Rajoy acude a la Audiencia Nacional para cuestionar ocho años de investigación al PP por corrupción
El sistema de justicia brinda este miércoles a Mariano Rajoy la oportunidad de defender ante un tribunal la frase que utilizó hace 8 años y 7 meses para definir el caso Gürtel: “Esta no es una trama del Partido Popular sino contra el Partido Popular”. Aquella fue una comparecencia ante los medios sin preguntas, escoltado por la plana mayor del partido, en pleno escándalo por el estallido de la operación Gürtel.
El presidente del Gobierno tiene ahora en contra la conclusión de los jueces instructores y la Fiscalía Anticorrupción que han investigado durante años y que cifran en 245.000 euros el dinero que obtuvo el PP de la trama de corrupción solo en el tramo que se juzga hoy en la Audiencia Nacional.
Otra de las conclusiones del instructor y los investigadores es que el partido que preside el testigo Rajoy ha ganado elecciones durante al menos veinte años con dinero bajo cuerda de empresarios a los que contrata la Administración. Rajoy se arriesga a que el juicio que se celebre por esta pieza en 2018 también cuente con su declaración como testigo, como han solicitado varias acusaciones.
La acusación popular de Adade, un grupo de abogados progresistas, ha tenido que solicitar la comparecencia de Rajoy en el juicio de Gürtel hasta en tres ocasiones, a pesar de que el hoy presidente del partido era ya vicesecretario general cuando el PP de Majadahonda y Pozuelo engordaron su campaña local de 2003 con fondos procedentes de las empresas de Francisco Correa.
Rajoy presume de haber prescindido de los servicios del principal imputado en la causa cuando se hizo con todo el poder en Génova. El policía al cargo de la investigación ratificó hace unos días ante el tribunal que las empresas de Correa siguieron trabajando para el PP en Valencia y Madrid con Rajoy de presidente.
La proverbial habilidad de Rajoy para esquivar en público cuestiones espinosas, irritante para sus adversarios políticos, ha topado con la decisión de dos jueces de la Audiencia Nacional, José Ricardo de Prada y Enrique de Diego, a favor de que explique lo que sabe ante el tribunal. El presidente del mismo, Ángel Hurtado, ha sido firme defensor de que el testimonio de Rajoy nada puede a aportar al esclarecimiento de los hechos.
En la mano de Hurtado está que Rajoy se limite a decir que nada sabía de las campañas de estos PP locales aunque en el banquillo de los acusados se sientan una veintena de antiguos cargos locales del Partido Popular. El abogado de la formación, Jesús Santos, intentó defender al comienzo del juicio que Génova no es responsable de lo que hicieran estas delegaciones locales y pidió que el PP dejara de comparecer como presunto responsable civil subsidiario.
La Fiscalía se opuso y el tribunal lo rechazó. El PP sigue sentándose junto a otros acusados de beneficiarse del dinero de la corrupción. Su abogado ocupa una silla en la tercera bancada y mañana tendrá la oportunidad de preguntar a Rajoy si lo considera oportuno.
El presidente del tribunal permitió que la Fiscalía preguntar a los secretarios generales de la época de Aznar por la caja B del PP, a pesar de ser ésta objeto de una pieza separada. Todos respondieron igual: no sabían nada porque el entonces tesorero, Álvaro Lapuerta, tenía absoluta autonomía sobre las cuentas del partido. Lapuerta es, a día de hoy, un anciano demente al que el tribunal ha eximido de cualquier responsabilidad por su estado de salud.
En esa misma causa se investigaron los supuestos sobresueldos a los dirigentes de la formación que Luis Bárcenas apuntó durante años a mano. Uno de esos beneficiarios fue Mariano Rajoy, según las anotaciones y el testimonio del extesorero. Este observará mañana desde el banquillo de los acusados.
La incógnita de la silla del presidente
A pesar de la expectación levantada, las incógnitas se mantienen sobre algunos aspectos de la declaración del presidente del Gobierno. Se desconoce dónde le ubicará el tribunal. Los tres jueces determinaron que se sentará “en estrados”, esto es, que no declarará desde una posición de inferioridad en altura a donde están sentados los jueces y las acusaciones. Probablemente evite la foto de los acusados a sus espaldas porque se le ubique junto a las acusaciones, a la izquierda del tribunal.
El presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, tenía previsto salir a recibir al presidente a la puerta, pero ha reculado y el martes no tenía una decisión tomada. Ha confirmado su presencia es el nuevo fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón, quien ha dejado claro que solo acude por “cortesía institucional” y que, de preguntar el Ministerio Público, serán las encargadas del caso quienes practiquen el interrogagorio.