La crisis de Murcia incrementa la erosión del voto del Partido Popular
- GRÁFICOS | Consulta aquí todos los datos de la encuesta
La dimisión del presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, por sus problemas con la Justicia ha pasado factura al Partido Popular. La formación conservadora obtiene el mayor retroceso con una caída de 0,5 puntos en las expectativas de voto desde las pasadas elecciones del 26-J, según el barómetro de abril elaborado por Celeste-tel para eldiario.es.
Los problemas judiciales del PP por la corrupción y la debilidad mostrada por el partido en el Congreso, que vislumbró las dificultades del Ejecutivo para aprobar los Presupuestos, han debilitado al partido de Mariano Rajoy.
A pesar de la erosión de un Gobierno apoyado en una minoría parlamentaria que se ha traducido en cuatro meses de leves caídas, el PP mantiene el 35,1% de los votos, su peor resultado desde las pasadas elecciones generales de 2016 aunque por encima del porcentaje obtenidos en la última jornada electoral. Si hubiera unas elecciones este abril, el Partido Popular obtendría entre 146 y 150 escaños, bastantes más que los 137 que ostenta tras las elecciones del 26-J.
Ciudadanos es la formación que saca tajada del desgaste del PP. La asunción como una victoria propia de la dimisión del presidente de Murcia más la venta de su acuerdo de Presupuestos con el Gobierno, donde aseguran que han decidido el destino de partidas por más de 4.000 millones de euros, hace que la formación de Albert Rivera suba 0,8 puntos en abril, hasta situarse en el 12,9% de los votos y entre 26 y 28 escaños.
Este incremento deja todavía lejos a Ciudadanos de la marca conseguida en las últimas elecciones. Un 13,5% de los votantes respaldaron a este partido que llegó a 32 escaños.
El PSOE sigue acumulando pequeñas subidas mensuales a pesar de su grave crisis interna, como quedó recogido en el pasado Barómetro del mes de marzo. El anuncio de la candidatura de Susana Díaz a la secretaría general apenas ha afectado a la evolución del voto de los socialistas, que suben dos décimas, hasta el 22,3% del voto.
Desde el pasado diciembre, cuando los datos de la encuesta de Celeste-Tel mostraban los peores resultados para el PSOE desde la defenestración de Pedro Sánchez con solo un 20,2% del electorado, los socialistas van recuperando posiciones. Todavía están muy lejos de alcanzar opciones de gobernabilidad, ya que conseguirían entre 80 y 83 escaños.
En el primer cuatrimestre de 2017 Unidos Podemos no ha sido capaz de desbancar al PSOE como segunda fuerza más votada. La confederación de izquierdas parece haber quedado sumida en un letargo tras solucionar su crisis de liderazgo. La formación de Pablo Iglesias pierde una décima en abril, alcanzando el 19,2% de los votos y entre 66 y 67 diputados.
Excepción de la izquierda catalana
Dentro de la confluencia de izquierdas En Comú Podem es la única formación en Unidos Podemos que no deja de crecer. La formación de Ada Colau se consolida como la primera opción política catalana en unas elecciones generales.
La crisis por la salida de Podemos del nuevo partido de los comuns, tras la decisión tomada por la dirección de Albano-Dante Fachin, no ha afectado a las expectativas electorales de En Comú Podem.
El PdeCat, los herederos de la extinta CiU, no está logrando rentabilizar electoralmente su pulso independentista con una caída de una décima hasta el 1,5% de los votos. El partido catalán ha cosechado en esta encuesta sus peores resultados electorales de la historia con solo siete escaños.
Esquerra Republicana de Catalunya se consolida como la primera opción política en unas elecciones autonómicas de esta Comunidad. Los republicanos obtienen una expectativa de voto en abril del 2,8%, dos décimas por encima de los resultados que obtuvieron en las últimas elecciones generales.
La abstención sigue creciendo
Como la astenia primaveral, la desgana avanza lentamente pero cada vez se hace más fuerte entre los ciudadanos. La abstención convence hasta el 42% de los votantes, un dato que no se producía desde junio de 2014.
Desde las últimas elecciones generales en junio de 2016 en la que la abstención solo llegó al 30,16%, el desinterés por el voto no ha parado de crecer cada mes: en 10 meses ha subido casi 12 puntos.