Pablo Iglesias promete una España “que escuche” a las nacionalidades arropado por Colau, Oltra y Beiras
Podemos ha querido terminar el Día de la Constitución con una demostración de una de sus banderas en esta campaña electoral, su condición de nexo de unión en una España “plurinacional”. El partido de Pablo Iglesias ha presentado las líneas generales de la profunda reforma constitucional que propone para la próxima legislatura con un acto simultáneo desde distintos puntos de España: Cataluña, País Valencià, Galicia, Canarias y Madrid. En ella han participado, además, tres iconos de tres nacionalidades históricas: Ada Colau, Mónica Oltra y Xosé Manuel Beiras. El cierre, desde el teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid, ha corrido a cargo del candidato, que ha pedido el voto para ser “el presidente del Gobierno de una España que escuche”.
Pablo Iglesias ha subido al escenario luciendo la clásica corbata roja que solía llevar en las emisiones de La Tuerka. Una prenda que no llevaba esta mañana en la recepción oficial en el Congreso con motivos de los actos del 6 de diciembre. “En el Congreso sin corbata, pero con vosotros sí. Todo el respeto de la corbata, compañeros y compañeras”, ha señalado antes de arrancar su discurso.
El líder de Podemos ha cerrado un largo acto en el que el partido y sus socios territoriales de cara a las elecciones generales han desgranado los principales ejes de la profunda reforma constitucional que aspiran a poner en marcha tras el 20D. “Quiero ser el presidente de una España que escuche” a los diferentes territorios y nacionalidades, ha señalado. “El presidente de la fraternidad”, ha proseguido. Iglesias ha recordado que el PSOE llevaba en su programa de 1977 el derecho de autodeterminación. Y se ha dirigido al actual líder del partido, Pedro Sánchez: “No es de la URSS”
Iglesias ha asegurado que en aquella época, en plena Transición, se selló un pacto en virtud del cual “el hijo de un obrero, si se esforzaba, iría a la universidad y habría sanidad de calidad y gratuita”. “Ese gran acuerdo sobre el que se construye este país lo convirtieron en papel mojado las élites políticas y económicas al poner de rodillas la soberanía de este país”, ha acusado entre los vítores de las cerca de 800 personas que han visto en directo el acto.
El secretario general de Podemos ha explicado que el 15M puso los cimientos para reconstruir ese pacto y hacer “un nuevo país”. “Entonces se encontraron en las plazas gentes que provenían de sitios distintos pero que tenían claro que la justicia social y la democracia tenían que ser los nuevos mimbres sobre los que pilotaran un nuevo país. Estamos orgullosos de que el 15M sea la puerta que abre paso a una nueva transición”.
Esa nueva transición, que situará “frente al búnker, la fraternidad y frente al márketing, las garantías constitucionales”, se logrará pese a las encuestas, que predicen que Podemos se situará en la cuarta posición el 20D. “Remontada, remontada, remontada. En la calle, en las plazas y en los bares. Con vosotras, con vosotros, con los pueblos de este país. Hay que llevar el cambio a las instituciones de este país”, ha concluido Iglesias.
Diversidad, derechos sociales y lucha contra la corrupción
En sus intervenciones por videoconferencia, Beiras, Colau y Oltra (que no son candidatos en estas elecciones), han apelado a llevar a las instituciones estatales el espíritu de cambio de las municipales de mayo. El veterano político gallego, el primero de los tres en intervenir, ha asegurado que “es indispensable ajustar el edificio institucional a la realidad sociocultural” y ha apelado al derecho a “elegir pacífica y democráticamente”. “Lo confederal o federal no es separatismo. Los separadores son quienes nos niegan nuestra realidad”, ha zanjado.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha acusado por su parte a las “élites económicas y políticas” de haber “degradado la constitución”. “La han utilizado como arma arrojadiza para impedir debates democráticos. Colau ha recordado que ella hasta hace poco era un activista social en favor del derecho de la vivienda, que la Constitución recoge en el artículo 47. ”Hemos tenido que escuchar a los ilustres decir que no habíamos entendido nada porque hay derechos de primera y de segunda y que no había dinero. Esa Constitución, si es así, no nos sirve y no la queremos“, ha espetado.
Colau, que ha reconocido que gobernar “no es tan fácil”, ha pedido “que el espíritu de cambio del 24M entre en el Congreso el 20 de diciembre para garantizar los derechos más básicos”.
La vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mònica Oltra, ha explicado que “la corrupción es el estornudo mientras el virus es una democracia enferma”. Oltra ha exigido “codecidir y no solo elegir” sobre la base de una propuesta previamente pactada por las élites.
Oltra también ha apelado al espíritu de las elecciones de mayo: “El cambio empezó el 24 de mayo, pero ese voto tenía dos partes. El segundo es el 20D y nos permitirá construir gobiernos de cambio. No habrá paz para los malvados. No habrá paz para los corruptos”, ha concluido.
El acto ha estado conducido por la actriz Rosana Pastor (número cuatro de la lista por Valencia en la confluencia con Compromís). Pastor ha destacada la presencia femenina en el acto. “Este es también nuestro momento”, ha señalado. Y ha pedido un pacto de Estado contra la violencia de género: “Ni una muerta más”. La mención no es gratuita en un acto de un partido que ha recibido no pocas críticas por ser demasiado masculino y que ha visto como las encuestas les relegan entre las mujeres que podrían ser sus potenciales votantes.
La primera de las participaciones a distancia ha sido la de la jueza Victoria Rosell, número uno de la lista por Las Palmas. Rosell ha querido “reconocer los servicios prestados” a la Constitución de 1978. “Pero a ella también le ha llegado el momento del cambio porque no tiene mecanismos para garantizar los derechos y las libertades”, ha asegurado.
Rosell ha señalado que “la Justicia tenía que haber defendido a las personas” y se ha preguntado “qué es una democracia sin derechos fundamentales”. “Lo llaman democracia y no lo es porque no garantiza los derechos fundamentales”, ha concluido.