Marcos Ana lanza su manifiesto para los jóvenes “Vale la pena luchar”

Marcos Ana, el poeta y activista político que más tiempo pasó en las cárceles españolas, acaba de publicar “Vale la pena luchar”, un libro donde “sin rencor” y “sin venganza”, alienta, en especial a los jóvenes, a seguir luchando por un mundo mas justo, porque lo importante es tener proyectos y ser solidario.

A sus 93 años, Marcos Ana (Salamanca) represaliado por el franquismo y encarcelado durante 23 años tras la guerra civil, y condenado a muerte en varias ocasiones, obtuvo la libertad en 1961 y desde entonces y hasta hoy emprendió una campaña internacional contra la represión política en España y en el mundo y se hizo un firme defensor de los derechos humanos y la democracia.

Un actividad que le llevó a viajar por medio mundo, en especial en Europa y América, donde conoció a Pablo Neruda o Salvador Allende, dos de sus grandes amigos, así como al poeta Rafael Alberti, quien le llamaba “Marco Polo” y “Ciudadano de la Vía Láctea” y a Miguel Hernández, con quien coincidió en la cárcel de Conde de Toreno, en el 39.

Autor de varios poemarios y de su autobiografía “Decidme cómo es un árbol” (2007), Marcos Ana, propuesto para el premio Príncipe de Asturias por el escritor y premio Nobel José Saramago, posee la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo en 2009 y la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (2011), además de Premio René Cassin de Derechos Humanos que concede el gobierno vasco, entre otros galardones.

Y ahora, cogiendo el testigo de José Luis Sampedro y de Stéphane Hessel, ha decido volcar en papel los valores que a lo largo de los años, y tras los inmensos sacrificios y luchas, le mantuvieron en pié para decir que “los cambios y los ciclos históricos son lentos y hay que tener paciencia, pero nunca dejar de luchar”, explica a Efe.

Publicado por Espasa, “Vale la pena luchar” es un “humilde manual contra la injusticia y la crisis económica y moral que estamos viviendo”, dice este hombre que durante años hizo “turismo carcelario”, como él mismo añade con ironía.

“Es un llamamiento a la juventud especialmente, porque tras mis participaciones en charlas en los colegios, les veo muy desalentados y quiero decirles que ahí esta el 15M, con gente que se mueve, y que hay que seguir moviéndose, que los cambios históricos no van al mismo ritmo que los personales porque tienen que madurar más”, subraya el autor.

Marcos Ana cree que “el capitalismo ha metido en un pozo al sistema”, con su ley de obtención del máximo beneficio, y que los partidos están metidos en esta misma estructura “y hoy son herramientas en la defensa de esta idea”.

“El individualismo nos pierde. Nos resta fuerza...Siempre he pensado que vivir para los demás ha sido la mejor manera de vivir para mí mismo”, escribe Marcos Ana en el libro.

Y añade: “No es un sacrificio; es compartir la felicidad. La felicidad no consiste en que sobre la comida, tengas un coche, un buen estatus social, ganes dinero o compres cosas. La felicidad consiste en que no te falte un proyecto en la vida y puedas compartirlo con los demás”.

Comunista tolerante y moderado, como él se denomina, porque dice que, de momento, no ha encontrado otra sistema que en su ideal teórico sea más justo, Marcos Ana -nombre que obedece al de su padre y al de su madre- asegura que hay que “seguir calentando las calles y las plazas porque en la calle está la fuerza”.

Y sostiene que cuando habla con los muy jóvenes se da cuenta que no tienen mucho conocimiento de historia, por ejemplo de lo que fue la República, y que por ello, utiliza metáforas como el cuento de Caperucita Roja y el Lobo.

Después de 23 años en la cárcel, Marcos Ana comenta que cuando salió en libertad, en 1961, lo que más anhelaba era ver espacios abiertos en el campo, pero sus ojos no se podían acomodar a tanto espacio. Y que lo que sí que verdaderamente vio cambiado fueron los coches y las mujeres, dice con humor.

Carmen Sigüenza