Pedro Sánchez medita entregar su acta de diputado si el PSOE le fuerza a abstenerse ante Rajoy
“Pedro Sánchez no es un diputado cualquiera”, reconocen diversas fuentes socialistas. Eso hace que los ojos de la bancada socialista se fijen en su escaño, que quedó vacío en el último pleno, celebrado tres días después de su dimisión. El exsecretario general ha evitado la polémica, con un viaje a Los Angeles de por medio, y ha retrasado su vuelta al Congreso.
Sánchez mantiene la incógnita sobre si asistirá este martes a la sesión plenaria y el foco sobre él tiene que ver con la investidura: ¿qué hará si los socialistas deciden abstenerse?
El exlíder del PSOE está meditando qué hacer, según fuentes de su entorno que han mantenido contactos telefónicos con él en los últimos días. “Aún no tiene la decisión tomada”, aseguran esas fuentes. Algunos de los que han sido hasta ahora sus colaboradores consideran que Sánchez no puede abstenerse porque sería incomprensible tras la beligerancia con la que ha defendido el “no es no”. “Si algo me enseñaron mis padres es que lo único que tengo y lo único que debo preservar es mi palabra y son mis convicciones”, expresó el entonces secretario general en su última rueda de prensa en Ferraz.
Dirigentes socialistas afines a Sánchez consideran que no puede virar ahora a la abstención porque perdería credibilidad ante los militantes. Aunque aplazan el baile de nombres de los aspirantes a liderar el PSOE, opinan que puede tener una oportunidad si los socialistas deciden abstenerse en el Comité Federal con una ajustada votación.
Pero también sostienen que su posición como máximo responsable del PSOE le impide saltarse la resolución que salga de ese órgano, que es el máximo de dirección de los socialistas. “Él no puede desacreditar lo que decida el Comité Federal”, argumentan esas fuentes, que consideran “poco seria” la opción de que Sánchez no acuda al Congreso o “se vaya al baño” en la sesión de investidura. Ven en la renuncia su única opción viable.
El portavoz de la gestora, Mario Jiménez, próximo a Susana Díaz, advirtió de que todos los diputados socialistas tendrán que acatar en pleno la decisión que tome el Comité Federal, cuya fecha se fijará en una reunión de la gestora convocada para el martes, aunque todo apunta a que será el domingo 23 de octubre.
“Si el Comité Federal opta por la abstención, todos los diputados la acatarán, incluido Sánchez”, expresó Jiménez. El aviso es extrapolable al PSC. Javier Fernández llegó a decir que los socialistas podrían replantearse la relación con el partido catalán si mantiene el no a Rajoy en caso de que el PSOE se decante por la abstención.
No obstante, algunos diputados afines a Sánchez han amenazado con votar en contra de Rajoy, diga lo que diga el Comité Federal. La aragonesa Susana Sumelzo lo ha dejado claro, al igual que la orensana Rocío Frutos. La ruptura de la disciplina de voto puede acarrear la expulsión del grupo socialista, según recogen los estatutos en su artículo 78. Margarita Robles, el fichaje de Sánchez como número dos por Madrid, no descarta dejar su acta como diputada si se produce el viraje.
La búsqueda de la fórmula “menos traumática”
Ante la posibilidad de que el grupo parlamentario se rompa, los dirigentes que ahora dirigen el PSOE buscan la fórmula para evitar escenificar la ruptura y permitir de la forma “menos traumática” que Rajoy gobierne. A pesar de que Susana Díaz y Javier Fernández quieren una votación en bloque, una opción que está sobre la mesa es la abstención de solo 11 parlamentarios, que pueden pronunciarla en la votación –que es por llamamiento y en voz alta– o ejecutarla sin estar presentes en el hemiciclo.
Esas “abstenciones técnicas” permitirían el voto en contra de Rajoy de la mayoría del grupo. Esa maniobra disgusta a distintos sectores del socialismo y tiene la complejidad añadida de decidir quiénes serían los once elegidos, ya que quedarían marcados, según reconocen fuentes socialistas.
Los socialistas encaran ahora la semana decisiva completamente divididos. La gestora ha encontrado más obstáculos de las que esperaba: “Con las reticencias internas y ahora Correa cantando la traviata, su plan de la abstención se ha complicado”, expresa un exdirigente.
El enfrentamiento en el Comité Federal se da por supuesto en las filas socialistas entre quienes creen que dejar que gobierne Rajoy en minoría es un mal menor respecto a unas nuevas elecciones en las que puede lograr más escaños y quienes temen que la abstención se convierta “en el nuevo 135”, como insinuó Patxi López en una entrevista en El Correo: “A la gente no se le han olvidado algunas de las decisiones que adoptamos al final del mandato de Zapatero. Me da miedo que ahora adoptemos alguna decisión que la gente no olvide: permitir un gobierno del PP, y que eso nos haga seguir perdiendo votos a chorros”, expresó el exlehendakari.
La decisión se ha aplazado lo máximo posible, pero los socialistas la tendrán que tomar este domingo como muy tarde porque la última ronda de consultas del rey comienza el lunes 24 y el margen para convocar el pleno de investidura termina el 27.