piñar.
Tras la debacle de Fuerza Nueva a comienzos de los años ochenta, en 1986 Piñar la reconstruyó junto a otras formaciones de extrema derecha bajo la denominación Frente Nacional. Miguel Bernad fue su número 6 en las elecciones al Parlamento Europeo de 1987 y acabó ocupando la Secretaría General de la formación hasta su disolución a mediados de los noventa. Bernad también registró en el Ministerio del Interior otro partido, Derecha Española, que nunca tuvo relevancia.
Después de su batacazo electoral y el declive del Frente Nacional, en 1995 fundó Manos Limpias, que dirige desde entonces con el cargo de secretario general junto a su presidente, un título prácticamente honorífico que desempeña Francisco Jiménez Luis, otro destacado franquista.
Lleva años intentando diluir su ideología de ultraderecha, pero es incapaz de ocultar su ADN franquista. En 2011, en un acto presidido por la bandera preconstitucional, Bernad fue nombrado Caballero de Honor de la Fundación Francisco Franco por “sus servicios en defensa de los ideales del Movimiento”, título que le fue entregado por la hija del dictador,Carmen Franco.
El empresario Fernando Martínez Dalmau fue durante diez años el colaborador más estrecho de Bernad. Llevaba los temas de seguridad y realizaba todo tipo de tareas para Manos Limpias, pero la abandonó porque comenzó a ver “cosas extrañas” y “los números no le cuadraban” según publicó Abc, al que aseguró que nunca se han presentado cuentas y ni tan siquiera se celebran las asambleas anuales que marcan los estatutos, versión que corroboraron al diario media docena de abogados, procuradores y otros miembros y colaboradores de la organización. “Las actas que ha presentado Miguel Bernad para renovar los cargos son falsas porque se hacían sin haber celebrado la asamblea”, denunció uno de ellos.“Nunca hemos visto cuenas del sindicato ni se sabe qué pasaba con las fianzas de los casos en que estábamos personados cuando los juzgados las devolvían”, advirtió otro en conversación telefónica con el citado periódico.
El Tribunal Supremo impuso en mayo de 2015 una multa a Manos Limpias por actuar de mala fe al presentar una querella en la que acusaban de prevaricación a los magistrados de la Audiencia Nacional Manuela Fernández de Prado y Ramón Sáez Valcárcel. Ambos jueces decidieron la absolución de diecinueve acusados en el asedio al Parlament de Cataluña en julio de 2011 en una sentencia que acabó anulando el Supremo.
“Se trata de imputaciones extremadamente graves y carentes de base objetiva”, advirtió a Manos Limpias la Sala Penal del alto tribunal. “No podemos limitarnos sin más a la repulsa de la querella”, señala el auto, fechado el 20 de mayo de 2015, sino que hay que “desalentar” ese tipo de prácticas con una sanción ya que “es una temeridad con efectos perversos alimentar la sospecha de que se prevarica cada vez que se produce una resolución discrepante con la tesis de una parte y además razonada en derecho y acudiendo a criterios fundados aunque puedan no compartirse”. “Ni uno solo de los escritos presentados se ha vuelto contra nosotros”, presumía Bernad antes de la multa del Supremo. En cualquier caso, a tenor de su cuantía, 1.500 euros, no parece que ésta vaya a frenar sus controvertidas prácticas.
Sólo siete días antes de esta sanción, el Supremo había reprochado a Manos Limpias que se hubiera querellado “sin sustento alguno” contra el secretario general de Podemos,Pablo Iglesias. En la querella, archivada como la inmensa mayoría de las que interpone, atribuían a Iglesias nada menos que diez delitos, acusándolo de encabezar una“organización criminal” y comparándolo con los asesinos de masas Hitler, Stalin y Pol Pot.
Curiosamente, en la larga lista de dictadores con los que el autodenominado “colectivo de funcionarios públicos” comparaba a Iglesias en su estrafalaria denuncia, no se incluía aFranco. Una omisión posiblemente tan casual como que el magistrado de la Audiencia Nacional contra el que siguió una estrategia de acoso y derribo durante doce años fuese el único que intentó juzgar los crímenes del franquismo, Baltasar Garzón.
Las tácticas difamatorias de Bernad vienen de antiguo. En 1982, cuando era delegado sindical del ultraderechista Frente Nacional del Trabajo desde el puesto de funcionario que ocupaba en el Ayuntamiento de Madrid, fue sancionado por el alcalde, Enrique Tierno Galván, por acusarle a él y a dos concejales de malversación de fondos.
Para quitar el olor a naftalina a este “sindicato de funcionarios” sin actividad sindical conocida, a comienzos de esta década Bernad fichó a dos abogadas que asumieron su portavocía en los medios de comunicación: Montse Suárez Abad, desvinculada de la organización desde 2013, y Virginia López Negrete, su principal cara visible en los medios de comunicación.
