El PSOE prescinde del gerente antes de que lo haga Pedro Sánchez
Los movimientos en Ferraz ya han comenzado tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias. Al desembarco de su equipo en las plantas nobles de la sede socialista se suman las bajas de la gestora, que se producirán en los próximos días. La dirección provisional pondrá fin a los contratos del “personal de confianza” que se incorporó al inicio del mandato. Además, Mario Jiménez ha acordado con el gerente, Gregorio Martínez, su despido antes de que el secretario general lo ejecutara.
Tras el triunfo de Sánchez, el portavoz de la gestora y el gerente decidieron “de mutuo acuerdo” poner fin al contrato del responsable de las cuentas del PSOE, según han confirmado ambos a esta redacción. En un escrito al que ha tenido acceso eldiario.es, Jiménez le notifica la decisión de “desistir el contrato” a partir del 15 de junio, es decir, un día antes de que comience el 39º Congreso Federal en el que los socialistas aprobarán su proyecto para los próximos cuatro años y elegirán los nuevos órganos de dirección.
En la noche de las primarias, Martínez habló con el equipo de Sánchez y les comunicó que ponía el cargo a su disposición, como hizo con la gestora en octubre. En ese caso, la dirección interina decidió mantenerle en el puesto que ocupa desde 2014, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba le otorgó esa delicada tarea dada la confianza que tenía en él –Martínez trabajó a sus órdenes en el Ministerio del Interior–. En su primer mandato, Sánchez le ratificó como gerente.
En ese momento, la intención de Martínez era seguir al frente de las cuentas del PSOE hasta que pasara el congreso e incluso hasta finales de junio para cerrar la contabilidad, tal y como declaró a eldiario.es. Sánchez no pretendía contar con él en su nueva etapa al frente del partido y en su equipo entendieron sus palabras como una dimisión. Al día siguiente, el gerente y el portavoz de la gestora decidieron poner fin al contrato con fecha 15 de junio.
La condiciones del desistimiento de ese contrato implican un pago de cinco meses en concepto de preaviso ya que no se le ha comunicado el fin de la relación laboral con ese tiempo que estipula su contrato así como con la indemnización correspondiente a un despido improcedente. Según explica Martínez, esas fueron las condiciones que pactó con Óscar López cuando pasó de ser un trabajador raso de la casa a tener responsabilidades de alta dirección.
Fuentes del equipo de Sánchez sostienen que el gerente les dijo que seguiría hasta que pasara el congreso y que cesaría entonces. “Las condiciones habrían sido otras”, asegura un dirigente próximo al secretario general sobre su despido una vez que Sánchez esté formalmente al mando. Fuentes socialistas señalan que podría habérsele dado el preaviso ahora y que se mantuviera esos cinco meses en Ferraz gestionando el traspaso de poderes. También agregan que debe ser la gestora en su conjunto –como dirección– la que tome esa decisión, que consideran que no puede recaer solo en el responsable de organización. La gestora no se ha reunido desde hace semanas. En conversación con esta redacción, Jiménez asegura que mantendrán un encuentro para “ratificarla”.
“Con Goyo he pactado las condiciones de despido de acuerdo a lo que estipula su contrato”, afirma Mario Jiménez. Tanto el portavoz de la gestora como el gerente vinculan el anticipo del desestimiento del contrato a la propuesta anunciada por los tres candidatos a la secretaría general de que ese puesto sea elegido por los delegados en el congreso. Hasta ahora esa decisión corresponde a la ejecutiva federal, según los estatutos que tendrán que modificarse en junio para incluir propuestas como el cambio en el sistema de elección del gerente. Por tanto, argumentan que no tiene sentido que haya dos gerentes el 18 de junio.
El portavoz de la gestora arguye que la decisión persigue dejar “las manos libres” al secretario general para designar a su equipo. También el gerente señala que no le parece oportuno que la primera decisión que tenga que tomar la nueva dirección sea echarle. No obstante, este movimiento no se produjo cuando Rubalcaba dio un paso atrás y se celebraron las primarias en las que Sánchez fue elegido secretario general por primera vez. De hecho, entonces se mantuvo como responsable de las cuentas.
En esta ocasión, el secretario general electo no pretendía mantener a Martínez en su puesto. El gerente ha tenido un papel muy relevante en la fiscalización del crowdfunding de la campaña de Sánchez. La gestora se opuso a ese sistema de financiación y el gerente llegó a hacer un requerimiento al Tribunal de Cuentas para que se pronunciara sobre su legalidad. En el equipo de Sánchez consideraron entonces que la resolución contraria del órgano fiscalizador había sido inducida.
Sánchez tiene que nombrar ahora a un nuevo responsable de la contabilidad del partido que ya lidera para que sea ratificado por la dirección o en el congreso, si la propuesta de que sea este órgano el que designe ese cargo sale adelante. Será ese nuevo encargado de las finanzas del PSOE el que asuma el control de las cuentas de los tres aspirantes a la secretaría general, que finalmente se canalizaron a través de cuentas bancarias de titularidad compartida entre el partido y los responsables de las candidaturas.