El PSOE llega al debate de las primarias con todos los candidatos profetizando el desastre si no ganan ellos
Empieza la cuenta atrás. Solo queda una semana para que los 187.360 militantes socialistas elijan al nuevo secretario general tras ocho meses de interinidad. La recta final comienza este lunes con el único debate en el que se enfrentarán Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, que despierta una gran expectación mediática e interna, sobre todo por tratarse del reencuentro entre los dos primeros.
La última vez que se vieron las caras fue en la misma sala en la que se desarrollará el duelo, la Ramón Rubial, situada en el sótano de la sede socialista de la calle Ferraz. En aquella ocasión, Sánchez salió por la puerta derrotado al presentar su dimisión tras perder una votación que ganó Díaz. Ahora se enfrentan en un clima igual de dividido y en unas primarias muy reñidas en las que los tres candidatos están convencidos de que el PSOE se lo juega todo.
Díaz, Sánchez y López tienen perspectivas distintas de qué pasará con el PSOE tras las primarias del 21 de mayo. Para los partidarios de la presidenta andaluza, una victoria de Sánchez será “el fin del partido”. Consideran que el exsecretario general sumirá a la organización en un “caos”. Además, los 'susanistas' explotan el argumento de que el PSOE se juega su “ser o no ser”.
Acusan a Sánchez de querer “convertir al PSOE en una cosa que no es”, en alusión a Podemos. Por eso Díaz quiere en estos últimos días de campaña demostrar los “vaivenes” de su rival: los 'susanistas' se esfuerzan por plantar cara al relato de Sánchez sobre su salida de Ferraz y demostrar que ha tenido giros ideológicos significativos en los tres años que han pasado desde las anteriores primarias, como ha sucedido con su propuesta para Cataluña o con la relación que el PSOE debe tener con Podemos.
Temor al día después en el 'susanismo'
Para los de Díaz, Sánchez ha conseguido congregar “a los rebotados de todos los sitios”. Lo que se verá entonces en las urnas el domingo es, si los “rebotados”, son mayoría en el PSOE. En ese caso, los líderes territoriales temen que Sánchez ponga patas arriba el partido y les plante cara en los congresos regionales con candidatos alternativos, pese a que están gobernando sus comunidades autónomas.
En Asturias y la Comunidad Valenciana es donde han sonado las alarmas después que el exsecretario general se impusiera en la recogida de avales. La lectura es que Javier Fernández y Ximo Puig han perdido. No obstante, en el 'susanismo' algunos son menos pesimistas y creen que esa situación no se producirá, porque no todos los que están con Sánchez estarían contra sus barones.
Sánchez no lo descarta. En una entrevista en eldiario.es, uno de sus portavoces, el navarro Santos Cerdán, lo dejó claro: “Razonable claro que es (...). Si los presidentes autonómicos lo han hecho bien, no tendrán otra lista que se enfrente a ellos. Si tienen, es que igual la militancia no está con ellos”.
Sánchez, contra el discurso del PSOE ganador
El eje del discurso de Sánchez, además de basarse en el ataque a la parte del PSOE que apostó por la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, se sustenta en su apuesta por dar una mayor capacidad de decisión a los militantes frente a las estructuras orgánicas y territoriales. Los 'susanistas' también tratan de desmontar ese argumento: le recuerdan la destitución de Tomás Gómez y los cambios que impuso Ferraz en las listas electorales.
Para Sánchez, el PSOE tiene un futuro más alentador con él al frente. Sostiene que si Díaz es la líder, los socialistas están condenados a ser tercera fuerza. Basa su defensa en las encuestas que están publicando los medios de comunicación –la última en El Mundo, que sitúa al PSOE en un 28,2% del voto si Sánchez está al frente mientras que sería del 24,7% con Díaz–. La presidenta andaluza considera que el PSOE subirá cuando vuelva a ser “reconocible” y defiende que así lo está demostrando el CIS.
Pero si Sánchez y Díaz creen que el PSOE fracasará si gana el otro, Patxi López va más allá y lamenta que lo hará si vence cualquiera de los dos. El exlehendakari lleva meses advirtiendo de que la victoria de sus oponentes no paliará la división. El diputado vasco alerta de que ese clima interno puede llevar al PSOE a su práctica desaparición, como en Francia.
Patxi López, la llave de la integración
López ha quedado en tierra de nadie con nulas probabilidades de salir vencedor de las primarias. La jugada de precipitar su candidatura para cortar el paso a Sánchez no salió bien –algunos creen incluso que dio más alas al exsecretario general–. Pese a las presiones para que retire su candidatura, López ha asegurado que seguirá adelante hasta el final. Así lo ha dicho desde el principio.
Aunque quede en una tercera posición muy alejado de sus rivales, López puede jugar un papel determinante en la integración posterior a las primarias, cuando el ganador tenga que hacer una propuesta de dirección federal y composición del Comité Federal. Ambos órganos han demostrado su importancia: Sánchez pudo perder su liderazgo con la dimisión de más de la mitad de la Ejecutiva y el Comité Federal le torció el brazo tras ganarle una votación por 132 frente a 107.
Esa propuesta tendrá que ser ratificada por los delegados del 39º Congreso Federal del PSOE los días 17 y 18 de junio que son elegidos por las federaciones. Tanto Díaz como Sánchez han prometido integrar a sus rivales, pero con un pronóstico absolutamente partido de los resultados pueden necesitar a los partidarios de López en ese cónclave para sacar adelante la votación.
La recogida de la aceituna
La parte final de la larga batalla por el liderazgo tuvo un giro en los acontecimientos: la cercanía de Sánchez a Díaz en la recogida de avales. Ese resultado ha alertado a los 'susanistas', que hace un par de meses empezaron a ver que una victoria no iba a ser tan sencilla como esperaban en un comienzo y ahora ven que tienen posibilidades reales de perder.
“A Susana antes no le valía cualquier resultado y ahora le basta ganar por un voto”, expresa un diputado que la apoya. A pesar de que Díaz sostiene que parte como favorita porque tiene una ventaja de 6.500 votos de acuerdo a las firmas, las maquinarias se han reforzado tanto para hacer frente al discurso de Sánchez –que tiene un discurso al que admiten no han hecho frente en varios meses– como en la petición de voto. “Esto es como la recogida de la aceituna. Algunos votos están muy claros pero quedan unos días de mover el olivo a ver si caen más”, expresaba ese mismo diputado.
Díaz cree que aumentará aún más su ventaja en Andalucía y que le proporcionará un colchón que Sánchez no podrá superar por mucho que venza en otras federaciones con margen. La presidenta considera que una alta participación, cercana al 80%, le beneficia. Los 'susanistas' consideran que la demostración de fuerza de Sánchez puede movilizar a muchos de los que no pretendían votar porque Díaz no les convencía ante el temor de que el exsecretario general vuelva.
Sin embargo, en el 'sanchismo' creen lo contrario, que una alta participación –ha sido cercana al 70% solo en la recogida de avales– juega a su favor porque demostrará que muchos de los que normalmente se quedan en casa irán a las agrupaciones a introducir la papeleta con su nombre. Sánchez cree que ha recuperado a una parte del socialismo que estaba dormido.