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Pablo Iglesias pone a Pedro Sánchez ante su primera decisión política con la moción de censura a Rajoy

Pablo Iglesias, de esmoquin, y Sánchez sin corbata, en los Goya de 2016.

Aitor Riveiro

El flamante secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tiene que tomar su primera decisión política de calado en los próximos días. Al día siguiente de derrotar a Susana Díaz en unas primarias, Unidos Podemos le ofrecía liderar la moción de censura que el grupo confederal ha promovido contra Mariano Rajoy. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, descartaba “poner plazos”. Pero el calendario está en marcha y Sánchez tendrá que pronunciarse sobre desalojar al PP del Palacio de la Moncloa antes de que el Congreso de su partido le ratifique en el cargo.

Ambos dirigentes hablaron el lunes por teléfono. En la conversación, según el comunicado que pactaron sus equipos, coincidieron en la “insostenible situación del PP, cercado por la corrupción, en el Gobierno”. Pero constataron “las estrategias diferentes de cada organización sobre cómo hacer oposición al PP”. Y la moción de censura es, hoy por hoy, la principal iniciativa de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy.

Desde Podemos no han querido desvelar si Sánchez le dio una respuesta definitiva a Iglesias. “Es algo que hay que preguntar al PSOE”, apuntan desde el equipo del líder de Podemos. Los socialistas tampoco han revelado la decisión de su secretario general, si es que la ha tomado ya. Fuentes del equipo de Sánchez se remiten a lo que ya ha dicho el secretario general durante la campaña de las primarias, informa Irene Castro.

En una entrevista en eldiario.es, Sánchez abrió la puerta a presentar su propia moción de censura, aunque resaltó el carácter “constructivo” de esa iniciativa parlamentaria. “Necesitamos los apoyos para poder prosperar. Hoy por hoy, por la respuesta que ha tenido la iniciativa de Podemos, no parece contar con los apoyos necesarios para salir adelante”, señalaba.

La secuela de las negociaciones de 2016

Sánchez dejaba otra frase en la entrevista que abundaba en el relato que ha construido desde las elecciones de diciembre de 2015: “Hace un año hubo una investidura fallida donde se vio que las fuerzas del cambio (PSOE, Podemos y Ciudadanos) no coincidieron y se vio, además, que las izquierdas no se entendieron, con el voto en contra de Pablo Iglesias en mi investidura”.

Las negociaciones que se abrieron entre aquel 20D y abril de 2016 terminaron en un desacuerdo cuya causa Sánchez ha situado a veces en Podemos y otras en su propio partido y en la inmovilidad de la vieja guardia, que le impidieron cerrar un acuerdo. En octubre del año pasado, tras su dimisión como secretario general, acusó a los poderes financieros y al grupo Prisa.

Iglesias rechaza que su intención sea pasar la presión a Sánchez. En unas declaraciones ante los medios tras reunirse con el president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, se mostraba dispuesto a esperar. “Entiendo que tiene que pensar, acaba de ser elegido”, apuntaba. Añadía: “No vamos a poner plazos. Ellos la pueden presentar [la moción] en cualquier momento”. Y zanjaba: “No quiero establecer ningún tipo de presión sobre nadie”.

Pero las declaraciones de Iglesias encerraban también un apremio a Sánchez. “Es urgentísimo sacar al PP de las instituciones. Es imperioso presentar la moción”. Y lanzaba dos mensajes directos a la campaña que ha aupado al líder socialista. “Yo espero que el nuevo PSOE comprenda que es hora de sacar al PP de las instituciones”, aseguraba. Y volvía a zanjar: “Las bases han mandado un mensaje claro”.

La iniciativa del grupo confederal sigue su trámite en el Congreso y se resolverá en pocas semanas, pese a las dilaciones de la presidenta Ana Pastor.

Iglesias es consciente de que buena parte del desgaste electoral sufrido entre las elecciones de 2015 y la repetición de junio de 2016 se debió a la gestión de las negociaciones con el PSOE y al no del grupo parlamentario que lideraba en la investidura de Sánchez.

Con la propuesta que este lunes lanzaba el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, en nombre propio y de Unidos Podemos, el grupo confederal vislumbra la opción de escribir el segundo capítulo del relato de marzo de 2016.

Si Pedro Sánchez acepta la propuesta y promueve una moción de censura tendrían el acceso a La Moncloa al alcance de la mano y sin las ataduras que el secretario general del PSOE tenía hace un año. Si dice que no, serán ahora los socialistas quienes pueden heredar el sambenito de no haber votado a favor de un candidato alternativo, ya que la moción de censura de Unidos Podemos seguirá su curso.

El o la portavoz que, en ese caso, defienda en la tribuna del Congreso el no tendrá que justificar mantener a Mariano Rajoy al frente del Gobierno. Y ya no será la abstención de la gestora, sino la decisión de Pedro Sánchez.

En la concentración del sábado en la Puerta del Sol de Madrid, Iglesias dejaba un mensaje dirigido más a quienes perdieron su confianza en él en aquella difícil primavera de 2016 y a quienes nunca la han tenido todavía: “Quizá hagamos algunas veces las cosas mal, quizá yo me equivoque, pero no traicionamos a nuestra gente, no mentimos, decimos la verdad”. “Sabemos que el PP es poderoso, intimida al PSOE y a Ciudadanos. A nosotros no nos compra el PP, nos podremos equivocar muchas veces pero no tenemos precio”, zanjó.

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