A mediados de noviembre de 2015, el Juzgado de Instrucción número 18 de Madrid admitió a trámite una querella presentada por la Fiscalía contra Bernad y López Negrete. El juez les imputa un delito de apropiación indebida. Su secretario general retiró de una cuenta de Manos Limpias más de 100.000 euros. Según Bernad, entregó la mitad del dinero aLópez Negrete para el pago de sus “honorarios”, pese a que ambos han declarado públicamente en reiteradas ocasiones durante años que sus abogados “no cobran” por los trabajos que realizan para la organización. Entre finales de 2010 y principios de 2011, Manos Limpias recaudó ese dinero de cerca de un millar de afectados de la estafa de Afinsa, a los que convenció de que abonaran 110 euros cada uno para exigir judicialmente que el Estado les devolviera el dinero. Una reclamación que resultaba inviable, ya que había desestimada anteriormente, tratándose de lo que en el argot procesal se denomina “cosa juzgada”. La responsable jurídica de Manos Limpias presentó el recurso en la Audiencia Nacional y fue archivado. Después acudió al Tribunal Supremo y obtuvo el mismo resultado. En noviembre de 2013, su Sala de lo Contencioso-Administrativo cerró el caso con un duro auto contra los recurrentes, en el que les advirtió que el recurso presentaba “carencia manifiesta de fundamento”.
Martínez Dalmau, hasta 2013 mano derecha de Bernad, asegura que éste le confesó que el caso Afinsa fue “un mal negocio y una mala inversión”. “Les dije que era una barbaridad que cobrara más de 100 euros a cada estafado de Afinsa, que lo habían perdido todo. Hubo un engaño procesal. Era una acción que ya entendíamos todos como materia juzgada. No se podía recurrir a instancias superiores”, declaró a Abc.
Antes de la querella de la Fiscalía por apropiación indebida, el mayor apuro que había pasado Bernad con la Justicia se produjo en 2012, cuando lo imputaron por presuntos delitos de tentativa de chantaje e intento de estafa relacionados con un caso de corrupción urbanística en el municipio murciano de Totana, pero finalmente no fue condenado.
Defensor de la teoría de la conspiración sobre el 11M, Manos Limpias presentó una querella contra el juez instructor y la fiscal del caso, Juan del Olmo y Olga Sánchez, a quienes acusó de haber destruido pruebas. La Sala de lo Penal del Supremo no sólo no la admitió a trámite, sino que advirtió de que “no sólo carece de todo apoyo técnico-jurídico, sino que sobrepasa de forma manifiesta los límites del prudente ejercicio de las acciones penales y entraña un manifiesto abuso de Derecho y fraude procesal, que pudiera constituir un de acusación y denuncia falsas”abuso de Derecho y fraude procesal. La Fiscalía interpuso una denuncia contra el “sindicato”, pero el juzgado decidió su archivo.
Si no fuera por el trasfondo ideológico que encierran, las motivaciones y argumentos de muchas de sus denuncias resultarían hilarantes. En 2005, solicitó a la Fiscalía de Menores que actuase contra programa infantil de televisión Los Lunnis por mostrar una boda gay. También ha denunciado la píldora Viagra y el color rojo de la bandera de la Comunidad de Madrid.
En 2009, la organización de Bernad denunció ante la Fiscalía a la presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura, Laura Garrido, por un presunto delito “contra la integridad moral” y “corrupción de menores” debido a la celebración de unos talleres para jóvenes donde se abordaron conceptos como “el uso de juguetes eróticos, la masturbación o el placer”. En junio de 2012, Manos Limpias pidió por enésima vez la ilegalización de Bildu al Fiscal y la Abogacía General del Estado aportando “pruebas” tan contundentes como que en el Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por ese partido, se habían negado a recibir a los Reyes Magos y a colocar pantallas gigantes para ver la Eurocopa. Por si no fuera suficiente, advirtió de que la bandera de España colocada en el consistorio estaba “sucia”.
A finales de 2013, Bernad afirmó en una entrevista con la revista Atlántica XXI que no descartaba volver a presentarse a las elecciones aprovechando la notoriedad mediática de su“sindicato de funcionarios”. Ante la celebración de las Elecciones Europeas de 2014, hizo un amago fallido. Tras haber anunciado su “aval y apoyo” a una alianza electoral entre los partidos de ultraderecha Plataforma por la Libertad (PxL) y Alternativa Española (AES) bajo la denominación Con las Manos Limpias, con fotografía de Bernad incluida en un cartel promocional, el “sindicato” aseguró en su web a finales de febrero que esta formación no lo representaba. Según Miguel Bernad, “hay una gran masa de ciudadanos y un nicho muy importante del electorado que apoyaría a Manos Limpias, llegado el caso”.