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Pedro Sánchez se somete a la primera votación de investidura con los ojos puestos en el botón de Podemos

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la sesión de investidura.

Irene Castro

El PSOE se mueve entre el desánimo y la expectativa sobre lo que va a pasar en la investidura de Pedro Sánchez. En las filas socialistas dan por hecho que, tal y como están las posiciones ante el debate, es imposible que su candidato logre los votos que necesita para llegar a Moncloa. El discurso se Sánchez ha apelado continuamente a Podemos y las demás fuerzas de izquierdas para que se sumen al acuerdo alcanzado con Ciudadanos para poner en marcha las medidas que, a su juicio, necesita España “a partir de la semana que viene”. De los botones de la votación de los de Pablo Iglesias y las confluencias estarán pendientes todas las miradas de los socialistas en la votación de este miércoles.

“No veo novedades”, admite con resignación un veterano diputado del PSOE. “Me ha gustado Pedro, a ver qué pasa mañana”, agregaba un parlamentario andaluz. Con el mismo tono, una miembro de la Ejecutiva se encomienda a un “campanazo de última hora” para poder sacar adelante la investidura. “Sabemos cuáles son los números. Sumamos 131 escaños”, decía antes de que la diputada de Coalición Canarias anunciara su abstención dado que nadie más se ha sumado al acuerdo.

La última oferta de los socialistas no ha convencido a Podemos y las demás fuerzas de izquierdas y desde Ferraz se limitan a asegurar que la puerta sigue abierta para hablar con los de Iglesias. “Si Podemos quiere sentarse a hablar, la comisión negociadora está preparada -expresan fuentes próximas al secretario general-. Por voluntad no va a ser”. “Lo vamos a seguir intentado hasta el último minuto. De eso no hay ninguna duda”, agrega una dirigente próxima a Sánchez. 

Sin embargo, desde su equipo sostienen que son Podemos y las confluencias las que se han levantado de la mesa de negociación -y con ellas IU-Unidad Popular y Compromís- y que, por tanto, quienes tienen que decir si quiere volver. En el PSOE admiten que podrían sentarse con los de Iglesias y las candidaturas territoriales el jueves o el viernes, pero evitan dar el primer paso.

Movimientos a partir del sábado

“Tendrá que decir Podemos si se siente cómodo votando con el PP -explican fuentes próximas al candidato socialista-. Vamos a ver qué pasa en la votación del miércoles”. Después de ese primer partido, en el que se da por hecho que Sánchez no logrará más respaldo que el de Rivera, pueden producirse movimientos, aunque las fuerzas de izquierdas creen que cualquier conversación debe esperar a que pase el “fracaso” de Sánchez, es decir, a partir del sábado. 

Sánchez ha tendido la mano continuamente a “las fuerzas del cambio” durante su discurso. “Bloquear los acuerdos posibles significa seguir donde estamos. No olvidemos nuestro mandato: el cambio”. El candidato del PSOE ha reiterado que la suma de los partidos de izquierdas “no suma” y que es necesaria la transversalidad, es decir, que el pacto que le lleve a la Moncloa incluya a Ciudadanos y las demás fuerzas nuevas, aunque estén alejadas ideológicamente. “No hay una suma posible solo con partidos de la misma ideología. Estamos obligados a mezclarnos. Tenemos que hacer mestizaje ideológico”, ha expresado en su intervención.

La apelación al diálogo y el acuerdo también ha sido una constante: “Ofrezco un Gobierno que ponga en marcha todo en lo que estamos de acuerdo la mayoría. Ofrezco un Gobierno que traiga a este Parlamento todo aquello en lo que discrepamos para que lo discutamos y lo llevemos adelante lo que la mayoría decida”. Es decir, el PSOE plantea la vía parlamentaria para dirimir aquellos asuntos en los que los partidos que impulsen el Gobierno no estén de acuerdo. “Hay margen para impulsar medidas en la vía parlamentaria”, explican fuentes del PSOE, que aseguran que si el diálogo con Podemos se hubiera sido más extenso se habrían “añadido” al acuerdo.

Sánchez ha preparado parte de las réplicas que hará a los portavoces parlamentarios esta mañana, aunque en su equipo señalan que buena parte la formulará sobre la marcha en función de las intervenciones de sus interlocutores y aprovechará para defender el programa de gobierno. Esas fuentes explican que, en principio, Sánchez no irá al ataque ni con Mariano Rajoy ni con Pablo Iglesias, sino que tendrá un tono institucional como el de este martes. “Ha hablado de corrupción en general, no ha apuntado al PP”, expresan. Tampoco será beligerante con Podemos, sino que buscará el acuerdo, según esas mismas fuentes.

Sobre el intercambio que tendrá con Albert Rivera, a quien ha agradecido su “coraje y valentía” tras firmar el pacto, desde la comisión negociadora aseguran que será la parte “más fácil”. “Hemos llegado a un acuerdo. Se trata de defenderlo”, apuntan. Rivera ha dejado claro que tratará el tema de la supresión en su intervención después de que Sánchez lo haya omitido.

En Ferraz atribuyen a un lapsus que lo dejara fuera del discurso dado que estaba previsto en el borrador de su intervención y aseguran que abordará el tema a lo largo del día. En el PSOE quitan hierro a que se haya quedado fuera de su intervención: “Era lo más problemático en clave interna y lo dirimimos en la consulta del sábado”, expresa una dirigente. “No está en entredicho -ha dicho Guillermo Fernández Vara-. Aparecía en el acuerdo que voté este sábado”, ha agregado el presidente extremeño, que fue uno de los que puso en duda la medida pactada con Rivera.

Sólo 130 votos

La votación se producirá el miércoles a última hora de la tarde, aunque en el PSOE dan por hecho que solo tendrán 130 votos a favor. Podemos y las confluencias no se han movido de su posición tras escuchar a Sánchez. Iñigo Errejón ha asegurado que esperaban “alguna oferta de largo recorrido” que no han encontrado en el discurso del candidato socialista y ha reiterado que puede ser presidente del Gobierno si elige el “carril” del gobierno en coalición. 

“El Gobierno del bien común no es un Gobierno con el Ibex-35 ni de las puertas giratorias”, ha dicho el portavoz de En Comú, Xavi Domènech, que se ha referido a la expresión novedosa incluida por Sánchez, que se ha referido no solo al Gobierno del cambio sino al del “bien común”. “A partir de la semana que viene se puede hacer un Gobierno del cambio real, pero con el discurso de Pedro Sánchez, el final de la película está escrito”, ha agregado.

El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, se ha referido al “mestizaje” al que ha aludido Sánchez y le ha recordado que “mestizaje” fue lo que hicieron en la Comunidad Valenciana con el Gobierno que comparten socialistas y la coalición valenciana. Por el contrario, Baldoví considera que Sánchez solo ha conseguido convencer a una parte -Ciudadanos- y no a la “gente que podría ser más afín”, en referencia a las fuerzas de izquierdas.

También Alberto Garzón le ha recriminado que hiciera un discurso “ambiguo” que no ha logrado convencer, a su juicio, a nadie más que a los de Rivera. El portavoz de IU-Unidad Popular le ha emplazado a recuperar la mesa a cuatro porque 161 diputados -los del PSOE más Podemos, las confluencias, IU-Unidad Popular y Compromís- no suman pero son “una base mucho mejor”. “Después del fracaso seguiremos dialogando”, ha anticipado Garzón. Sin embargo, desde el PSOE son pesimistas: “No hay voluntad política”, recriminan desde la dirección a Podemos. 

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