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Pedro Sánchez dejará poco espacio a sus críticos en la nueva dirección del PSOE

Pedro Sánchez tras ganar las primarias.

Irene Castro

Pedro Sánchez tiene perfilada la dirección que quiere que le acompañe al frente del PSOE los próximos años –en principio cuatro, que son los que fijan como mandato los estatutos–. La nueva Ejecutiva del partido será paritaria e intergeneracional, pero no dejará mucho margen a los que han sido sus rivales internos. El líder socialista quiere que esté conformada por su núcleo duro.

El secretario general va a contar para la dirección con las principales caras que han estado a su lado en los últimos tiempos. José Luis Ábalos, Adriana Lastra, José Félix Tezanos, Manuel Escudero, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis son nombres que se dan por hecho estarán en la nueva dirección. “Todos los que estáis diciendo estarán”, reconoce un dirigente de la máxima confianza de Sánchez sobre los nombres que se están publicando. Los fieles y socialistas de renombre es con lo que pretende contar el recién revalidado líder socialista.

Lo que no tiene tan claro Sánchez es el nivel de integración que tendrá la nueva dirección. No tendrá problemas para sacarla adelante porque se ha garantizado mayoría en la elección de los delegados del congreso y la mayoría de barones le han trasladado que votarán a favor de los órganos federales. “Haga lo que haga”, admite uno de ellos a esta redacción. “Sánchez va a tener todo nuestro apoyo”, ha dicho el número dos del PSOE andaluz, Juan Cornejo, que ha insistido en que la federación más potente “apoyará y respetará” el equipo que configure el vencedor de las primarias. Sánchez se ve con las manos libres para conformar su nuevo equipo.

El secretario general tiene claro que no pretende hacer inclusiones de acuerdo a las tradicionales cuotas territoriales ni por los apoyos a otros candidatos. “Se va a contar con la gente más por perfiles que por adscripción”, aseguran desde el entorno de Sánchez. El líder socialista quiere evitar el “cuestionamiento” permanente que, a su juicio, sufrió en su anterior mandato –cuando tuvo que pactar la ejecutiva con todos los barones que le habían apoyado–. No obstante, pretende blindarse y evitar que suceda lo mismo que a finales de septiembre, cuando dimitieron 17 miembros de la ejecutiva buscando su salida. Sánchez ha presentado una enmienda al proyecto del PSOE con la que sostiene que las dimisiones no supondrán el cese del resto de componentes de la dirección.

Durante la campaña de las primarias, Sánchez prometió que dejaría espacio a sus rivales: “Tendré vocación de integrar a Patxi López y Susana Díaz en mi Ejecutiva”. Con el vasco ha cumplido. En una reunión la semana pasada le ofreció un puesto relevante en la dirección, según avanzó la Cadena Ser. El exlehendakari se lo está pensando. Sobre la incorporación a la Ejecutiva de otros dirigentes que estuvieran con el vasco, en el entorno de Sánchez lo ponen en duda porque, según explican, hay pocos perfiles a su alrededor.

La presidenta andaluza no formará parte de la dirección. Sánchez ha decidido además dejar fuera a los barones regionales y planea limitar la acumulación de cargos y que un dirigente solo pueda tener un puesto orgánico (que podrá ser compatibilizado con uno institucional).

“Igual hay alguien de Susana”, dicen desde el entorno del secretario general, pero admiten que aún está configurando el tablero. La inclusión de esos perfiles pasa a un segundo plano. No se ha producido ninguna llamada en esa dirección, según confirman fuentes oficiales de Ferraz. “No se les ha llamado todavía y a lo mejor ni siquiera se ha pensado aún, pero habrá”, expresa un miembro del núcleo duro del líder socialista.

En el 'susanismo' restan importancia a la falta de presencia en la dirección federal. “No tiene por qué integrar. Si fuera yo él, haría una de los que han estado con él para sentirse cómodo. Los puestos de más responsabilidad tienen que ser los de su máxima confianza”, expresa uno de los presidentes autonómicos que apoyó a Díaz. Otros 'susanistas' reconocen que tampoco hay voluntad por su parte en entrar en la dirección y que el interés por la integración estará en el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos.

“Pedro está explorando y hablando con mucha gente –explica una diputada próxima a Sánchez–. Él sabe quién quiere que esté pero ahora tiene que encajar las piezas del puzzle”. Así, el secretario general sabe que sus pesos pesados serán Ábalos y Lastra, pero aún está por definir la posición para cada uno. Inicialmente se veía al secretario de organización y a la asturiana como portavoz parlamentaria, pero varios dirigentes consultados por eldiario.es admiten que puede la composición puede variar.

Una de las razones que pueden alterar los planes puede ser la búsqueda de la paridad en las posiciones más relevantes. “Si el secretario general y el de organización son hombres, lo normal es que la presidencia sea para una mujer, pero eso puede cambiar si finalmente existe la figura de una vicesecretaría general ocupada por una dirigente”, explica esa misma diputada.

Pendientes de los procesos regionales

También el reparto de fuerzas en los próximos procesos congresuales regionales puede ser determinante en la composición de la dirección federal. “Si se decide que perfiles como los de Andrés Perelló o Pilar Cancela se presenten en sus congresos (Comunidad Valenciana y Galicia, respectivamente), a lo mejor se les puede potenciar o lo contrario para no quemarlos”, explica esa parlamentaria.

Sánchez busca opciones para hacerse con el control de algunas federaciones. En Asturias es en la que se da por hecho que presentará a un candidato de su cuerda “del entorno del alcalde de Laviana, Adrián Barbón”. En Galicia también se tendrá que elegir un nuevo líder ya que la organización la pilota una gestora desde la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro.

En Murcia y en La Rioja las renuncias a repetir de los líderes territoriales también conllevan a una nueva designación segura. En Murcia, estudia posibilidades María González Veracruz, que fue próxima a Sánchez, aunque después formó parte de la candidatura de López. En el caso de La Rioja, César Luena anunció hace un par de años que abandonaría la secretaría general. En su entorno buscan una candidatura que pueden representar Francisco Ocón –su número dos– o Concha Andreu.

En Castilla y León, Sánchez apoyará al actual líder, Luis Tudanca. En Madrid, los 'sanchistas' buscan un relevo para Sara Hernández, que apoyó a Patxi López. José Manuel Franco, portavoz adjunto del grupo en la Asamblea, es uno de los nombres que se manejan. En Cantabria, la victoria de Sánchez ha dado peso al portavoz en Santander, Pedro Casares, en detrimento de la vicepresidenta y secretaria general, Eva Díaz Tezanos.

Ximo Puig es el presidente autonómico que más dañado ha salido del proceso en el que su candidata, Susana Díaz, no llegó al 30% de respaldo. En el entorno de Puig temen que se presente un aspirante alternativo y miran hacia Andrés Perelló, un dirigente de Izquierda Socialista, que formó parte del equipo de Sánchez y a quien ven con respaldo de las bases por su relación con las plataformas que surgieron para reclamar un congreso inmediato tras la dimisión del 1 de octubre y que después trabajaron por que Sánchez recuperara el poder.

También en el proceso de elección del nuevo líder de las Juventudes Socialistas se pueden enfrentar los 'bandos'. El sector que apoyó a Díaz trabaja en la posible candidatura del madrileño Omar Anguita y los 'sanchistas' buscan un candidato. Algunas fuentes apuntan al balear Marc López. La figura del líder de la organización juvenil es relevante porque tiene un puesto nato en la Ejecutiva del PSOE.

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