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El PP cede a la presión y dice sí a la tramitación de la ILP sobre los desahucios

(EFE)

Luz Sanchis

El PP ha cedido a la presión y ha decidido votar a favor de que se debata en el Congreso la Iniciativa Legislativa Popular contra los desahucios. Aunque durante todo la jornada, los conservadores han mantenido que vetarían con un “no amable” la iniciativa avalada por las firmas de 1.402.854 ciudadanos, al final han cambiado de opinión. La explicación formal es que han conseguido garantías de los servicios jurídicos de que la tramitación de la ILP no interferirá en la de la propuesta del Gobierno. El hecho es que el cambio de postura ha llegado pocas horas después de conocerse un nuevo suicidio, el de un matrimonio de Palma de Mallorca a punto de quedarse sin techo. Solo en los tres últimos días, los diputados habían recibido más de un millón de correos electrónicos. La presión era insostenible.

Los diputados del PP hicieron malabares durante todo el día. Primero para justificar su negativa y después, para explicar su marcha atrás acogiéndose a las cuestiones del reglamento de la Cámara. El anuncio de Alfonso Alonso se produjo fuera del hemiciclo, poco después de las seis de la tarde. Mientras, en la tribuna, la mayoría de los grupos afeaba al PP su actitud y pedía que reconsiderara la posición.

Que se tome en consideración la ILP impulsada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los sindicatos, y grupos políticos como IU-ICV y BNG, no significa más que eso, que se tomará en consideración y se discutirá. La mayoría absoluta del PP tumbará después la principal de las medidas exigidas: la dación en pago retroactiva. Mientras, la negociación de las propuesta del Gobierno sigue el trámite de enmiendas y aunque las posiciones siguen muy alejadas, el ministro Luis de Guindos ha hecho pequeñas concesiones. Entre ellas, hablar de la reducción de los intereses de demora, dar más poder a los jueces para condonar parte de la deuda o poner coto a los desmanes de las tasadoras de las entidades bancarias.

Desde la tribuna, el PP presumió de haber incorporado las demandas ciudadanas en su texto. Y hasta se permitió afirmar que entendían el enfado de los miembros de los colectivos antidesahucios “ante la inacción del gobierno socialista”. A los pocos minutos, todos los activistas de la PAH fueron expulsados de la tribuna por gritar “sí, se puede”, y uno de ellos detenido por, según la policía, insultar a los diputados. En la calle, cientos de personas que se habían congregado desde la mañana para ejercer presión, celebraban con el mismo grito que el PP hubiera dado marcha atrás.

El apoyo a esta reivindicación ciudadana por parte de los diputados ha sido desigual. Algunos grupos de izquierda llevan años presentando iniciativas parlamentarias para evitar los desahucios. Es el caso de IU-ICV-ERC, los partidos que forman el grupo Izquierda Plural, así como del BNG. Los socialistas han modulado su postura. Después de haber vetado durante años las propuestas de los grupos minoritarios, han acabado recogiendo gran parte de las exigencias de los colectivos antidesahucios. El PP se ha opuesto frontalmente más allá de congelar las expulsiones durante dos años con criterios muy restrictivos y proponer un parque de 6.000 viviendas para alquiler social.

Ada Colau, voz de la PAH, había advertido desde primera hora de la mañana que negarse a tramitar la ILP era “dar una patada” a los ciudadanos. Joan Tardà, de ERC, recordaba que el hecho de “que una acción sea legal no quita que sea criminal” y repetía así el adjetivo empleado por Colau y que tanto ofendió a algunos diputados. Joan Coscubiela, de ICV, acabó la tarde con una felicitación desde la tribuna. Dirigida a los activistas por estar convencidos de “que la única batalla que no se gana es la que no se da”. Salvado el obstáculo de traspasar las puertas del Congreso, la ILP seguirá su trámite. Con 333 votos a favor y una sola abstención, la de Juan Manuel Albendea (PP), el diputado encargado de defender poco antes que los toros sean declarados bien de interés cultural. Mientras, en la calle, los miembros de los colectivos antidesahucios seguirán con la presión y respaldando a los que pueden perder su casa.

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