100.000 voluntarios del PSOE buscarán puerta a puerta a votantes de Podemos para convencerlos
En cualquier momento un socialista puede llamar a su puerta. 100.000 voluntarios del PSOE saldrán a la calle hasta el 20 de diciembre con la intención de captar votantes en su propia casa. Usted será un objetivo prioritario si los militantes socialistas que le visiten detectan que es un abstencionista de izquierdas o si es un exvotante decepcionado. Así se desprende de la estrategia de campaña que ha preparado Ferraz, que pretende que su ejército de voluntarios lleguen a siete millones de hogares y activen a al menos 500.000 personas para que introduzcan la papeleta de Pedro Sánchez en la urna. Si lo consiguen, el resultado podría acercarse al empate con el PP, según los datos de las últimas encuestas.
El PSOE ha activado ya la maquinaria electoral para movilizar a parte de su electorado perdido. El “equipo del cambio”, como Ferraz ha denominado a los miles de voluntarios que se encargaran de ese reto puerta a puerta, ya tiene las instrucciones para para enfrentarse a los ciudadanos que encuentren al otro lado del telefonillo y la actitud que deben mantener con cada uno de ellos.
Una de sus prioridades será “movilizar” a los “abstencionistas de izquierda”. Para los estrategas de la campaña ese reto tiene una “dificultad moderada”. En ese grupo se encuentran los electores que “consideraban votar a Podemos” o los que no pretenden votar en estos comicios, según la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es.
El PSOE ve más difícil recuperar a sus exvotantes “decepcionados” y así se lo advierte a sus voluntarios. La dificultad la sitúan en el rango “medio-alto”, aunque dan unas claves: “Esta estrategia funciona mejor cuando nos vamos acercando a la fecha de las elecciones”. Lo que dan por descartado los socialistas es convencer al “elector contrario”: “Persuadir a un elector del PP de que vote al PSOE es imposible”.
Ferraz ya ha puesto en marcha el dispositivo para los voluntarios, que saldrán a la calle desde ahora hasta la celebración de los comicios, con una mayor intensidad a partir del 15 de noviembre. La organización va en cascada: la dirección de Pedro Sánchez ha elegido a 19 coordinadores -uno por cada circunscripción- que han seleccionado, a su vez a más de un centenar de militantes para que formen a los voluntarios. Cada uno de ellos tiene entrenar a 25 afiliados que deberán convencer al menos otras cinco personas voluntarias.
Multiplicar por cinco los militantes activos
El plan del PSOE es tener a un total de 100.000 en la calle. Esa cifra es muy optimista dado que supone más de la mitad de los afiliados socialistas. El PSOE admite que ese objetivo supone multiplicar por cinco la “base de militantes activos”. En las elecciones de 2011, Alfredo Pérez Rubalcaba contó con el apoyo de unos 80.000 voluntarios, es decir, 20.000 menos de los que pretende lograr Sánchez pese a que el censo ha caído en los últimos tres años.
La dirección socialista ha elegido para el diseño de esta campaña a la empresa Liegey Muller Pons, que se encargó de la que llevó a François Hollande al Elíseo, tal y como adelantó Ok Diario. La estrategia se basa en la utilizada por el equipo de Barack Obama.
La técnica del “puerta a puerta” se ha elegido porque tiene un mayor impacto de movilización, según la agencia, que sitúa en uno de cada catorce ciudadanos interpelados el nivel de movilización hacia la urna frente al uno de cada 38 que se convence a través del teléfono o del uno de cada 100.000 que se moviliza a través de folletos u octavillas. Ese dato parte de una estimación realizada “a partir de varios estudios científicos”, según los documentos que el PSOE ha repartido entre los militantes que asistieron a tres sesiones de formación.
En esos documentos se explican las claves que deben seguir los encargados del puerta a puerta para cumplir sus objetivos de persuasión. “Personaliza el mensaje con el que vas a llegar a los electores”, “usa la primera persona”, ¡escucha a tu interlocutor!“... son algunos de los consejos que deben seguir los voluntarios mientras que se les previene de ”no concentrarse en argumentos negativos“, de ”no entrar en casa de la gente“ o de ”no refutar los argumentos opuestos“.
Las parejas de voluntarios irán por las casas de lunes a viernes entre la hora de salida del trabajo y la hora de la cena así como los fines de semana por la tarde y deberán mantener la interlocución al menos dos minutos para considerar que el ciudadano entra en el “objetivo de movilización”. Entre sus funciones se encuentra, además, la de recopilación de datos de las personas visitadas.
En cada visita los voluntarios realizarán “un reporte” con el resultado. Así, tendrán que apuntar las puertas a las que se ha llamado y en cuantas han obtenido respuesta. Con esa metodología, los socialistas dan un paso en la utilización del programa informático Bloise que ya desarrollaron en la época de Rubalcaba.
Esa aplicación, que se puso en marcha con el objetivo de recuperar voto perdido -algo que no se ha conseguido desde la debacle de las generales de 2011-, permite a los socialistas tener los datos de los ciudadanos segmentados por zonas: España se divide en 36.000 pedazos con unos 1.300 habitantes cada uno. El programa les permite medir la evolución de los resultados electorales en los últimos años, el número de inmigrantes de jóvenes o jubilados, las estructuras familiares, el nivel económico o los problemas sociales más comunes.
El plan de campaña también incluye algunos actos específicos, como la celebración de un acto público el 18 de octubre para dar el pistoletazo de salida a esta acción o la presentación del programa electoral prevista para el 15 de noviembre.
