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OTPCEN, un tratado que no entra en vigor pero plenamente operativo
El secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (OTPCEN), Lassina Zerbo, dijo hoy a Efe que se ha completado casi el 90 por ciento del sistema de vigilancia previsto en ese acuerdo y que sólo un país sigue haciendo este tipo de ensayos: Corea del Norte.
Firmado a partir de 1996 en un proceso de ratificación que aún no ha concluido y que impide su entrada en vigor, el OTPCEN funciona sin embargo en todo su alcance y ha instalado por todo el mundo 337 estaciones y laboratorios que están en más de 90 países.
“Creo que ya completamos más del 90 % del sistema, lo que quiere decir que cubrimos prácticamente todo el planeta”, dijo el alto funcionario internacional en una entrevista en Quito.
Zerbo llegó el jueves a Ecuador para la inauguración de la segunda terminal que alberga este país, ambas en las Islas Galápagos, y que en este caso ofrece la posibilidad de detectar cualquier actividad nuclear por infrasonido.
“Detecta ondas de muy baja frecuencia que el ser humano no puede oír, así como 'ondas de presión' que puedan indicar una explosión nuclear o química, o incluso de una planta de energía. Cualquier tipo de explosión que cree vibraciones y afecte al detector de ondas de presión”, explicó.
La primera terminal de monitoreo, instalada el año pasado, puede detectar partículas radiactivas trasladadas por el aire o una explosión subterránea.
Ambas estaciones están operadas por personal ecuatoriano que ha sido adiestrado en su funcionamiento, después de que el gobierno del país recibiera garantías de que no dañaría el extraordinario ecosistema de las islas.
“No hay daño al entorno, no hay emisiones, ni sustancias que puedan emanar de las estaciones”, aseguró hoy Zerbo, quien en una entrevista con el viceministro de Integración, Rolando Suárez, agradeció el compromiso de Ecuador en ese acuerdo.
Ecuador fue uno de los primeros en firmar el Tratado y lo ratificó en 2001.
Hasta ahora, son 180 los Estados que se han adherido y 166 los que lo han ratificado, si bien no termina de entrar en vigor porque sus cláusulas exigen que lo ratifiquen 44 de sus firmantes con algún tipo de capacidad nuclear avanzada, faltando aún que lo hagan ocho de ellos.
“El tratado es casi universal, nos faltan ocho países para que legalmente entre en vigor y que son ocho importantes”, explicó el alto representante, natural de Burkina Faso.
Sobre la necesidad de una organización como la que él encabeza, con mas de 350 funcionarios y un presupuesto de 130 millones de dólares, asegura que son “víctima de su propio éxito” y recuerda que en los últimos años se ha vuelto a hablar de las pretensiones nucleares de algunos países.
“Desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría tuvimos cerca de 2.000 ensayos nucleares. En este siglo sólo tenemos a un país (que los ha hecho) y sólo en cinco ocasiones”, recuerda sobre la efectividad del OTPCEN y de su sistema de verificación.
Desde que entró en funciones en 2013, Zerbo ha conseguido dar un renovado impulso a la cooperación de los distintos gobiernos con el tratado internacional, obteniendo entre ellos la cooperación técnica de China; y cree que su ratificación definitiva es posible si se genera la confianza de los Estados firmantes.
Estados Unidos es uno de los más importantes que aún debe hacerlo, si bien Zerbo subraya que ha sido siempre “un fuerte apoyo” desde los tiempos del presidente Bill Clinton hasta la más reciente de Barack Obama.
Tampoco desiste en el caso más “urgente” de Corea del Norte y cree que las desnuclearización de ese país solo será posible cuando aplique una “moratoria” en sus ensayos.
“Corea del Norte debe entender que no puede continuar por el camino de seguir haciendo ensayos en contra del derecho internacional y eso es algo que tenemos que trabajar”, considera.
Con sede en Viena, el sistema de monitoreo y vigilancia de la OTPCEN contribuye también a la prevención de desastres de carácter civil humanitario, al aportar sus sistemas de detección todo tipo de información fidedigna, rápida y a escala global sobre contaminación ambiental, terremotos y tsunamis, como ocurrió con la explosión del reactor de Fukushima.
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