El PSOE busca un pacto de legislatura con Ciudadanos sin bloquear la opción de un acuerdo con Podemos
El PSOE trabaja para conseguir el apoyo de casi todos y la posibilidad de que Pedro Sánchez supere con éxito el examen de legislatura a la primera, con 208 votos a favor. En ese camino contrarreloj los socialistas han conseguido dos cosas: que Podemos se siente a la mesa y que nadie le ponga impedimentos a buscar el entendimiento con Albert Rivera. Si no cristaliza ese amplio acuerdo, el plan B de Ferraz pasa por que la presión sobre Podemos impida a Pablo Iglesias ponerse al lado de Rajoy para votar no a un presidente del PSOE.
Los socialistas persiguen el voto favorable de Ciudadanos, Podemos, Compromís, PNV, IU-UP y Coalición Canaria. Con algunas de estas formaciones “las negociaciones están muy avanzadas”, según relatan a eldiario.es fuentes del grupo parlamentario socialista. Con Podemos, sin embargo, las negociaciones acaban de empezar, no sin reproches, como los que el propio Antonio Hernando deslizaba este lunes al hablar de “quince días perdidos”, en referencia a la negativa de Pablo Iglesias a sentarse en la mesa de negociación.
El carrusel de negociaciones ha variado el mapa de tal manera que hasta Íñigo Errejón afirmó en rueda de prensa: “Nos encantaría contar con la abstención de Ciudadanos o con su voto a favor”. La frase del portavoz de Podemos contrasta con la postura que hace tan solo unos días bloqueaba la posibilidad de diálogo entre la segunda y tercera fuerza en escaños tras el 20D.
La negociación con Ciudadanos es prioritaria para Pedro Sánchez, que busca un acuerdo de legislatura que no implique la entrada en el Gobierno de ningún miembro de la formación naranja. El entendimiento, según fuentes socialistas, “está muy avanzado pero todavía no es un hecho”. Los equipos negociadores de PSOE Y Ciudadanos han continuado sus encuentros hasta la medianoche de este lunes; Juan Carlos Girauta se reunió con José Enrique Serrano tras el encuentro que el propio Pedro Sánchez mantenía con Rivera unas horas antes.
A partir de este punto, los socialistas deberán abordar la complicada cuestión de la compatibilidad. El negociador Antonio Hernando planea poner sobre la mesa acuerdos a varias bandas que puedan ser asumidos por todos. La agenda de temas que el PSOE ha puesto sobre la mesa es la misma para todas las formaciones y el trabajo de los enviados de Sánchez se está centrando en la búsqueda de mínimos comunes para que todos puedan acercarse al entendimiento.
Los socialistas han desterrado ya la idea de un Gobierno monocolor y están dispuestos a ceder puestos en el Consejo de ministros a las formaciones con las que lleguen a entendimientos. Sin embargo, Sánchez no quiere tratar la cuestión de los ministros hasta que tenga garantizada su llegada a La Moncloa. Ciudadanos no ha pedido entrar en el Gobierno. Podemos sí lo ha hecho y el PSOE se muestra abierto a esa participación pero sin ceder a la pretensión de Pablo Iglesias de convertirse en vicepresidente.
La reunión a cuatro ha acelerado los acontecimientos, abriendo la puerta a la primera bilateral entre PSOE y Podemos. Han sido los socialistas los que han impuesto la celebración de ese encuentro a dos, frente a la idea inicial de Podemos e IU de seguir negociando entre todos.
Ferraz descarta rotundamente la posibilidad de un acuerdo a cuatro apoyado en los independentistas catalanes. Es por eso que los socialistas han optado por Ciudadanos para no depender ni de Esquerra ni de DiL. Si el PSOE no logra el apoyo de 208 votos, su plan B se basa en la presión sobre Podemos para que se abstenga. En el PSOE se muestran convencidos de que si Compromís e IU apoyan la investidura de Sánchez, Podemos tendría muy difícil explicar que su voto sea el mismo que el del Partido Popular de Mariano Rajoy.