El próximo 8 de marzo las mujeres están convocadas a una huelga para reivindicar una igualdad real con los hombres. No es la primera vez que se propone una acción similar. En 2017 los colectivos feministas ya plantearon una jornada de paros que fueron más simbólicos que reales. Este año distintos sindicatos han anunciado convocatorias formales de diversa intensidad: desde paros de dos horas hasta una huelga general que se haga extensiva a aspectos como los cuidados y el consumo. Los principales partidos se sitúan ante el 8M en función de esa intensidad.
La convocatoria está lanzada por la Coordinadora 8M, que ha realizado ya dos asambleas estatales. Más de un centenar organizaciones y colectivos de toda España integran un movimiento que pretende demostrar que las mujeres son mucho más que simplemente la mitad de la población. El enunciado es claro: “Sin nosotras ni se produce ni se reproduce, sin nosotras se para el mundo”.
Los propios sindicatos se han visto desbordados por una convocatoria que surge del activismo y que bebe de la creciente ola feminista cuyo caudal aumenta a un ritmo cada vez mayor. El pasado 25 de noviembre miles de mujeres se manifestaron en Madrid contra la violencia machista con la víctima de la manada en la cabeza y los gritos de todas. Acciones como el #metoo o la reciente gala de los Premios Feroz, que se convirtió en una reivindicación continua de la situación de inferioridad de la mujer en el cine, demuestran que el movimiento va en aumento.
Los partidos más próximos a las reivindicaciones del movimiento feminista buscan cómo apoyar y promover el 8 de marzo sin que desde las asambleas puedan acusarles de apropiarse de un espacio que, en puridad, no es suyo. Aunque muchas de las personas que las integran militen o formen parte de los órganos de esos partidos.
El posicionamiento de las principales organizaciones políticas ante el 8M es también gradual y, en algunos casos, más cauto de lo habitual.
El PSOE tiene intención de “participar y ayudar” el 8M, pero en su vertiente más moderada. La secretaria de Igualdad socialista, Carmen Calvo, anunció el pasado 29 de enero que se sumarán a la huelga feminista convocada el día 8 de marzo por UGT y CCOO.
Es decir, el PSOE apoya los paros parciales, de dos horas, que han convocado las centrales sindicales mayoritarias bajo el lema “Trabajos y salarios dignos. Sin ellos no somos ciudadanas”. Esta movilización tiene un aire más clásico y se centra en los aspectos laborales de la reivindicación.
Pero la huelga del 8M también está convocada con carácter general. Lo ha hecho CGT. El sindicato ha anunciado una huelga “laboral, de consumo y de cuidados” para el 8M, Día Mundial de la Mujer Trabajadora.
Esta es la vertiente de la jornada que defiende y apoya Unidos Podemos. La secretaria de Feminismos Interseccional y LGTBI de Podemos, Sofía Castañón, explicaba esta misma semana que el grupo parlamentario que integran, y su partido, serán “apoyo y acompañamiento” de la Coordinadora 8M, la mesa estatal que está organizando la jornada.
“Para nosotros esta huelga es fundamental en sus cuatro ejes: cuidados (fundamental), consumo (transversal), laboral y estudiantil”, aseguraba Castañón en la presentación de los presupuestos alternativos de Unidos Podemos este mismo lunes.
“Si las mujeres paramos, se para el mundo”, señalaba Castañón. “Toda la cobertura que den los sindicatos es necesaria. Pero lo que más nos importa es la toma de conciencia de las todas mujeres en el poder que tenemos cuando nos ponemos de acuerdo y paramos”, insistía.
IU, por su parte, llama a “parar el país para denunciar así la situación de desigualdad y violencia estructurales que padecen las mujeres, la mitad de la población, como consecuencia de un modelo social, económico, político y cultural capitalista y patriarcal, que necesita explotarlas y oprimirlas para poder funcionar”.
Ambas convocatorias han sido anunciadas, pero no convocadas legalmente, ya que los sindicatos buscan la fórmula para encajarla en la legislación laboral española.
Este es el argumento del PP, que exhibe cautela a poco más de un mes de la fecha. Su responsable del área de Mujeres en la Ejecutiva Nacional, Yolanda Bel, asegura en conversación con eldiario.es que la jornada está “todavía en proceso de organización”. “Vamos a dar un margen. Queremos oír a todos”, dice.
Bel parte del respeto a las movilizaciones clásicas que finalmente se convoquen, pero apuesta por la labor de los gobiernos y parlamentos. “Las instituciones son insustituibles porque realizan una labor fundamental”, explica. Y señala que su apuesta es por facilitar “la conciliación, suprimir la brecha salarial y los techos de cristal”. Bel defiende mantenerse “firmes, todos, en el Pacto de Estado contra la violencia de género” y asegura que “se han superado obstáculos”, aunque pide hacer “autocrítica” para lograr la “igualdad real, que es distinta de la legal”.
En cuanto a la probable convocatoria para una huelga de consumo, Bel se muestra más cercana al rechazo: “Es una cuestión más personal e individual. Hay que saber y medir la repercusión que puede tener incluso en las propias mujeres empresarias o autónomos”.
Este llamamiento directo a una huelga de consumo es lo que provoca el rechazo más rotundo de Ciudadanos. Fuentes de la dirección aseguran a eldiario.es que esta convocatoria tiene “un componente ideológico y partidista”, informa Carmen Moraga. “La organización llama a parar de consumir, parar los mercados de nuestros barrios y pueblos. A parar la ciudad, lo que es una excusa para discursos antisistema excluyentes”. “No podemos secundar iniciativas partidistas que distinguen entre feminismos buenos y malos en función de su orientación ideológica”, insisten.
Este mismo sábado, en La Sexta Noche, Inés Arrimadas aseguraba que algunas reivindicaciones del movimiento 8M “van contra el sistema capitalista”. Desde Ciudadanos defienden su “trabajo en las instituciones”. “Es para lo que nos han votado los españoles”.