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Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y el Instituto Valentín de Foronda ponen en valor el testimonio de víctimas
El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y el Instituto de Historia Social Valentín de Foronda han celebrado este viernes en San Sebastián su primer encuentro conjunto titulado 'Las víctimas como testigos del terror' para poner en valor la importancia del testimonio de este colectivo que tiene que “servir para dar soporte a las políticas de memoria” y para “construir la historia de lo que fueran los años de terror” de ETA.
Al encuentro, que ha tenido lugar en el donostiarra Palacio Miramar, han asistido, entre otros, las representantes del PSE-EE y de Podemos Euskadi, Rafaela Romero y Pili Zabala, respectivamente. La apertura de la jornada ha corrido a cargo del director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, el del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda, José María Ortiz de Orruño, y el primer teniente de diputado general de Gipuzkoa, Denis Itxaso.
Domínguez ha destacado que el testimonio de las víctimas del terrorismo debe “servir para dar soporte a las políticas de memoria”, las cuales han de “tener su base en la historia, en el trabajo profesional de los historiadores” y no en “supuestos ideológicos”. “La historia debe reconstruir los años de terror y explicar el contexto de la violencia, el papel de la sociedad y de los protagonistas del terrorismo, así como tener en cuenta sobre todo el testimonio de las víctimas del terrorismo, cosa que no siempre ha ocurrido”, ha destacado.
Además, ha explicado que el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y el Instituto Valentín de Foronda colaboran en un proyecto de investigación sobre historia y memoria de las víctimas, con una duración de cuatro años, para “contribuir a la función deslegitimadora del terrorismo que hemos padecido y no dejar justificaciones abiertas” para futura “generación de violentos” y sirva para “asentar una cultura política basada en los Derechos Humanos por encima de los objetivos políticos de cada uno”.
Ortiz de Orruño ha señalado que la jornada de este viernes supone “un primer paso” en la colaboración del Centro y el Instituto al que espera “sigan muchos más”, en el marco del “reto” de dar forma al proyecto de investigación anteriormente citado y que “con los años vaya cumpliendo sus objetivos”.
El director del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda ha afirmado que el objetivo de este trabajo es “un compromiso cívico” de “deslegitimar el terrorismo con el fin de evitar que estos hechos se vuelvan a producir”, algo que “conecta perfectamente” con la presencia de las víctimas que “han sido olvidadas durante mucho tiempo” y han sido consideradas por las ciencias sociales “como una especie de daños colaterales de los procesos sociales”.
Sin embargo, ha destacado que cada vez tienen “un papel más central y más importante”, ya que tienen “un doble papel”, por un lado, “ser testigos insobornables de una época que han vivido y padecido muy directamente” y, por otro, deben de servir “como historiadores para estudiar este largo proceso de horror y terror que se ha extendido durante décadas”.
Itxaso por su parte ha destacado la “trascendencia” para el futuro de contar con “un relato veraz” de lo ocurrido al tiempo que ha destacado la “importancia que en su construcción” tienen las víctimas y sus testimonios. En este sentido, ha subrayado que ese testimonio es “un patrimonio especialmente valioso para todos”, puesto que su “verdad garantiza a la sociedad memoria y un relato fiel de lo ocurrido, elementos ambos indispensables para una sociedad que aspire a ser libre”.
“Las víctimas mejor que nadie pueden explicar las consecuencias del terrorismo en Euskadi, ellas padecieron de forma directa la amenaza, la extorsión, el asesinato y los mecanismos del terror utilizados por el terrorismo y pueden aportar el testimonio de la reacción y comportamientos sociales, el abandono y la incomprensión de una parte muy importante de la sociedad vasca”, ha afirmado, para añadir que ellas “pueden dar fe de que el relato es fiel a la realidad y que contiene los elementos de juicio precisos para que podamos valorar lo sucedido”.
En este contexto, ha puesto en valor la “calidad notarial” de su testimonio, que “incomoda a muchos”, pero “resulta imprescindible para sentar las bases de una sociedad libre, con memoria, basada en los Derechos Humanos y los valores democráticos, que garantice la no repetición de estos hechos”. “La memoria nos protege de las atrocidades”, ha defendido, por lo que ha considerado “esencial” conocer nuestra historia.
“GUARDIANES DE LA MEMORIA”
Además, ha incidido en que “las víctimas forman parte esencial de esa memoria porque son testimonio vivo y directo de lo ocurrido” y “nadie como ellas puede transmitirnos el horror del terorirmos y el mal que este causó”. “Son los guardianes de esa memoria, los que nos protegen y el reconocimiento del valor de estos testimonios para la sociedad vasca es la mejor garantía para que los errores del pasado no vuelvan a repetirse y para que la sociedad vasca pueda compartir el célebre 'nunca más'”.
Finalmente, ha manifestado su “compromiso político” en “combatir el riesgo de amnesia y de deformación interesada de la realidad”, que es “demasiado pesada y demasiado grave como para se edulcorada”.