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La unidad de PP, PSOE y Ciudadanos se quiebra ante el desafío del 1-O

Pedro Sánchez y Albert Rivera en una imagen de archivo.

Irene Castro / Rodrigo Ponce de León

PSOE y Ciudadanos se enzarzan por Catalunya. La distancia entre ambas formaciones ya se vislumbró hace una semana, pero la bronca se ha incrementado este martes tensionando al máximo el autodenominado bloque constitucionalista frente al desafío independentista del 1-O, justo lo que el Gobierno quería evitar. Además, el PSOE ha subido el tono contra el Gobierno para salir al paso de su cambio de posición ante la hipotética aplicación del artículo 155 de la Constitución para evitar el referéndum convocado el 1 de octubre.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, empezó el martes cargando duramente contra la propuesta del PSOE de crear una comisión de estudio del modelo territorial en el Congreso. Una iniciativa que salió adelante con el apoyo del resto de grupos, excepto ERC y Ciudadanos. Rivera justificó su posición en su negativa a “participar en un pasteleo” de PSOE y PP con “golpistas”, en referencia al PDeCAT. Sus palabras cayeron como un jarro de agua fría en la dirección de Sánchez.

El enfrentamiento a propósito de esa comisión –que el PP ha hecho suya y en la que Pedro Sánchez tiene puestas sus esperanzas para iniciar una salida al conflicto de Catalunya– ya se produjo la semana pasada, cuando Rivera se refirió a ella como un “show”. “Solo buscan llamar la atención. Sus intervenciones en sí mismas son un show”, respondió la portavoz socialista, Margarita Robles.

El desencuentro fue creciendo a lo largo del día durante las negociaciones por la Proposición No de Ley en defensa de la actuación del Gobierno de Mariano Rajoy ante el 1-O que Ciudadanos planteó para su votación en el Congreso. Desde un inicio los socialistas vieron en esa propuesta un intento por que se “retrataran” y un “debate estéril” que solo iba a llevar al Hemiciclo la escenificación de la división que existe ante el conflicto territorial.

Algo que, efectivamente, ocurrió. El PSOE presentó una enmienda para añadir el respaldo a los alcaldes catalanes que han plantado cara a las órdenes de la Generalitat, un llamamiento al retorno al orden constitucional de los separatistas y una apelación para “abrir un espacio de diálogo y a buscar una salida pactada y legal” al conflicto. Una referencia a la comisión de estudio planteada por Pedro Sánchez y rechazada por Ciudadanos.

Los socialistas querían la aceptación de esos tres puntos para apoyar la iniciativa. Pero el último chocaba con Ciudadanos. Fuentes del partido de Rivera explicaron a los periodistas que la mención a una “salida pactada” era una línea roja porque podía interpretarse como un diálogo con el presidente de Catalunya, Carles Puigdemont, a quien consideran un “golpista”. A cambio, plantearon que se modificara ese punto por la propuesta de reformar la Constitución para solucionar la crisis en Catalunya. La contraoferta no satisfizo a la dirección del PSOE, que se inclinó por votar en contra de la propuesta, con lo que quedaría rechazada en el Congreso.

“Ciudadanos no es quién para presentar esa iniciativa”, afirman airadas fuentes de la dirección, que señalan al PP como el grupo que, en su caso, debería haberla impulsado por ser el que sustenta al Gobierno. “El tema es tan serio como para que ni la presenten”, agregan. “Han demostrado ser parte del conflicto. Se han puesto a la altura de ERC, ahora que no busquen chivos expiatorios”, dicen sobre la “decepción” que ha mostrado Rivera ante el 'no' del PSOE.

Esa decisión, a su vez, ha generado un gran malestar en la bancada socialista. Numerosos diputados críticos con la dirección de Sánchez se han mostrado en contra de votar 'no' al entender que la imagen del Congreso rechazando esa iniciativa era más dañina que la abstención y así se lo han trasladado a la dirección de grupo parlamentario, que ha hecho oídos sordos y ha mantenido la “posición política” del rechazo. Al final, cuatro diputados han roto la disciplina de voto, aunque tres dicen que ha sido por “error”. Solo Soraya Rodríguez ha admitido que se ha abstenido a propósito ante su desacuerdo con la dirección. La diputada sostiene que no habían informado de que se barajaba votar en contra.

Llamada del PP a la “unidad” ante el 1-O

En plena bronca entre el PSOE y Ciudadanos, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Rafael Hernando, señaló que “el camino ante el desafío independentista pasa por mantener y fomentar la unidad del conjunto de las formaciones políticas que defendemos la Constitución y el Estado de derecho para mantener una posición común ante uno de los desafíos más importantes de la historia de la democracia”.

Ante el varapalo que supuso el rechazo en el Congreso a la actuación gubernamental frente al 1-O impulsada por Ciudadanos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha argumentado que “hasta la fecha el Gobierno está satisfecho con el nivel de interlocución que tenemos tanto con el PSOE como con Ciudadanos”.

Tanto el PP como el Gobierno han pasado por alto las declaraciones altisonantes del presidente de Ciudadanos o las criticas del PSOE bajo la premisa de que “lo importante es no romper la unidad del bloque constitucionalista. Ahora estamos para sumar”.

Rivera ha atacado duramente al PP, al que ha acusado de abandonar a los catalanes en manos de los nacionalistas a cambios de pactos en Madrid, además de recriminar la falta de apoyo a la moción de censura que presentó su partido contra el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Los conservadores evitan entrar en el cuerpo a cuerpo.

El PSOE mantiene una actitud distinta a la de Ciudadanos. Aunque el partido de Pedro Sánchez ha evitado las críticas en público a las decisiones tomadas por el Gobierno hay actuaciones, como la de llamar a declarar a los 700 alcaldes favorables al referéndum, que despierta suspicacias en el PSOE. Tras el rechazo a la iniciativa de Ciudadanos, la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, trasladó a los conservadores que el PSOE respalda la actuación del Gobierno.

Viraje del PSOE sobre el 155

Los socialistas, además, intentan desembarazarse de la presión ante el hipotético uso que el Gobierno puede hacer del artículo 155 de la Constitución para suspender la Autonomía de Catalunya y evitar el referéndum de dentro de dos semanas.

El PSOE se mostró reacio en un primer momento a poner en marcha una de las medidas más extremas que contempla la legislación española en la relación entre gobiernos. Sin embargo, los socialistas han rebajado su rechazo y pasan de considerar que es una medida “cruenta” a evitar posicionarse.

La portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles, señaló primero “que no procede acudir al 155”. Pero el portavoz de la dirección, Óscar Puente, se limitó a señalar con posterioridad que no podían hablar de hipótesis que no estaban planteadas.

Esta fue la posición defendida este martes por Robles, quien ha elevado el tono contra el Gobierno. En una rueda de prensa en el Congreso, la portavoz conminó al Ejecutivo de Rajoy a desvelar si tiene intención o no de recurrir al artículo 155 de la Constitución. “A fecha de hoy el Gobierno no ha puesto sobre la mesa las medidas concretas que tiene preparadas para responder al desafío en Catalunya. Si hay una postura de indefinición es la del Gobierno”, zanjaba Robles. Horas después, PP y Ciudadanos se quedaban solos en su defensa de la actuación del Ejecutivo ante la crisis catalana.

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